Canarias protestó contra el turismo masivo.
Miles de personas se manifestaron
el pasado sábado en las islas de Canarias para pedir un giro en el modelo
turístico de masas y, por extensión, en el socioeconómico del archipiélago. Más
de 57.200 personas asistieron a las diferentes manifestaciones convocadas contra
el modelo turístico bajo el lema 'Canarias tiene un límite'. Según datos de la
Delegación del Gobierno en Canarias, la concentración más multitudinaria tuvo
lugar en Santa Cruz de Tenerife, con unas de 30.000 personas. Mientras, en Las
Palmas de Gran Canaria unas 14.000 personas respaldaron la iniciativa de
'Canarias tiene un límite' y en Arrecife (Lanzarote) unas 9.000. Además, en
Puerto del Rosario (Fuerteventura) la manifestación tuvo 2.800 asistentes, en
San Sebastián de La Gomera unas 300 personas y en Valverde (El Hierro)
La afluencia desbordó la
marcha de Tenerife, en donde mayores, jóvenes, familias con niños y con
mascotas recorrieron las calles del centro de la capital coreando consignas
como “De la esclavitud salvar a la juventud” o “¿Dónde está el dinero del
turismo?”, y se exhibieron carteles en los que se podía leer: “Echo de menos la
tierra que conocí”. Dos marionetas gigantes se exhibieron con los rostros del
presidente de Canarias, Fernando Clavijo, y el de la patronal Ashotel, Jorge
Marichal, y una figura de una vaca con un mensaje inscrito: “No doy para tanta
gente”, en referencia a la advertencia de los empresarios hoteleros de que “a
la vaca que da leche hay que dejarla tranquila”.
Víctor Martín, uno de los
portavoces de “Canarias se Agota”, plataforma convocante de las
manifestaciones, indicó que en esta “jornada histórica” queda patente que “ya
no somos cuatro sino todo un pueblo el que clama que se reconsidere el modelo y
que revierta en la gente…El pueblo canario por fin se alzó de nuevo. En Gran
Canaria, se consideró “un éxito rotundo” la respuesta ciudadana a su
convocatoria, según su portavoz, Elena Martín, representante en la coordinadora
de colectivos que impulsó la manifestación en nombre de la asociación “Regularización
Ya”. “Estamos más que satisfechas con la respuesta ciudadana, y más porque ha
venido gente de todo tipo… Esperamos que haga reflexionar al Gobierno de
Canarias, para que atienda a la demanda” añadió.
En Fuerteventura, miles
de personas dejaron patente el malestar social que el actual modelo turístico
genera en una isla sumida en la emergencia hídrica y donde acceder a la
vivienda es para la población local “casi una utopía”. En Lanzarote, unas 9.000
personas recorrieron las calles de Arrecife con quejas por la falta de vivienda
y los problemas de abastecimiento de agua y con el espíritu de las protestas
que lideró en los ochenta el artista César Manrique sobrevolando la marcha. En
El Hierro, frente de la sede de la Consejería de Turismo del Cabildo insular, se
leyó un manifiesto en el que se aludía al permiso, al calor de la Ley de las
Islas Verdes, de construcción de 35 villas de lujo en La Frontera. En San
Sebastián de La Gomera unos manifestantes se reunieron bajo el grito “Canarias
no se vende, se ama y se defiende”. E, incluso en La Graciosa, la más pequeña
de las islas, se concentró una treintena de personas.
Pero con el paso de las semanas, el debate se fue
extendiendo hacia los altos índices de pobreza, los bajos salarios, la escalada
de los precios de los alquileres o la saturación de las carreteras y de los
espacios naturales.
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