domingo, 13 de julio de 2025

Feijóo celebra el triunfo del PP sin ideas ni soluciones, pero con mucho ruido…Dos días después, es superado por Sánchez en el Congreso.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la segunda jornada del XXI Congreso Nacional.

Así terminó el pasado domingo el XXI Congreso Nacional del PP, sin sorpresa alguna y con el único deseo de que Pedro Sánchez se vaya, sea como sea y cueste lo que cueste. “Ni una sola propuesta según Miguel Ángel Heredia, en.Elplural.com– para mejorar la vida de la ciudadanía. El PP dejó claro que no tenía un proyecto de gobierno, solo una estrategia de desgaste. ¿Por qué tendría que irse Pedro Sánchez? Porque ellos lo dicen. Porque la derecha cree que España es suya, que solo ellos pueden decidir quién gobierna y cómo. Y si no son ellos, entonces vale todo: desestabilizar, crispar, manipular y hasta alentar el odio. Pero lo más grave era lo que no decían. Entre discursos vacíos, eslóganes huecos y chascarrillos sobre frutas, esconden lo que realmente planean para nuestro país. Aprobaron una ponencia política de apenas 39 folios, que la derecha mediática trató de ocultar. Un plan que, de conocerse en profundidad, alejaría a millones de votantes de Feijóo. Porque es un programa sin alma, sin ambición social, sin compromiso con la mayoría. Un plan redactado con medias verdades y omisiones sospechosas. Pero algunos sí la hemos leído. Y lo vamos a contar. El PP quiere privatizar el sistema público de pensiones. No quieren un sistema público de pensiones, sino abrir la puerta a los planes privados. Lo que quiere el PP, es lo mismo que plantea Vox: que quien pueda pagar una pensión la tenga, y quien no, que se las arregle como pueda.  Tampoco se comprometen a mantener el poder adquisitivo de las pensiones. Y deja claro que, si gobiernan, volverán a las subidas mínimas o la congelación. Ya ocurrió con Rajoy, cuando las pensiones solo subían 1 euro. Al PP no le importa lo más mínimo nuestros mayores. Otro de sus objetivos es debilitar y atacar los derechos laborales. CCOO y UGT lo han advertido. El PP quiere retroceder en avances como la subida del SMI, la reforma laboral pactada con sindicatos y empresarios o la reducción de la temporalidad… Todo eso les molesta. Y como siempre que gobiernan la derecha, pretenden aplicar la misma receta: Menos salario, menos derechos y más desigualdad”. Afirman que la propiedad privada es la mayor garantía de libertad.  Solo mencionan dos veces la palabra “paro”, una vez la palabra “desigualdad”, “alquiler” o “cambio climático”. No hay referencia ninguna a LGTBIQ+, ni a la Dana, ni a emergencias, financiación autonómica o gestión del agua. Eso sí, “España” aparece 70 veces, “nación” 15, “inmigración” 12 y “libertad” 18. Este es realmente el proyecto de país de la derecha: un país donde solo caben unos pocos.

Aznar, Feijóo y Rajoy en la primera jornada del congreso del PP.

La foto del congreso popular no deja dudas. “Feijóo quiso rodearse de Aznar y Rajoy, sus grandes referentes de un pasado marcado por la corrupción, los recortes y la mentira. Con más de 30 causas judiciales abiertas entre 2025 y 2030, el PP pretende aún presentar a estos dos expresidentes como modelos éticos. Y Pablo Casado, el único líder del PP que se atrevió a hablar —aunque tímidamente— de la corrupción interna, fue laminado y borrado de la historia oficial del partido. La imagen más elocuente del congreso, sin embargo, fue la de Ayuso siendo obligada a quedarse en una foto junto a Feijóo, con gesto de incomodidad y clara tensión. La relación entre ambos es un secreto a voces: ella busca proyectarse como la líder del ala dura del partido, mientras Feijóo intenta aparentar moderación. Ayuso, con su show de fresas y frases vacías, es el símbolo de una derecha populista, que apela más a las vísceras que a la razón. Y mientras tanto, Mazón recibe un aplauso cerrado. Esta es la prueba de lo que les importan al PP las víctimas. ¿Qué se puede esperar de gente así? Y Albiol fue elegido para presidir el congreso popular. Un político que ha coqueteado sin tapujos con postulados de ultraderecha, y que ahora es encumbrado como rostro del “nuevo” PP. ¿Este es el futuro de la derecha en España? ¿Un partido cada día más próximo a Abascal y cada vez más alejado del centro político? Feijóo ha colocado como personas de máxima confianza a Miguel Tellado y a Ester Muñoz. No por su capacidad de diálogo, por su experiencia en gestión pública o por tener una visión de país, sino por su fidelidad al barro, al bulo y al enfrentamiento. Tellado se ha convertido en el rostro de la crispación parlamentaria, del insulto gratuito y la provocación calculada. El nuevo PP ha dejado de disimular: no quieren construir país, quieren incendiarlo si eso le acerca al poder. Termina el congreso del PP y nada ha cambiado. Como reconoció Feijóo en otra de sus frases: ‘Ya sé que esta lista solo interesa a los nombrados’. Y es verdad. Han sido tres días sin propuestas, sin ideas, sin un mínimo de honestidad política. Solo ruido, espectáculo y rencor. Han elegido competir con Vox en el terreno del extremismo. Han renunciado a ser un partido de Estado para convertirse en una maquinaria de oposición sin escrúpulos”.

Feijóo lanza a un PP sin debates ideológicos.

Aitor Riveiro ratifica en ElDiario.es que este es el acto fundacional de un nuevo tiempo con el discurso que lo encumbró como líder de la oposición con un respaldo absoluto de sus compañeros: 99,24%. “El dirigente gallego recibió así el plácet de su partido para un segundo y último asalto a la Moncloa. “Feijóo, que cumplirá en septiembre 64 años, sabe que se la juega en un último ‘cara a cara’ con el líder del PSOE: “Sánchez o yo”. Para ello, se rodea de los más duros de entre los duros del PP para que le acompañen mientras escamotea sus propuestas concretas. No es la primera vez que Feijóo se coloca objetivos, si no inalcanzables, casi. De hecho, los 10 millones de votos ya los anunció en el 2022, cuando aterrizó en Madrid tras desbancar a Pablo Casado (el gran ausente este fin de semana de confraternización de todos los PPs), seguro de lograr el Gobierno a la primera. No lo logró. Ni los votos ni el poder. Le faltaron dos millones de papeletas y 40 diputados. Tras pactar con Vox, UPN y Coalición Canaria se quedó a cuatro escaños. Pero este Feijóo, que no es el mismo, cree haber aprendido de sus errores. ‘No va a ser un paseo por el campo’, arengó a sus huestes en su discurso del domingo. “Frente a un adversario que solo conoce la ley de su propia ambición y desesperación no cabe el descuido ni el exceso de confianza’, aleccionó a la concurrencia… El alineamiento con Feijóo fue máximo desde el convencimiento de que, esta vez, sí o sí, llega a la Moncloa. Lo dijo él mismo: ‘Seguro que vamos a llegar’. En caso contrario, asumió, será ‘un fracaso’. Si sucediese, sería el último. La renuncia de Isabel Díaz Ayuso a dar la batalla por unas primarias puras fue elocuente. La dirigente prometió ‘hacer todo’ para garantizar ‘un militante, un voto’. La ponencia de estatutos no recogía esta premisa. Tras muchas conversaciones, cedió ante su jefe, quizá por primera vez. Apenas una semana antes había reventado la estrategia de todo el partido durante la Conferencia de Presidentes de Barcelona, para disgusto de sus compañeros. Pero este domingo Ayuso compartió escenario con Feijóo, tras dos días notoriamente ausente y silenciosa. Su discurso fue eminentemente madrileño y centrado en sus propios problemas y empeños. Del “sanchismo-comunismo” al “me gusta la fruta”. “Que me dejen en paz”, llegó a espetar, para ‘ser libre a mi manera’. ‘Vamos a estar en todo momento a tu lado, enhorabuena’, le dijo a su jefe de filas. En media hora apenas le lanzó una advertencia. ‘Vamos a estar vigilantes’, le dijo. En 2022, fue más contundente y le avisó de que ella tiene “poca paciencia para las tonterías, poco aguante para las imposiciones”.

Tellado prometió un Gobierno en solitario mientras el PP dejaba abiertas las incógnitas sobre Vox.

Feijóo, que suma décadas en política profesional y orgánica, aprovechó el momento para hacer un partido a su antojo. Hizo lo que quiso, sin dar cuentas a nadie. E intentó compararse con el predecesor que más control tuvo nunca del partido y que, de hecho, tiene todavía una gran ascendencia interna: José María Aznar. Si el expresidente refundó el partido, en 1989, para convertirlo en la gran casa del centroderecha español, cosa que lograría un lustro después, el gallego quiso hacer ahora lo mismo. Y, como Aznar entonces, eligió a un equipo de ‘killers’. El primero, el secretario general, Miguel Tellado. El sábado le puso deberes delante de los más de 3.600 compromisarios y desveló una charla con el expresidente en referencia a quien fue su ‘mano derecha’ en el partido durante años: Francisco Álvarez Cascos, apodado “general secretario” por su mano dura interna. “Aznar me dijo [sobre Tellado], ‘no es general, es coronel’. Para ser general secretario hay que ganar y gobernar, Miguel. “Tellado es la persona más dura del equipo de Feijóo. Con mucha diferencia. Y aunque hasta ahora ha controlado el partido de forma más o menos indirecta, su elección lanza un mensaje claro a toda la organización. Todo el PP se pone en modo electoral y a las órdenes de Génova. “Duro es ver a un Gobierno robar”, dijo Tellado el sábado durante su último informe. “En el PP, las mujeres son nuestros iguales”, apuntó, pese a que en Galicia un conselleiro denunciado por una supuesta agresión sexual fue despedido entre aplausos de los suyos cuando renunció al cargo. Tachó de “amenaza para la democracia” a Pedro Sánchez, tildó a los partidos de la actual mayoría de gobierno de “falsos demócratas” que quieren “seguir robando y taparlo todo”. Y se anticipó a la orden de su jefe: “No te vamos a fallar. Nos faltaron cuatro escaños para hacerte presidente”. Tellado se sentará a partir de ahora a la derecha de Feijóo en el Congreso y será el segundo en intervenir en las sesiones de control, con la mirada puesta en María Jesús Montero. La tercera en el escalafón será su heredera en la portavocía parlamentaria, un fichaje personal del gallego a la que ha cuidado y guiado hasta ser lo que hoy es: Ester Muñoz. Ambos destacan por su cercanía discursiva y personal con Vox y un discurso antinacionalista que, en el caso de la leonesa, enarbola desde su juventud (no es el caso de Tellado que se inició políticamente en las juventudes del BNG). Aunque Feijóo planteó que quiere una amplia mayoría como las que llevaron al PP a las grandes mayorías absolutas del 2000 o de 2011, sus decisiones van menos encaminadas a atraer al votante centrista o socialista susceptible de votarlo y más a ampliar su espacio por la derecha. O, quizá, a evitar que los problemas del Gobierno engorden más a los de Santiago Abascal que al PP. Según las últimas encuestas, publicadas los días previos al cónclave, los ultras no solo no caen, sino que suben en plena crisis socialista.

"O Sánchez o yo".

Lanzado hacia el “combate final”, el PP de Feijóo va a tener un problemilla si el día de las elecciones no se encuentre a Sánchez enfrente. Se le cae todo: el programa, el eslogan, la camiseta, el discurso, los papeles… Y puede que las opciones de llegar a la Moncloa. Isaac Rosa comenta que el principal combustible político del PP y casi el único capital electoral de Feijóo es ese: el antisanchismo. “O Sánchez o yo”. Entre todas las camisetas graciosas que se vendieron en el congreso del PP del pasado domingo faltaba la que se puso Núñez Feijóo en su discurso de cierre: “Solo hay dos opciones: o Sánchez o yo, no hay más”. En esa frase quedaron resumido el congreso, los últimos años de oposición y el tiempo que quede hasta las generales: “O Sánchez o yo”. ¿Quién dice que no tiene programa político? “O Sánchez o yo”. Le sirve también como eslogan electoral para las generales: “O Sánchez o yo” en los carteles, con una foto de Feijóo para que se entienda bien quién es “yo”. ¿De qué se habló en el congreso pepero? De Pedro Sánchez. Del sanchismo. De la desgracia que es para España el sanchismo. De la urgencia de acabar con el sanchismo. De la promesa de barrer el sanchismo cuando lleguen al poder. Aznar habló de Sánchez (para desearle la cárcel), Rajoy habló de Sánchez (para recordarle la moción de censura), Ayuso habló de Sánchez (para llamarlo dictador comunista), y por supuesto Feijóo habló de Sánchez en la clausura (dedicándole un “Yo acuso”). El PP de Feijóo, lanzado hacia el “combate final”, va a tener un problemilla como el día de las elecciones no se encuentre a Sánchez enfrente. Se le cae todo. El programa, el eslogan, la camiseta, el discurso. Y puede que las opciones de llegar a la Moncloa. Porque a día de hoy el principal combustible político del PP y casi el único capital electoral de Feijóo para sumar mayoría propia o con Vox, es ese: el antisanchismo. Echar a Sánchez. Lo mejor que le puede pasar a Feijóo es que Sánchez sea candidato en 2027, o antes si adelanta las elecciones. Si, como dicen, al gallego solo le queda una bala, su bala es esa: el antisanchismo. Al otro lado, Pedro Sánchez no puede replicar con “O Feijóo o yo”, ni en versión ampliada: “o la derecha y la extrema derecha, o yo”. Esa bala ya la gastó en 2023, y desde entonces el “yo” de la ecuación no ha dejado de adelgazarse, desgastado primero por las dificultades para gobernar, los pactos mal explicados o mal entendidos por parte de su electorado, y en los últimos meses la corrupción que desmoraliza por completo al votante de izquierda. La reunión de este fin de semana del PSOE no levanta el ánimo de los suyos (“depresión”, “desánimo”, “psicosis”, dicen las crónicas). Y la resistencia a toda costa tampoco parece que emocione al electorado de izquierda. En el cine de acción hay un tópico habitual: el héroe que se sacrifica. El que se queda atrás para entretener a los malos mientras sus compañeros huyen. El que se lanza a una misión suicida, se queda a detonar manualmente la bomba o estrella su nave contra la base enemiga. El sacrificio que se le puede pedir a Sánchez se parece más al del herido que pide a los demás que sigan sin él, para no ser una carga. No que resista, ni que se enfrente a la derecha y la ultraderecha en el “combate final”: que se quede atrás. Que cuando Feijóo se lance a dar la estocada final, tropiece llevado por su mismo ímpetu al no encontrar a su némesis al otro lado, sino a un rival contra el que no tiene apenas discurso ni bala preparada, tras haberlo apostado todo al antisanchismo. Que se tenga que presentar a las elecciones sin poder decir “o Sánchez o yo”. Y una mayoría de votantes le conteste: “ni Sánchez ni tú”

Sánchez sale reforzado del examen de sus socios en el Congreso

Dos días más tarde, en las Cortes, Pedro Sánchez no lo tuvo nada fácil. “Las señales –explica Antón Losada en ElDiario.es–, no eran buenas, empezando por la equívoca metáfora del capitán que no abandona el barco en medio de la tormenta, cuando han sido las decisiones del propio capitán las que han dirigido el barco directo al temporal. Las contradicciones y tropiezos que marcaron la gestión socialista de la crisis invitaban a esperar un presidente no suficientemente consciente de que no afronta una crisis, confronta dos: la crisis de corrupción y la crisis de credibilidad de su liderazgo. Pero a la tribuna del Congreso de los Diputados subió ese superviviente llamado Pedro Sánchez que sabe intuir por dónde van los tiros en cada momento y moverse más rápido para esquivarlos. Consciente de que su principal punto de apoyo pasa por el mayoritario deseo de sus votantes de que la legislatura no acabe así, hizo lo que tenía que hacer y en el tono que tenía que hacerlo. A Mr. Handsome le sustituyó en la tribuna un nuevo Míster Humildad. Empezó por el principio y se reivindicó como un político limpio; el mensaje es que ni hay ni habrá un P. Sánchez. Sin eludir sus responsabilidades, a continuación, pidió una segunda oportunidad a la confianza de sus socios, con el giro inteligente de buscar el aval de organismos internacionales, y finalmente presentó un plan que cubre todas las casillas de un checklist homologado contra la corrupción. De manual. Pedro Sánchez sabía que su misión consistía en dar una razón a sus votantes y socios para concederle una segunda oportunidad y continuar la legislatura por unas políticas que merecen la pena. Lo hizo lo mejor que supo y seguramente podía. Los primeros indicadores de las réplicas de los socios estaban siendo algo más que favorables. Si Pedro Sánchez y Yolanda Díaz no se habían repartido los papeles previamente, ciertamente lo pareció. Ni la coalición estuvo en cuestión, ni el gobierno parecía acabado. Ni en lo político, ni en lo personal. Para mayor fortuna de ambos, Alberto Núñez Feijóo subió a la tribuna en modo tertuliano, sin haber escuchado una palabra de su discurso. Si el objetivo del líder popular pasa como proclama por atraer a un millón de votantes socialistas, queda claro que aún no ha empezado. La bronca entre las derechas por ver quién estafa a quién supuso otro regalo inesperado por parte de una oposición que se ve tan ganadora que no pareció consciente de lo mucho que se jugaba en esta sesión”.

El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se enfrentó a un pleno, en el que se jugó el apoyo de sus socios de investidura, y a las ansias de la derecha y ultraderecha por hacer sangre de los casos de corrupción. A sus socios les pareció insuficiente el Plan Estatal de Lucha contra la Corrupción, pero no amagaron con pulsar el botón nuclear y romper el bloque de investidura. Mostraron cercanía con el presidente del Gobierno y le dieron su voto de confianza, limitado a exigir más ambición en políticas sociales. Desde Sumar, Yolanda Díaz declaró que sabía que Sánchez “es honrado”. Recordó que, pese a ello, “la ciudadanía progresista está angustiada”. Y rebajó el tono mantenido estos días contra el PSOE, reservando su discurso más duro para Alberto Núñez Feijóo, que salió un tanto escaldado con sus meteduras de pata.  Por su parte, Podemos mostró su tono habitual en su estrategia de oposición a Sumar, señalando que el PSOE no entendió nada del 15-M, ni del 8-M. Pero no mostró guisos de romper. Los únicos que hablaron de una cuestión de confianza fueron PNV y Coalición Canaria. Otras voces de Moncloa reafirmaron que el Gobierno de coalición “aguanta” frente a un PP que “lo está haciendo muy mal” y que está condicionado por Vox. Alberto Núñez Feijóo, que sueña con ser presidente y que busca los cuatro apoyos que le faltan para conseguir la mayoría, no dudó en preguntar a Sánchez “de qué prostíbulos ha vivido” y le acusó de haber sido “partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución”, en alusión a su relación con empresarios investigados por explotar prostíbulos y a la ley abolicionista que el PSOE prevé llevar al Congreso. Por otro lado, Santiago Abascal, líder de la ultraderecha, sólo estuvo en el Pleno durante su intervención, saliendo del mismo como gesto de protesta. Patxi López, portavoz socialista en la Cámara Baja, no dudó en defender las medidas anticorrupción del Gobierno y en señalar la trayectoria del PP, que no ha sido otra que “alimentar, proteger y pagar en diferido” la corrupción, en alusión directa al caso Gürtel y al historial popular, con José María Aznar y Mariano Rajoy como buques insignia de la corrupción. “Nosotros los expulsamos del partido desde el minuto uno. Donde otros destruían pruebas, nosotros cambiamos las contraseñas para que nadie pudiera borrar nada”, dijo en referencia a Cerdán y Ábalos, para después contestar a Vox, denunciando su “odio” y su “incompatibilidad ética y política total”. Pero su mensaje más contundente fue para Feijóo, a quien acusó de usar el barro para tapar su falta de proyecto de país: “No tienen alternativa. Solo intentan destruir al presidente, al Gobierno y al PSOE”. Con esta reciente victoria parlamentaria del líder del Ejecutivo, todo quedaba supeditado a que el caso Cerdán no escale a ‘caso PSOE’, pero también a que los avances sociales cristalicen de aquí a final de año. Es el famoso “giro copernicano” que exige Sumar. Así, el examen al que se sometió el miércoles Pedro Sánchez fue superado por el momento. Queda por ver si hasta el final o por cuánto tiempo.

 Óscar López señala a Feijóo como el político más sucio de España.

El ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, se dirigió Alberto Núñez Feijóo, quien “perdió los papeles” y lo calificó como “el político más sucio que ha habido en primer nivel en España”. López señaló a Feijóo por haber ascendido a su posición mediante “una campaña de fango”. Destacó su estrategia de confrontación, lo que, en su opinión, conlleva alianzas con la ultraderecha y una retórica basada en ataques y descalificaciones. E indicó que el PP está en una fase de “desesperación” y no cuenta con propuestas concretas para el país, subrayando que “lo único con lo que mantiene los puentes es con la ultraderecha”. 

  Fotomontaje de Óscar Puente y Alberto Núñez Feijóo.

Igualmente, Óscar Puente, ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, se pronunció por su parte través de redes sociales: “La bajeza de Feijóo no es entrar en asuntos familiares de un adversario político. Su bajeza es hacerlos, sirviéndose de un bulo infame y de una investigación ilegal. Se trata del personaje más inmoral que ha pasado por nuestra política, como nos avisaba su amistad con un narcotraficante”, terminó ahondando. Por su parte, Javier Ruiz, director del programa ‘Mañaneros 360’, de TVE, informó que el contenido de otro de los informes de Villarejo en el marco de las cloacas del Estado. El texto, ya en manos de la Fiscalía, se presentó “sin sello judicial, ni policial”, bajo el título de ‘Riesgos PS’. “Hubo seguimientos al presidente del Gobierno y a su familia. Espionaje para destruir a quien acababa de ganar las primarias en 2014”.  Y añade: ‘Se han recibido instrucciones en Interior, de la Superioridad, después de los avances verbales facilitados sobre PS, a raíz de ser nombrado secretario general del PSOE’”. Los seguimientos en cuestión también entran al detalle de “una de estas viviendas adquirida por el suegro de PS es el chalet situado en Pozuelo, donde actualmente vive con su esposa BG (Begoña Gómez) y sus dos hijas”. El presentador del programa añade que esta cuestión ahora es objeto de más de una treintena de preguntas en sede parlamentaria de parte de la oposición encabezada por el PP. Los propios policiales que conforman este espionaje, tal y como explican en el programa, aducen a una “urgencia de la Superioridad”, lo que radica en que muchos de los extractos del informe sean “falsos o no estén corroborados”, sustentado en que el último párrafo de todo este documento “puede contener errores”. Con este telón de fondo, desde Génova están empleando esta papeleta para enfangar el debate político y parlamentario. El ‘número 2’ de Interior en la etapa de Mariano Rajoy en el Gobierno, Francisco Martínez, ya habló con Villarejo de “saunas y prostíbulos” atribuidos al suegro de Sánchez; quien, a su vez, es la misma persona que, en las cloacas del Estado y la policía patriótica, elucubró la trama contra Podemos.

Otros comentarios, imágenes, fotos y fotomontajes:

Feijóo con Marcial Dorado. Foto publicada por El País.

La sagrada familia. Faltaba Feijó. ¿No sería porque era quien hacía la foto?

La foto de la vergüenza del Congreso del PP

 
Isabel Díaz Ayuso durante su alocución pública.

Se hace duro ver a Isabel Díaz Ayuso leer sus supuestas ocurrencias de un papel. La espontaneidad impostada de la lideresa madrileña, esos chascarrillos pretendidamente hilarantes, suscitan el bochorno entre propios y extraños. “Tenemos la suerte de celebrar cada año aquí [Ifema] la Fruit attraction –comenzó Ayuso, durante la convención del Partido Popular que es la feria hortofrutícola más importante de España, una de las más importantes del mundo.... Dicho esto, la presidenta de la Comunidad de Madrid introdujo una pausa en su alocución, abrió bien los ojos hasta el punto de asustar al personal y, con los brazos al aire, dijo: “Porque nos gusta la fruta”. Un chiste ya un tanto revenido que sigue estirando mientras puede, sabedora de que sus correligionarios se lo perdonan todo. Gaspar Llamazares, excoordinador general de Izquierda Unida, reconvertido ahora en concejal de la coalición Convocatoria por Oviedo, no duda en expresar de forma contundente lo que muchos piensan cuando Ayuso cuenta sus ocurrencias prefabricadas: “Esta chulería pija es insoportable”. (Tremending)

Por sus muertos los conoceréis

Netanyahu nomina a Trump para el Premio Nobel de la Paz. (el mundo en manos de putos psicópatas)

El humor en la prensa de esta semana: Kap, Javi Salado, Antón, Idígoras, El Roto, Peridis, Eneko, Enrique, Manel F., Vergara, Santygutiérrez, Asiery Javier, Pedropol…











El que sabe, sabe.
Apendiendo con el PP.




La luz.
Elfunambulista.

El expulsómetro.




 Negocidio. (Pedropol)

Disturbios y detenciones en Turquía por esta caricatura  por representar a Mahoma.

En su número del 26 de junio, la revista satírica turca LeMan publicó esa viñeta en la que un personaje, flotando entre escombros y bombas, da la mano a otro y dice: “Salam aleykum, soy Mahoma”. Y éste le responde: “Aleykum salam, soy Musa (Moisés)”. La fiscalía incautó los ejemplares del número que contenía dicha viñeta y la página web de LeMan dejó de estar accesible.

 Pep Roig, desde Mallorca.


 El retorno del Prínsipe Asul (Cap. 47) Vendidos

 Coyunda.

                                
                                                                                                 A coces.
A lo suyo.
Amistades peligrosas.

Los vídeos de esta semana:

FEIJÓO llama "FRAUDE" a SÁNCHEZ y le insta a "CONFESAR" y convocar ELECCIONES | RTVE Noticias

PEDRO SÁNCHEZ: Las 15 MEDIDAS del PLAN contra la CORRUPCIÓN para "recuperar la CONFIANZA" | RTVE

¿Quién es quién en el PSOE? Por Andreu Buenafuente | Futuro Imperfecto

 

SESIÓN DE CONTROL | SÁNCHEZ anuncia un plan ANTICORRUPCIÓN: “No tiro la toalla”




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