Miles de personas protestan en 15 ciudades europeas: “Los cruceros son basureros”.
Barcelona, Ibiza, Granada
o San Sebastián son algunos de municipios españoles que respondieron a llamada
global que protesta contra el modelo económico que “prioriza al turista al
bienestar de la población”. Fue la
segunda manifestación contra el turismo de masas en Barcelona. La primera fue
en julio de 2024 y las imágenes de la jornada, sobre todo las de unas
manifestantes disparando con pistolas de agua a unos turistas, ocupó portadas
de medios internacionales, entre ellos el New York Times.
La anterior fue en la
zona de la Barceloneta, un antiguo barrio de pescadores en el que apenas quedan
vecinos ni pisos que no sean de alquiler turístico o de temporada. En esta
ocasión, la marcha ha salido del inicio del barrio de Gràcia y ha bajado por el
céntrico Passeig de Gràcia, plagado de tiendas de lujo dirigidas,
principalmente, a turistas. Los convocantes aclararon que la manifestación no era
contra el turismo de masas, sino contra la turistización, es decir: contra las
externalidades negativas de esta actividad turística. Y aseguraron que el
turismo de masas solo es consecuencia, pero no causa del problema. “Poner el foco
en el número de turistas sólo desvía la atención y silencia los beneficios
millonarios de esta máquina extractivista”, aseguran desde la Assamblea de
Barris pel Decreixement Turístic (ABDT), la plataforma que ha convocado en
Barcelona. “El mensaje que mandamos no es a los turistas, sino para los
políticos. Los turistas no tienen culpa”, ha insistido.
La manifestación en la
capital catalana se hizo, según Sandra Vicente, en ElDiario.es, bajo el lema “El turismo nos roba el pan, el
techo y el futuro”. Y, en la cabecera de la manifestación estuvo formada
únicamente por trabajadores “afectados por el modelo turístico” como camareras
de habitación, conductores de autobuses de líneas muy turísticas y trabajadores
del Hospital del Mar, que “cada año se ven desbordados por la atención a
turistas”. E hicieron referencia a las afectaciones que tiene el turismo sobre
la vivienda que, aseguran, es el problema más grave de la ciudad. “La
explotación turística expulsa a la población y agrava la crisis habitacional”,
apuntan.
Según los manifestantes, el
turismo roba el futuro, concretamente el del planeta, que “la voracidad
capitalista está destrozando sin piedad”. Recuerdan que más actividad turística
-a través de vuelos o cruceros- supone más emisiones y más calentamiento
global. “El turismo es un catalizador de la hecatombe climática”, asegura Anna
Mundet, de Ecologistas en Acción. Por este motivo, tuvieron muy presente el
pacto reciente entre la Generalitat y Aena para ampliar la tercera pista del
Aeropuerto de El Prat, que supondrá mover uno de los brazos de la laguna de la
Ricarda -situada en espacio natural protegido- para que puedan aterrizar y
despegar hasta 90 vuelos por hora y se pueda incrementar el número de vuelos
intercontinentales.
“La economía turística es
extremadamente perjudicial para la salud colectiva. Los beneficios que acumulan
los oligarcas del turismo a costa de la ciudad y su población, ni se
redistribuyen no mejoran la calidad de vida”, sentenciaron desde la ABDT.
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