“Burro grande ande o no ande”.
David Torres menciona en
su artículo en Público que el PP no deja pasar una sola oportunidad de hacer el
ridículo. “Nunca un golpe de Estado duró tantos años, nunca una dictadura fue tan
blanda y nunca unos disidentes tuvieron tanta prensa y tantos altavoces a su
disposición. Es una estrategia de desgaste en la que no se sabe qué se va a
desgastar antes: si el Gobierno, la oposición, la paciencia del público o los
sinónimos del idioma castellano. Se trata ante todo de no desperdiciar
munición, por lamentable o ínfima que sea, incluso en el caso de que la
munición acabe por explotarles en la cara y acaben con los hocicos chamuscados,
igual que el Coyote tras la explosión de un barreno marca Acme.
“Es muy posible que, de
haberlo dejado en paz, ahogado en sus propias contradicciones y perdidos los
endebles apoyos que lo sustentan, el Ejecutivo sanchista se hubiera venido
abajo por sí solo hace ya tiempo, pero los empujones y las tarascadas de
Feijóo, Ayuso y sus secuaces lo mantienen en pie gracias a una simple cuestión
de física. A estas alturas, Sánchez es como aquel pistolero acribillado a tiros
que no cae al suelo gracias a que los balazos recibidos de frente se equilibran
con los disparos recibidos por la espalda: al final el cadáver termina bailando
el cha-cha-chá. La respuesta más efectiva a esta sobreactuación suele ser la
callada, ya que nunca hay que distraer al enemigo cuando comete una
equivocación, menos aún si lleva cinco años y pico equivocándose.
“En efecto, después de
haber fracasado a lo grande con el sancocho bolivariano y el estofado etarra,
en el PP siguen empeñados en cocinar un marmitako judicial aderezado con toques
de corruptelas, una auténtica especialidad de la casa. El cocido maragato de
Ábalos, Koldo y Cerdán ya constituye en sí mismo un guisote lo bastante espeso
como para triunfar, pero los cocineros de Génova todavía pueden arruinarlo por
culpa de esa manía que tienen de llevarlo todo al límite, rellenándolo de embutidos
extras y setas venenosas. El último ingrediente del cocido, excesivo a todas
luces, es la sospecha de que existió financiación ilegal en el PSOE mediante
una serie de pagos realizados mediante sobres, una posibilidad que en principio
ya ha sido descartada por la UCO. Frente a la sabiduría minimalista de ‘menos
es más’ o ‘lo poco agrada y lo mucho cansa’, se ve que en Génova prefieren lo
de ‘burro grande ande o no ande’.
“Con las fotos que están
empezando a circular de unos supuestos sobres con el logo del PSOE rellenos de
dinero —billetes y monedas de céntimo incluidos—, la fachosfera en bloque ha
iniciado su enésimo asalto a la reconquista de La Moncloa, sin caer en la
cuenta del peligro de las asociaciones libres. Al ver un sobre relleno de billetes,
cualquier votante con dos dedos de frente y un hilo de memoria pensará de
inmediato en ese alegre tren de dinero negro que circulaba por la trastienda de
Génova en los días felices de Mariano, con tres o cuatro ministros a la sombra
y otros tantos imputados, una contabilidad en B que hacía daño a los ojos y el
partido al completo considerado bajo el epígrafe de organización criminal. Sin
embargo, ellos creen que ganarán la guerra de los sobres confiando en que sus
electores se traguen el cocido maragato al completo, sin dejarse ni un bulo en
el plato. Si Sánchez se empeña en continuar en pie, cualquier día de estos
vamos a leer que Bárcenas era tesorero en Ferraz”.
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