Oleada de explosiones en 'walkie-talkies' de Hizbulá en varias ciudades de Líbano.
Los ataques masivos de
los últimos días en Líbano atribuidos a Israel, que este país no ha negado, han
elevado al máximo la tensión en Oriente Medio y han disparado los temores de
guerra total. La segunda oleada de
explosiones simultáneas en aparatos inalámbricos de comunicación, esta vez en
walkie talkies, causó el miércoles al menos 20 muertos y 450 heridos en
diversos puntos del Líbano. El día anterior, el martes, murieron al menos otras
12 personas y hubo casi 2.800 heridos.
En total, en los dos ataques han muerto 32 personas y más de 3.200 heridos
han resultado heridas.
Los choques fronterizos
con Hizbulá han sido frecuentes desde hace meses. Desde octubre, han sido
incesantes los intercambios de disparos entre tropas israelíes y Hizbulá, que
han matado a cientos de combatientes. Y han obligado a decenas de miles de
personas en ambos lados de la frontera a huir de sus hogares.
En los ataques, según
diversas fuentes de seguridad de diferentes países, participó en efecto Israel.
Los buscas, según los servicios de investigación del Líbano, contenían
explosivos y fueron detonados al mismo tiempo, el martes a media mañana, hora
local. Las explosiones dejan una veintena de muertos en varias ciudades de
Líbano. El Ministerio de Sanidad de Líbano informa de que hay al menos veinte
personas fallecidas y más de 450 heridos. Las explosiones han provocado varios
incendios en casas, tiendas y coches en varias ciudades del país, según ha
informado la organización de rescate Defensa Civil Libanesa. Israel, como suele
hacer con este tipo de acciones, no ha reivindicado la autoría de la operación,
pero todas las miradas apuntan a Tel Aviv.
Fuentes de seguridad de
Líbanos citadas por el periódico Times of Israel señalan que la milicia
libanesa compró los dispositivos que han detonaron este miércoles hace cinco
meses, a la vez que los buscas que explotaron la jornada previa. El líder del Consejo Ejecutivo de Hizbulá,
Hashem Sadfieddine, ha prometido un “castigo único” y una “venganza
sangrienta”. El líder de la organización, Hassan Nasrallah, declaró este
jueves. “Estaremos en una nueva situación y una nueva confrontación con este
enemigo”, ha señalado Sadfieddine, líder del Consejo Ejecutivo de Hizbulá,
prometiendo un “castigo único” y una “venganza sangrienta”. El secretario
general de la ONU, António Guterres, a través de su portavoz, dice estar
“profundamente alarmado” por lo sucedido estos dos días y ha pedido a “todos
los actores implicados a que actúen con la máxima moderación para evitar una
nueva escalada”. Guterres urge a las partes que “retornen inmediatamente al
cese de hostilidades para restablecer la estabilidad”, según su portavoz,
Stéphane Dujarric.
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