jueves, 24 de octubre de 2024

Tamara Falcó, analista.

 

Tamara Falcó.

Tras unos párrafos introductorios del tema a tratar, David Torres continúa en Público: “El caso es que estos días he visto unos videos de Tamara Falcó en la tertulia de El Hormiguero y he comprendido lo contraproducente que puede ser para el espectador que lo agobien con citas filosóficas y recomendaciones de libros. Tal vez Falcó sea el ejemplo perfecto de aquel concepto de ligereza que Italo Calvino predicaba como una de sus propuestas esenciales para este milenio. En un momento dado, Nuria Roca comentaba que algo hay que hacer para solucionar la guerra en Ucrania, cuando han fallado tanto el apoyo militar como la vía diplomática, y entonces Tamara Falcó dijo: ‘¿Puedo proponer una cosa? El papa ayer convocó un rosario y nosotros lo rezamos en mitad de la sierra y todo eso. Ya sé que puede que haya mucha gente que no se lo crea, pero bueno, es una opción. Igual que hay que probar’.

“Lo de rezar el rosario para zanjar los conflictos armados es un recurso que viene de antiguo, del Concilio de Trento por lo menos, pero expuesto con la gracia y la sencillez de Falcó parece sencillamente maravilloso. A fin de cuentas, en la OTAN, en la ONU, en la Casa Blanca, y en la práctica totalidad de los gobiernos occidentales tampoco es que estén haciendo mucho más por detener el genocidio en Gaza y la invasión del Líbano, una masacre con carta blanca que cualquier día puede desembocar en la Tercera Guerra Mundial o en la Cuarta, a poco que nos descuidemos. Sin embargo, el peligro de esas oraciones colectivas es que no suelen ser unánimes y vete a saber cuántos cristianos no se pondrían a rezar por el neonazi de Netanyahu.

David Torres concluye que no se podía esperar más frivolidad de una tertulia incrustada en el vertedero catódico de Pablo Motos. “El siguiente paso es que Tamara Falcó pegue el salto de analista política y autora de libros de cocina a novelista, un terreno en el que me temo que ya tiene el campo abonado. Fijo que más de un grupo editorial ya se lo está pensando. Anthony Burgess, uno de los grandes escritores del pasado siglo, advertía que no es bueno que un novelista sea demasiado inteligente, aunque quizá lo de Falcó ya sería pasarse de frenada. Tengo que releer una vez más ‘Seis propuestas para el próximo milenio’, de Italo Calvino, porque estoy casi seguro de que no se refería a esto”.

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