Primera fumata negra del cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco
El pasado miércoles
arrancó la cita católica por excPrimera fumata negra del cónclave para elegir al sucesor del papa
Francisco.edencia; el miércoles de cónclave, del latín
cum clavis (“bajo llave”). Se trata de la reunión a puerta cerrada de los
cardenales electores en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo Romano
Pontífice, mediante votación secreta. Un total de 133 cardenales de todo el
mundo se congregaron para elegir al nuevo papa. Secretos, traicione, hermetismo
y unos outfits de infarto fueron los protagonistas de las horas, días o
incluso meses que la elección podía durar. Se trata de un acontecimiento
cargado de simbolismo, liturgia y normas estrictas que beben de siglos de
tradición. Los participantes quedaron completamente incomunicados: no pudieron
recibir visitas, ni correspondencia, ni utilizar teléfonos o dispositivos;
cualquier contacto con el exterior estuvo prohibido. Los cardenales estuvieron
“encerrados”, dedicados exclusivamente a la oración, deliberación y votación.
No
pudieron ver la televisión, ni tener acceso a móviles ni a la prensa. Tampoco
podían saber nada de lo que ocurrido fuera. Roma y el Vaticano diseñaron un
robusto sistema de bloqueo de comunicaciones para impedirlo. Si nadie alcanzaba
la mayoría requerida, los votos se quemaron (generando fumata negra) y se
procede a otro escrutinio. Se realizaron hasta cuatro votaciones por día (dos
por la mañana y dos por la tarde). Pero, por fortuna para ellos, el cónclave
para ellos, duró apenas dos días. Fueron sólo dos días centrados en la elección
del nuevo papa que hoy repasamos en este blog.

Los cardenales del cónclave.Juanlu Sánchez escribió
sobre del cónclave en Al Dia: “La primera votación de la jerarquía católica
para elegir al nuevo papa ha sido fallida y anoche vimos salir por la chimenea
vaticana al humo negro. Los cardenales están, de momento, perdidos. El color de
la primera fumata del cónclave significa que ninguno de los propuestos ha
llegado a los 89 votos, la mayoría de dos tercios de los 133 cardenales que
ahora mismo están encerrados en Casa Santa Marta, en su propia isla de
conspiraciones, donde los otros pueden ser aliados o traidores en la búsqueda
de una constante vestida de blanco, de un hombre que renuncie a su identidad
para someterse al rito, que reinicie la cuenta atrás una vez más para evitar el
colapso de la Iglesia. El tiempo y el espacio del cónclave son diferentes. Bajo
la Capilla Sixtina, cerrada como una escotilla, la mano de un cardenal de negro
llamado Jacob ha elegido al azar a nueve compañeros para hacer las veces de
‘junta electoral’ y certificar las votaciones antes de quemar en la chimenea
las papeletas y añadir un producto químico para darle al humo el color
correspondiente. Si no se complica mucho la cosa, hoy tiene pinta de ser el día
crucial y el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, sigue siendo el
favorito. Durante esta misma mañana se pueden realizar hasta dos votaciones y otras
dos más por la tarde. Los expertos dicen que quizá tengamos fumata blanca antes
de mediodía y sabremos si el nuevo papa será discípulo de Francisco o su
némesis. Mientras, la Iglesia sigue en el limbo”.

El
“Cónclave”
(2024), de Edward Berger
Película basada en la
novela de Robert Harris. El espectador se ve inmerso en el proceso secreto y
altamente dramático de elección papal tras la muerte de un pontífice. Con una
narrativa tensa y cargada de suspense, la película construye una imagen del
papado como un símbolo de poder moral, legitimado no sólo por la fe, sino
también por la conciencia histórica y la política. En esta historia, la tensión
entre lo divino y lo humano, entre lo revelado y lo oculto, se convierte en el
motor del relato, subrayando la ambigüedad inherente a la figura papal. El
proceso de elección no sólo se convierte en un thriller lleno de secretos y
maniobras políticas, sino en una reflexión sobre el poder, la legitimidad y el
peso simbólico de la autoridad espiritual. Yes que la figura del Papa es una
rareza. Nos lo recuerda Daniel Sánchez Caballero: “Pocas religiones, al menos
entre las mayoritarias del mundo, tienen un personaje que, como el pontífice,
mande sobre toda la comunidad de creyentes. Ni siquiera las otras ramas del cristianismo
(protestantes y ortodoxos son las dos principales) responden a este modelo. Sólo
el budismo tiene también un responsable máximo, el Dalái Lama; el islam o el hinduismo
funcionan más como una suma de diferentes tradiciones y prácticas religiosas en
las que el liderazgo se ejerce habitualmente a nivel local por los imames o los
gurús, encargados de mantener la tradición. Un rol similar al que juegan los
rabinos en el judaísmo, aunque en este caso la religión es más unitaria. La
elección o designación de estos líderes varía según la religión o incluso
–dentro de una misma– entre las diferentes
corrientes. Desde la búsqueda de la reencarnación del Dalái Lama hasta la
designación de los gurús o las votaciones guiadas por la sabiduría del espíritu
santo de los cardenales católicos, diversos métodos conviven en los centros de
culto”.
Los cardenales Gerhard Ludwig Müller y
Raymond Leo Burke.
Beatriz Sevilla elabora
en CTXT una lista ideológica sobre los cardenales que votaron en este cónclave.
“Cuando se muere un papa, lo primero que hace(mos) mucha gente no religiosa es
intentar seguir el cónclave como si fuera un deporte o un festival de
Eurovisión. Pero, ¿cómo entender el proceso sin saber un poco más sobre los
contendientes? Por suerte, el colegio
cardenalicio tiene una página web bastante completa con información sobre todos
los cardenales que votan, que no votan, y que se consideran “papables” (esto es
una apreciación subjetiva de los vaticanólogos, que es una cosa que existe,
aunque técnicamente cualquier hombre católico podría ser elegido papa). La web
tiene una sección en la que se puede ver qué opinan los cardenales sobre los
diez temas más importantes y más controvertidos del Vaticano, tanto los
papables como el resto. Pero, a no ser que te la estudies, es difícil saber
cuáles son los candidatos más o menos conservadores, dependiendo de lo que
opinan sobre los distintos asuntos. Para facilitar la comprensión de la
información, metí todos los datos de los papables en una hoja de cálculo y creé
un ranking de progresismo y otro sobre cuánto se mojan con cada tema
controvertido (no es lo mismo sacar un aprobado porque opinas cosas muy
diferentes que porque no opinas sobre casi nada). También incluí al difunto
papa Francisco como referencia. Este dijo en su momento que estaría bien que
hubiera más mujeres en puestos de liderazgo en la Iglesia, pero no como
diaconisas, aunque dejó la cuestión abierta. Se restringió la misa en latín: ya
estaba bastante restringida, pero un poco más, que era lo que quería Francisco.
Hubo acuerdos secretos entre China y el Vaticano. Durante décadas hubo en China
dos iglesias católicas: una aprobada por el Gobierno y otra (fiel a Roma) que
era perseguida. El objetivo de estos acuerdos era reducir la división entre
ambas iglesias y mejorar sus relaciones. Se promovió la iglesia sinodal: al
papa le importaba tanto esto que organizó un sínodo sobre la sinodalidad como
forma de hacer la Iglesia más inclusiva, más participativa, y más abierta a
escuchar. Algo que fue criticado desde el sector conservador por su vaguedad y
por hacer la Iglesia menos jerárquica. Se enfocó el cambio climático. Se reconsideró
el Humanae Vitae, una encíclica de 1968 que decía que los anticonceptivos
artificiales eran “intrínsecamente malvados”. Se permitió comulgar a gente
divorciada o casada en segundas nupcias…”

Fumata blanca en el Vaticano.Finalmente, la Iglesia
Católica tuvo nuevo papa. Le conocimos como León XIV aunque su nombre real es
Robert Prevost Martínez. “Su origen –comenta Juanlu Sánchez– ya es elocuente:
es el primer papa estadounidense, pero de madre española, y tiene también la
nacionalidad peruana, donde vivió 18 años y fue obispo. De hecho, en su primer
discurso ante la multitud usó el italiano y el español, no el inglés. Sus
compañeros agustinos en América Latina le llamaban ‘Roberto’. Vale, vale, todo
muy bonito, pero… políticamente, ¿qué? Pues se le considera una versión más
moderada pero continuista de Jorge Bergoglio. Es de los EEUU pero se le ha
puesto la etiqueta de ‘antiTrump’, así que, aunque el presidente norteamericano
haya sacado pecho patriótico del nombramiento, no es una buena noticia para él.
Eso sí, tampoco nos vengamos arriba: dicen que León XIV es más conservador que
Francisco en asuntos clave para los laicos. Queda por saber quién y a cambio de
qué fraguó los apoyos para que Prevost fuese papa y no Parolin, el gran
favorito. Sí se ha dado una gran coalición de cardenales conservadores y progresistas
para cerrarle el paso a los ultras de la Iglesia o sí hay una intención más
hacia fuera de darle la batalla moral a Trump en su propio terreno. León XIV se
adentra en la selva política que trató a su anterior papa como un enemigo.
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Robert Prevost (Chicago,
1955), un agustino, misionero y 'antiTrump', fue el nuevo Papa, León XIV. Se
trata de un estadounidense nacionalizado peruano, un perfil atípico, quien
sintetiza, según Jesús Bastante, lo mejor de dos subcontinentes: la eficacia
organizativa estadounidense y la sensibilidad pastoral latinoamericana, dos
pilares clave para continuar la revolución sinodal de Francisco. “Combina el
pragmatismo norteamericano con la calidez y el colorido de Latinoamérica, donde
se fogueó y se curtió como pastor. Y, además, podría erigirse en muro de
contención frente al presidente Donald Trump, cuyos mecanismos políticos conoce
a la perfección. Desde el momento en el que sonó como papable se desencadenó
una campaña contra él por parte de los rigoristas que, con bulos y medias
verdades, le acusaron de encubrimiento de casos de abuso sexual. Algo que se ha
demostrado ser absolutamente falso, pero la máquina del fango sigue
impertérrita en su afán por desacreditarlo. Su principal reto es trasladar su
eficacia administrativa al carisma profético que exige el momento. Mientras
Francisco combinó gestos radicales (lavatorio de pies a reclusos) con reformas
estructurales, Prevost deberá demostrar que puede “desatar los nudos” del
clericalismo sin quedar atrapado en la maquinaria vaticana. En un cónclave
donde la sinodalidad es la línea roja, su trayectoria como formador de
comunidades participativas en Perú y su actual control del mapa episcopal
global lo convierten en un continuador viable del proyecto franciscano. La
pregunta es si su perfil bajo podrá encender el mismo fuego reformista que el
Papa argentino”.
Otros comentarios,
imágenes, fotos y fotomontajes:

Wyoming, humorista y
presentador de 'El Intermedio', reaccionó a la primera fumata negra del
cónclave. a falta de acuerdo sobre el papa elegido en el
cónclave papal. Y, para hacerlo aún más entretenido, el Gran Wyoming puso sobre
la mesa una idea revolucionaria: “Amigos, hay que tener paciencia. La elección
del Papa puede durar unos días… o una eternidad”. Por si a alguien le parecía
exagerado, Wyoming rescató el ejemplo histórico de Gregorio X. “Los cardenales
estuvieron tres años votando. Tres años. Hubo tantas fumatas negras que medio
Roma pensó que el Vaticano había abierto una pizzería con horno de leña”, soltó
entre risas. No faltó quien mirase el humo buscando si llevaba orégano. El Gran
Wyoming aprovechó para lanzar una propuesta que no debería caer en saco roto:
“Esto es un reality en toda regla. Gente encerrada, debates eternos,
estrategias, alianzas… ¡Si hasta tienen un confesionario y una voz omnipresente
que les habla desde los altavoces!”. ¿Y el título? Ni Gran Hermano VIP, ni La
Isla de las Tentaciones: Gran Vaticano. Lo tenía todo para arrasar en prime time.

Hasta los que no son
creyentes miraron de reojo lo que ocurrió en el Vaticano durante estos días.
Yo, después de haber visto la película "Cónclave"Falsa alarma.
Hay que tener pocas miras para intentar boicotear a
las Energías Renovables cuando España sería una potencia mundial y totalmente
autosuficiente. Menos pedir energías arcaicas y más trabajar por que se mejore
la capacidad e infraestructuras. Pero
claro, habiendo trinke...(SkakeoFanZine)

Un estadounidense con
alma latinoamericana. Un reformista que huele a Evangelio de base. Un papa que
ya tiene enemigos dentro… y fuera. El
nuevo pontífice, Robert Prevost, vivió casi 40 años en Perú y se curtió en
diócesis pobres, alejadas del poder. Allí entendió lo que es una Iglesia al
servicio del pueblo, no del privilegio. Pero, desde que sonó su nombre, le
lanzaron una campaña de acusaciones falsas de encubrimiento de abusos. ¿Quién?
El Sodalicio de Vida Cristiana, una secta ultracatólica, disuelta por el
Vaticano tras escándalos gravísimos de pederastia, con vínculos con la extrema
derecha eclesial. Su líder, Luis Fernando Figari, fue expulsado de la Iglesia. Su
objetivo: tumbar a los aliados de Francisco. Saboteat cualquier intento de
cambio. Y Prevost era una amenaza: como prefecto de Obispos eligió perfiles
pastorales, feministas, latinoamericanos. Además, ha criticado públicamente a
Trump, a JD Vance, y al uso del cristianismo como arma política. No es un Papa
cómodo para los poderosos. Pero tampoco es un revolucionario total: se mantiene
conservador en género y sexualidad. Se opone a ordenar mujeres y cuestiona la
inclusión de identidades LGTBI en la escuela. La Iglesia está rota por los abusos,
por el clericalismo, por su silencio. León XIV tiene que decidir: reforma o
rutina. Verdad o poder. Evangelio o negocio.
(Spanish Revolution)

Al carajo con el sistema...la playa es de todos.
“Uno empieza comprando libros, tomándolos y termina
leyéndolos, pero en mi caso ya es una obsesión. Compro libros y ni siquiera los
leo: los acaricio. Tengo muchos libros que no he leído y sé que no voy a
leerlos jamás, pero los compro y me gusta tenerlos cerca”.
El humor en la prensa de esta semana: Martín, Miliki y
Duarte, Asier y Javier, Idígoras, Padylla, Enrique, El Roto, Peridis, Malagón,
Eneko, Manel F., Vergara, Pinto & Chinto…