Pedro Sánchez y Yolanda
Díaz cerraron el pasado lunes un acuerdo que permitirá la reedición de un
Gobierno progresista. La medida será efectiva siempre que, en las próximas
semanas, PSOE y Sumar logren el apoyo de las fuerzas nacionalistas e
independentistas necesarias para formalizar la investidura del actual presidente
en funciones en el Congreso de los Diputados. Con este acuerdo político, PSOE y
Sumar sellan su compromiso de nueva coalición de gobierno progresista para los
próximos cuatro años. El acto de firma y presentación fue muy diferente al que
vimos en el 2019 entre PSOE y Unidas Podemos.
Entonces eran dos formaciones que se querían aniquilar mutuamente pero
que, finalmente, fueron condenadas (por las urnas) a entenderse. “Ahora —advierte
Juanlu Sánchez al echar un vistazo sobre esta nueva coalición— la sensación es que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz
aceptan con naturalidad que se necesitan y deben proyectar no solo conveniencia
sino compenetración. En ese ambiente se desarrolló la campaña electoral. Los resultados refrendaron esa
estrategia y el acuerdo político refleja esa intención de profundizar en los
puntos en común sin meterse en demasiados charcos donde puedan generarse
conflictos entre los socios”. Yendo a lo concreto: si cumplen sus promesas, el
nuevo Gobierno reducirá la jornada laboral hasta un nuevo máximo de 37,5 horas
semanales, se renovará la subvención del transporte público, se ampliarán los
permisos de maternidad y paternidad a 20 semanas, se actualizarán las pensiones
según el IPC, se construirá vivienda pública, habrá más dentistas y más
psicólogos en la sanidad pública., se “adaptará” el actual impuesto a la banca
y a las eléctricas para mantenerlo en el tiempo…Son 48 páginas con cientos de
propuestas, algunas más concretas que otras, propuestas especialmente
llamativas, alguna de ellas ya la
conocíamos, aunque sin entrar al detalle. Otras son pendientes de la anterior
legislatura como Ley Mordaza, educación infantil y vivienda pública, y otras
son nuevas y sugerentes… PSOE y Sumar esperan la llegada de los demás para
acelerar la investidura.
Miguel Muñoz titula en
Público “Luces y sombras del acuerdo PSOE-Sumar: fiscalidad y empleo frente a
la ambigüedad sobre el CGPJ”. Es un documento programático, firmado por Pedro
Sánchez y Yolanda Díaz, que cuenta con ‘letra pequeña’ a tener en cuenta. El
título es “España Avanza”. Son más de 230 medidas clasificadas en 11 capítulos
temáticos que, a su vez, se subdividen en varios epígrafes más. PSOE y Sumar
cerraron en la noche del lunes su acuerdo para “una nueva coalición de Gobierno
progresista”, según señala el propio documento, una alianza, la de Pedro
Sánchez y Yolanda Díaz, que pretende ser duradera. Una de las medidas más
llamativas tiene que ver con la reducción de la jornada laboral que, al mismo
tiempo, supuso uno de los grandes escollos en las negociaciones. De hecho, en
el acuerdo tienen un gran protagonismo las cuestiones de empleo o de fiscalidad.
E incluye algunos avances concretos, especialmente por las exigencias previas de
Sumar. También algunas sombras por su inconcreción en determinadas propuestas
como la de renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Y una
parte de ‘letra pequeña’ que puede condicionar el impulso de algunas medidas”.
Por su parte, Alexis Romero recuerda que “no es la primera vez que los líderes
de PSOE y Sumar se citan en persona para afrontar una situación complicada. Ese
es el guión de todas sus negociaciones: sus equipos sientan las bases de los
acuerdos, y Sánchez y Díaz atan los cabos que terminan de darle sentido. Esta
vez ni siquiera bastó con eso. En casi dos meses de negociación, ambas partes
se han remitido alrededor de una quincena de borradores en los que, hasta hace
unos días, los tachones y borrones superaban con creces a la letra limpia que,
medida a medida, iban conformando el acuerdo”.
“Por eso, después de la
reunión de Sánchez y Díaz, Pérez Rey y Álvarez seguían dándole vueltas a un
pacto que terminó de cerrarse, según algunas fuentes por la noche, según otras
de madrugada. El equipo negociador de Sumar terminó en el apartamento de
Yolanda Díaz (dentro del edificio ministerial) rematando los últimos puntos y
comas del texto; la misma vivienda en la que Díaz ha cerrado en alguna ocasión
algunos de los más importantes acuerdos alcanzados con la patronal y los
sindicatos…Entre la fase de los escollos y el desbloqueo del pacto sucedieron
muchas cosas y se remitieron muchos borradores, aunque un elemento clave, que
se vivió durante todo el fin de semana y el lunes, fue la presión del PSOE para
tratar de cerrar un acuerdo rápidamente. El objetivo de los socialistas era
presentar el acuerdo como más tarde el martes porque Pedro Sánchez debía viajar
el miércoles a Bruselas para participar en la Cumbre Social Tripartita y en el
Consejo Europeo y no volvería España hasta el viernes por la noche. El PSOE
quería celebrar este mismo sábado su Comité Federal, órgano donde convocar la consulta
a la militancia para ratificar el pacto. Díaz también viajaba en la tarde del
martes a Bruselas y no se quería dejar pasar la oportunidad del acto público
entre los dos líderes”. El Museo Reina Sofía fue el escenario elegido por ambos
para estampar su firma en sociedad. Sánchez y Díaz eran los protagonistas
absolutos del día y de la escena. Fueron los últimos en entrar en una sala
abarrotada entre invitados y medios de comunicación. “Las negociaciones avanzan
y todo cogerá velocidad a partir de ahora”, insistieron en el PSOE. El Gobierno
confía en que el pacto de la coalición acelere las negociaciones con ERC y
Junts.
Juan T. Delgado advierte
en Vozpópuli del peligroso cuento de la lechera protagonizado pot Yolanda Díaz:
“Trabajar menos, ganar más y cobrar pensión”. Y añade: “Sorpresa relativa entre
los empresarios familiares por el acuerdo para reducir la jornada laboral.
Sorpresa porque algunos no esperaban que el PSOE iba a tragar con una propuesta
de Sumar a la que se opone la vicepresidenta Nadia Calviño. Por dos razones.
Una: es una idea muy difícil de aterrizar por su complejidad. Y dos: el debate
sobre la flexibilidad laboral ya está sobre la mesa de muchas empresas, sin
necesidad de que los dos partidos de la coalición tengan que recordarlo. Empezando
por el último punto, el sondeo realizado en Bilbao por el Instituto de la
Empresa Familiar presenta dos datos reveladores. Por un lado, el 89% de los
encuestados asegura que tiene ‘mucha’ o ‘bastante’ dificultad para ‘encontrar
profesionales con los perfiles que requiere su empresa’. Por el otro, los
empresarios reconocen que la conciliación (flexibilidad, teletrabajo) ya es el
factor que más pesa a la hora de atraer talento (un 60%, frente al 57% que da
más importancia a las condiciones económicas). ‘Hace tiempo que los salarios ya
no lo son todo al explorar la búsqueda de personal. Los jóvenes vienen con otro
chip. Y esa tendencia se ha acrecentado con la pandemia. Ha venido para
quedarse’, reflexionaba este martes en Bilbao un economista que conoce bien el
difícil día a día de los empresarios familiares. ‘La clave no es tanto la
duración de la jornada, sino el grado de productividad’. Para muchos analistas,
ese el auténtico talón de Aquiles de la economía española. Según Eurostat, la
productividad en nuestro país —medida por hora trabajada— está 16,5 puntos por
debajo de la media de la eurozona. Pesan demasiado las cargas fiscales y
laborales que soportan los empresarios. Todo un lastre que deja en desventaja a
nuestras empresas frente a —por ejemplo las— alemanas o las estadounidenses. ‘Nosotros
no sólo competimos con empresas de Sevilla o de Cáceres. Competimos, sobre todo,
fuera. Por ejemplo, en Estados Unidos, donde hay compañías que operan con un
marco fiscal distinto’, recuerda el presidente del IEF, Andrés Sendagorta. La
mejora de la productividad y el 'tamaño' de la jornada laboral deberían ser casi
un asunto de Estado, puesto que de ello depende la prosperidad del país. Por
eso, el debate debería plantearse con el mayor nivel de 'racionalidad' y
consenso entre todas las partes implicadas: Gobierno, patronales y sindicatos”.
“Hemos gobernado cinco años y vamos a hacerlo otros cuatro años más”,
indicó Sánchez al firmar junto a Yolanda Díaz, este 'acuerdo programático.Tras largas negociaciones
–según Agence France-Presse–, los socialistas españoles firmaron el martes un
acuerdo de coalición con la lista de izquierda radical Sumar, paso
indispensable para una nueva investidura de Pedro Sánchez como jefe del
ejecutivo, que depende ahora de los partidos independentistas catalane El texto
contiene 230 medidas, entre ellas el aumento del parque público de viviendas,
la revisión al alza de los objetivos climáticos de España, y una reforma fiscal
destinada a aumentar la contribución de los grupos bancarios y energéticos al
gasto público. El acuerdo incluye, igualmente, un plan de lucha contra el paro
juvenil, un alza del salario mínimo o un recorte de la jornada laboral “sin
reducción salarial”, reclamado durante mucho tiempo por los sindicatos
españoles y del que Sumar había hecho un caballo de batalla en las últimas
semanas. “Queríamos una reducción” de la jornada laboral “a 37 horas y media”,
frente a las 40 horas actuales, “y eso va a quedar reflejado de manera muy
clara en el acuerdo”, se felicitó el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, en la
televisión pública RTVE, sobre esta medida para acercarse a los países que “concilian
mejor y son más productivos”. El pacto, que llevaba negociándose desde finales
de julio, le permitirá a España “seguir avanzando” en la “senda de progreso”,
expuso Sánchez, en el poder desde 2018, y que gobierna en coalición con la
extrema izquierda desde 2020.
El vicesecretario del Partido Popular,
Borja Sémper.
El portavoz del Partido
Popular (PP, derecha), Borja Sémper, minimizó el alcance de este acuerdo. “Ya
sabíamos todos que [PSOE y Sumar] iban a seguir casados”, pero esta alianza no
tendrá valor sin el “visto bueno” de los independentistas, especialmente los
catalanes, recordó. El PSOE de Pedro Sánchez acabó en segundo lugar en las
legislativas del 23 de julio, por detrás del Partido Popular (PP, derecha) de
Alberto Núñez Feijóo. Pero este último, sin mayoría absoluta, no consiguió los apoyos
suficientes de otras formaciones para ser investido presidente, abriendo la vía
a un nuevo gobierno de izquierda. Las negociaciones parecen, sin embargo, más
complicadas con los partidos separatistas catalanes, especialmente con Junts
per Catalunya (JxCat), una de las formaciones clave en el fallido intento de
secesión de esta región del noreste español en 2017, cuyo líder Carles
Puigdemont huyó a Bélgica para escapar a la justicia española. Tanto este
partido, que dispone de siete diputados, como Izquierda Republicana de Cataluña
(ERC), pusieron condiciones para dar su apoyo a Sánchez, como la aprobación de
una amnistía de los independentistas con causas judiciales por la fallida
secesión. La negociación de un posible perdón legal es muy criticada por la
derecha y la extrema derecha, así como por algunos sectores del propio partido
socialista, y dio lugar a varias manifestaciones contrarias en las últimas
semanas. “¿Cómo es posible” que el acuerdo entre los socialistas y Sumar “no
nos hable de amnistía?”, lanzó Borja Sémper, criticando la falta de “transparencia”
de Sánchez, que todavía no tiene fecha para su debate de investidura en el
Parlamento, hecho muy criticado también por el PP. El líder socialista tiene
hasta el 27 de noviembre para tratar de ser investido por los diputados. Si no
lo logra, se convocarán automáticamente elecciones para mediados de enero.
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