El Estado palestino.
Así titulaba David Torres,
en Público de ayer, lunes, su artículo en el que advertía: “Cualquier día de
estos, en cuanto nos descuidemos, Pedro Sánchez va a reconocer el Estado
palestino. Podía haberlo reconocido hace unos cuantos años, incluso hace unos
meses habría estado bien, pero hasta que Netanyahu no lo ha señalizado en el
globo terráqueo a base de bombardeos y homicidios masivos, Sánchez era incapaz
de verlo, probablemente por no molestar a esos picajosos amigos mayores de
cuarenta. Pese al saqueo continuado de los colonos y las barbaries reiteradas
del Ejército israelí sobre la población civil, Palestina no suele aparecer en
los mapas hasta que los cadáveres de civiles masacrados empiezan a desbordar
escrúpulos y las fotos de niños despedazados se publican en periódicos y
telediarios. Total, como los niños no son judíos ni ucranianos ni
estadounidenses tampoco es que importe mucho.
“El caso es que ahora Palestina empieza a
dibujarse en los mapas con un río de sangre humana, un mar de sangre humana
bombeando desde Gaza, más de treinta mil muertos inocentes sacrificados a mayor
gloria de Israel. Hasta la semana pasada, el genocidio palestino llevaba muy
buen ritmo, pero los carniceros sionistas cometieron el típico error de matar a
unos cuantos cooperantes que no eran palestinos, unos entrometidos que andaban
por ahí llevando ayuda y que no sabían cómo se las gasta Netanyahu. Lo que se
resolvió con un tirón de orejas internacional y un chiste de Gila: que le
habéis dado a una señora que no es de la guerra, si es que las guerras tienen
un peligro, en fin, como si lo de Gaza fuese una guerra en serio y no una
reedición con aviones, tanques y helicópteros de la matanza de los inocentes.
“Mientras la ONU se
seguía lavando las manos con ese estilo concienzudo que Poncio Pilatos puso de
moda en la región hace un par de milenios, era evidente que el conflicto (por
llamarlo de algún modo) iba a extenderse como la pólvora en cuanto los
israelíes atacaron el consulado de Irán en Damasco. En respuesta, este sábado
caía una lluvia de misiles y drones iraníes sobre Tel Aviv y diversas bases
militares israelíes, con lo que el término ‘guerra’ ya empieza a sonar un poco
más apropiado y también más cercano. Ahora le piden a Netanyahu que reprima su
bestialidad natural, que no se le vaya a ir la mano en la represalia y, sobre
todo, que no llame a su primo americano, porque lo mismo vienen también el tío
ruso y el tío chino a pegarse de hostias y lo mismo os hacéis daño.
“Menos mal que Pedro
Sánchez está a dos titulares de reconocer el Estado palestino, en cuanto
derogue el Concordato con la Santa Sede, aunque lo más probable es que, para
cuando quiera reconocerlo, del Estado palestino no queden más que un montón de
huesos y cascotes. Va camino de ser un reconocimiento en pretérito perfecto del
subjuntivo, un reconocimiento donde a los palestinos les van a dar el
certificado de defunción antes que el carné de ciudadanos. A lo mejor era
precisamente esto lo que quería decir Jose Mari Aznar la semana pasada cuando
preguntaba a qué Estado palestino se estaban refiriendo: si Palestina no
existía antes del genocidio, ya me explicarán ustedes cómo coño va a existir
después. Ningún filósofo más indicado que Jose Mari para hablar de cosas que no
existen, todo un especialista en armas de destrucción masiva imaginarias”.
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