miércoles, 8 de octubre de 2025

“Burro grande ande o no ande”.

 

Una manifestación del PP en Madrid.

David Torres menciona en su artículo en Público que el PP no deja pasar una sola oportunidad de hacer el ridículo. “Nunca un golpe de Estado duró tantos años, nunca una dictadura fue tan blanda y nunca unos disidentes tuvieron tanta prensa y tantos altavoces a su disposición. Es una estrategia de desgaste en la que no se sabe qué se va a desgastar antes: si el Gobierno, la oposición, la paciencia del público o los sinónimos del idioma castellano. Se trata ante todo de no desperdiciar munición, por lamentable o ínfima que sea, incluso en el caso de que la munición acabe por explotarles en la cara y acaben con los hocicos chamuscados, igual que el Coyote tras la explosión de un barreno marca Acme.

“Es muy posible que, de haberlo dejado en paz, ahogado en sus propias contradicciones y perdidos los endebles apoyos que lo sustentan, el Ejecutivo sanchista se hubiera venido abajo por sí solo hace ya tiempo, pero los empujones y las tarascadas de Feijóo, Ayuso y sus secuaces lo mantienen en pie gracias a una simple cuestión de física. A estas alturas, Sánchez es como aquel pistolero acribillado a tiros que no cae al suelo gracias a que los balazos recibidos de frente se equilibran con los disparos recibidos por la espalda: al final el cadáver termina bailando el cha-cha-chá. La respuesta más efectiva a esta sobreactuación suele ser la callada, ya que nunca hay que distraer al enemigo cuando comete una equivocación, menos aún si lleva cinco años y pico equivocándose.

“En efecto, después de haber fracasado a lo grande con el sancocho bolivariano y el estofado etarra, en el PP siguen empeñados en cocinar un marmitako judicial aderezado con toques de corruptelas, una auténtica especialidad de la casa. El cocido maragato de Ábalos, Koldo y Cerdán ya constituye en sí mismo un guisote lo bastante espeso como para triunfar, pero los cocineros de Génova todavía pueden arruinarlo por culpa de esa manía que tienen de llevarlo todo al límite, rellenándolo de embutidos extras y setas venenosas. El último ingrediente del cocido, excesivo a todas luces, es la sospecha de que existió financiación ilegal en el PSOE mediante una serie de pagos realizados mediante sobres, una posibilidad que en principio ya ha sido descartada por la UCO. Frente a la sabiduría minimalista de ‘menos es más’ o ‘lo poco agrada y lo mucho cansa’, se ve que en Génova prefieren lo de ‘burro grande ande o no ande’.

“Con las fotos que están empezando a circular de unos supuestos sobres con el logo del PSOE rellenos de dinero —billetes y monedas de céntimo incluidos—, la fachosfera en bloque ha iniciado su enésimo asalto a la reconquista de La Moncloa, sin caer en la cuenta del peligro de las asociaciones libres. Al ver un sobre relleno de billetes, cualquier votante con dos dedos de frente y un hilo de memoria pensará de inmediato en ese alegre tren de dinero negro que circulaba por la trastienda de Génova en los días felices de Mariano, con tres o cuatro ministros a la sombra y otros tantos imputados, una contabilidad en B que hacía daño a los ojos y el partido al completo considerado bajo el epígrafe de organización criminal. Sin embargo, ellos creen que ganarán la guerra de los sobres confiando en que sus electores se traguen el cocido maragato al completo, sin dejarse ni un bulo en el plato. Si Sánchez se empeña en continuar en pie, cualquier día de estos vamos a leer que Bárcenas era tesorero en Ferraz”.

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