Un rebaño de 1.100 ovejas pastoreado por una mujer tomó Madrid en la XXX Fiesta de la Trashumancia.
El pasado domingo volvieron
a entrar en Madrid, 1.100 ovejas y 200 cabras en la celebración de la Fiesta de
la Trashumancia que este año cumplió sus 30 años. Esta estampa se repite cada
mes de octubre, aunque en esta ocasión una mujer de 48 años, Marity González, fue
la encargada de pastorear y de guiar el rebaño de ganado ovino y caprino.
El rebaño entró en la
ciudad por la Puerta del Rey, la Cuesta de la Vega y llegó a la calle Mayor siendo
inmortalizado por centenares de móviles de los ciudadanos que, por un día,
apartaron del asfalto a los vehículos de cuatro ruedas, aumentando la
aglomeración de personas a medida que el rebaño pasaba por las zonas más
céntricas.
El primer edil alcalde de
Madrid recibió los '50 maravedís al millar' que recoge la Concordia de 1418
entre los Hombres y Mujeres Buenos de la Mesta y los procuradores del Concejo
de la Villa. Este es el precio que debían pagar los pastores a las autoridades
por hacer uso de los caminos ganaderos y cruzar sus términos. “¡Que viva la
trashumancia!”, clamó ante el público el alcalde al concluir el acto de entrega
mientras destacaba que la ciudad de Madrid “no sería igual sin el campo y las
gentes del campo” y ha recordaba que “las grandes ciudades” tienen “mejor
calidad de vida gracias a todos ellos”.
La fiesta se completó con
grupos vestidos con trajes regionales, músicos y bailes tradicionales. Una de
las participantes, profesora de baile castellano que lleva desde su juventud
acudiendo al centro de la capital, reivindicó, en declaraciones a Europa Press,
no solo la importancia de la trashumancia sino de la tradición. Y, con, ella,
miles de personas se acercaron para disfrutar de esta pintoresca costumbre.
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