El libro y su feria de las vanidades...
Para Sánchez Dragó la Feria del Libro es como “una feria de las vanidades”. El ensayista, novelista y crítico literario, echa mano de cinismo para comparar a los escritores con las putas de Amsterdam que se exhiben en los escaparates. “Estás aquí –dice–, exhibiéndote, con la sensación de estar enseñando el liguero”. Del 29 de mayo al 14 de junio, la cultura del libro se convierte en un objeto preciado tanto por los amantes de su lectura como por los curiosos y exhibicionistas de la firma de su autor. Muchos, posteriormente, los leerán pero otros no llegarán a tanto, conformándose con incluirlos en su biblioteca como trofeos de caza dedicados. Es una feria, como todas las preciadas, que exige una puesta en escena con alguna personalidad nacional que se presta a la ceremonia de apertura. Este año fue la infanta Elena y las autoridades correspondientes las que inauguraron su 68ª edición en la que 68 autores se prestarán a poner su dedicatoria a cada quisque. Otras veces han venido más altos personajes como sus padres, el Rey o la Reina, sin duda más ocupados hoy en otros menesteres, como el descansar, que ellos consideran más importantes. Pero lo importante, para los libreros y sus potenciales lectores, es que se hable del libro, aunque sea por sus títulos y sus portadas. Teodoro Sacristán, director de la Feria, asegura que, pese a la crisis, “funciona y va sola porque tiene vida propia”. Otros, como Pilar Gallego, presidenta de la misma, declaran que ésta se ha convertido en uno de los actos culturales más tradicionales del año, aunque la cifra de las caídas de ventas respecto al año anterior oscile entre el 15 y el 20 %. “En este sector –explica Gallego mientras observa cómo se forman colas kilométricas en algunos estándares–, no ha habido grandes burbujas porque tampoco se han creado grandes fortunas”. Y los autores más conocidos y rentables se atrincheran tras los mostradores, dispuestos a escribir centenares de dedicatorias, mientras los críticos, gran parte de ellos montados en las caballerías de las grandes editoriales, trotan y tratan de hablar bien de las novedades, aunque no faltan los que, por encima de todo, salvaguardan su supuesta independencia. Pasa como en el mundo de los negocios en lo que todo se compra y se vende. Al fin y al cabo el libro, con su precio al lado o encima de su título, es un negocio más, aunque su contenido esté basado en signos culturales. Lo demuestran las riadas de espectadores interesados en ellos.
Las editoriales confirman –extraoficialmente, ya que no pretenden dar cifras hasta el día de su clausura– que estos primeros días han ido incluso bastante mejor que el año pasado. Y aluden a autores más conocidos por su imagen televisiva o periodística. La lista es larga pero citan algunos, como Eduardo Punset, David Cantero, Isabel San Sebastián, Boris Izaguirre, María Antonia Iglesias y un largo etcétera. Casi siempre son autores relacionados con la prensa o con la radio y televisión. Periodistas como David Cantero, de TVE, con “El hombre del baobab”, Nuria Roca, la presentadora de “reality” televisivo, con “Los caracoles no saben que son caracoles”, el escritor y periodista, Diego Caicedo, presidente Internacional de la Asociación de Periodistas Europeo y de su sección española (APE), con su novela “El niño que no iba a misa”, Fermín Bocos, periodista y autor de “El informe San Marcos”, Pascual García Arano, que ejerce su actividad en la sección de economía de un diario nacional, con su obra de género negro, “Doble cero”, Baltasar Magro, vinculado a “Informe Semanal” de TVE, con “La hora de Quevedo”, Isabel San Sebastián, con “Astur” y “La Visigoda”, Carlos Berbell, con “El Psicópata”, Pepe García Abad, con “La soledad del Rey”, “El Príncipe y el Rey'” o “Sobra el Rey”… Para éste último, los reyes ya no son “necesarios” y han perdido todos o casi todos los poderes. “Para algunos países son una referencia de su historia. En España, el Rey ya no es necesario como lo fue para que la Transición tuviera menos riesgos pero puede seguir siendo útil. Creo que seguirá siendo rey mientras viva. Otra cosa es la continuidad de la monarquía en un país de pocos monárquicos”.
La lista de periodistas-escritores o escritores-periodistas es larga. Y la cola de los seguidores de esta clase de libros a veces supera a la de los interesados por autores dedicados exclusivamente a sus obras. Aunque el objetivo del libro como tal no cambie tanto. Porque el libro de papel, desde que existe, tiene su propia identidad. Y, con tal de que está bien escrito, guarda su encanto, sus atributos y características. Tiene presencia, olor y margen suficiente para anotar en sus páginas los propios pensamientos del lector que se hace con él, completando el círculo consumístico de este artículo de primera necesidad para el intelecto.
Aunque el libro digital sigue acaparando el mercado. Una encuesta a 1.000 profesionales del sector de 30 países muestra que, dentro de una década, los libros electrónicos, en cualquiera de los formatos imaginables, superarán en volumen de negocio a los herederos de la galaxia Gutenberg. Muchos se siguen defendiendo a uñas y dientes contra este mercado. Teodoro Sacristán, director de la Feria del Libro, lo advierte claramente: los organizadores no han recibido petición alguna para vender ni soportes ni contenidos digitales. Y Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España, se pronuncia en la misma dirección: “Hay que debatir los problemas de nuestro país, que no respeta la propiedad intelectual y que ha llevado a Estados Unidos a colocarnos en una lista junto a países como Mongolia, Albania. Hay que debatir por qué en España la ley de propiedad intelectual es un pitorreo”. Los editores, siguen guardando mutismo en torno a sus planes de digitalización.
Xavier Verlasco cita en su blog una curiosa lista de 36 imposibles para el libro digital:
1. Imprimirle millares de huellas digitales.
2. Forrarlo de papel Manila dorado.
3. Sacarlo del agua y todavía leerlo.
4. Ocultar fotos viejas entre sus páginas.
5. Abrirlo en una página al azar.
6. Quitarle con lujuria la envoltura de plástico.
7. Llevárselo a una isla desierta.
8. Usar algún separador coqueto.
9. Saber a simple vista si ha sido leído.
10. Promoverlo, quemando la primera edición en una plaza pública.
11. Darse el gustazo de comprarlo en pasta dura.
12. Preservar los ahorros a salvo de los ojos de los palurdos.
13. Enviarlo por correo con una carta perfumada dentro.
14. Hacer de su portada seña de identidad.
15. Apilarlo con otros: escultura fugaz.
16. Ensalivar sus hojas, hasta que se deshoje.
17, Guardarle en una caja, ya deshojado.
18. Pagarse el lujo de reencuadernarlo.
19. Arrancarle algún prólogo infumable.
20 Fujmárselo.
21. Leerlo cuasientreabierto, para no maltratarlo.
22. Imprimirle la huella de un beso en la última página.
23. Ahorrar mediante la edición de bolsillo.
24. Camuflarlo bajo la cubierta de un catecismo.
25. Toparse con un cheque sin cobrar dentro de la solapa.
26. Cambalacharlo en una librería de viejo.
27. Despatarrarlo un poco, de los puros nervios.
28. Lanzarlo en llamas a en la casa del autor.
29. Envenenar sus hojas con pétalos cautivos.
30. Leerlo durante un bajo de burbujas.
31. Olisquear el perfume de su última lectora.
32. Echarlo por la ventana y correr a rescatarlo.
33. Masajear las encías de un cachorro bibliófago
34. Olvidarlo en un tren y comprarlo otra vez, sin mayor drama
35. Aplastar a un mosquito impertinente
36. Inspirar más incisos de esta lista de atavismos.
Y, de los libros, pasamos a la fotografía, concretamente, al Festival Internacional PhotoEspaña 2009. El evento, que se extiende hasta el próximo 26 de julio, pondrá a disposición del público creaciones de 259 artistas procedentes de 40 países, bajo el lema común “Lo cotidiano”, ocupando 72 salas.
La Organización de Estados Americanos (OEA) acuerda levantar la resolución que vetaba la participación de Cuba en el sistema interamericano, del que fue expulsada hace 47 años, según el ministro de Asuntos Exteriores de El Salvador, Hugo Roger Martínez. Los ministros de Exteriores, presentes en la Asamblea General celebrada la semana pasada en San Pedro Sula (Honduras), llegan finalmente al acuerdo de suspender el veto y volver a aceptar a La Habana en el organismo multilateral, aunque la última palabra la tiene ahora el presidente cubano, Raúl Castro.
¿Qué querrá decir José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, con ese gesto en el que su ojo derecho está en el centro del círculo formado por el dedo pulgar y el medio de su mano derecha? ¿Será esta su forma de demostrar lo de derechas que se siente el portugués en su sillón presidencial? Por de pronto, la Comisión Europea se ofrece de forma extraordinaria a financiar, en 2009 y 2010, el 100% de los proyectos que se pongan en marcha a cargo del Fondo Social Europeo, dispensando al Gobierno y a las comunidades autónomas de la obligación de aportar entre el 50% y el 15% de las ayudas, según los casos, que se aplican normalmente.
Lo mismo le sucede a Juan Somalia, director general de la OIT (Organización Internacional del Trabajo, integrada por 180 Estados), quien se señala a sí mismo como el más idóneo para abordar la profunda crisis del empleo y la protección social desatada, como consecuencia de la recesión económica que durará entre seis y ocho años, si no se adoptan medidas.
Sir Paul McCartney está aburrido de ser un Beatle. Así de sencillo. Ha explicado que: “Te aburres de ser uno de ellos. Siempre eres el mismo tipo. De todas maneras, me imagino que si fuera Bruce Springsteen, también me cansaría de serlo. A veces pienso que quisiera volver a ser el niño que era cuando crecía, cuando no tenía una imagen por la que dar la cara”. Pero el músico todavía ama tocar en vivo y es consciente de que sus fans quieren escuchar sus grandes éxitos. Foto: Reuters.
En el Casal Solleric, Modillo, artista argentino, inaugura el próximo día 18 una exposición titulada “...que veinte años no es nada. El humor de Mordillo” En Mallorca, donde el dibujante Mordillo vivió durante diecisiete años, Gabriel Rodas le hace una entrevista. “Me marché de la isla –declara en el Diario de Mallorca– por un cúmulo de circunstancias. Pero en Mallorca fui muy feliz con mi familia y mis hijos. Guardo muy buenos recuerdos y por eso siempre paso los veranos en la isla”. Mordillo trabajó mucho tiempo para la prensa “porque quería hacerme un nombre”. Ahora prefiere publicar libros. “Soy más periodista que dibujante”.
Mordillo ha hecho más de 1.800 dibujos en color a lo largo de 42 años publicados y ha seleccionado 150 para esta exposición que abarca desde su infancia hasta sus últimos trabajos, en acrílico. “Para mí –confiesa– es un misterio que siempre tenga ganas de dibujar, y aún ahora, que voy a cumplir 77 años, tengo el mismo entusiasmo que con veinte años. Lo que no deja de asombrarme. El humor es la ternura del miedo. Si viviera en un mundo feliz, sin sufrimiento, no lo haría. El humor me sirve para escaparme de este mundo. Me gusta compartir cierto optimismo, aunque cada vez lo veo peor”. Actualmente, Mordillo reside en Mónaco y dedica unas diez horas diarias a dibujar. Tarda más o menos una semana para acabar cada uno de sus meticulosos dibujos.
X Aniversario Ibiza, Patrimonio de la Humanidad. El concurso de fotografías consta de tres premios: 1º, 3.000 euros / 2º, 2.000 euros y 3º, 1.000 euros. (E-MAIL: diariodeibiza.patrimonio@epi.es) El plazo de entrega de originales se cerrará el 15 de noviembre. He aquí algunas de las ya enviadas:
Catedral y parte de las murallas de noche. Foto de Lucas Ramón Marí.
Ibiza en llamas, de Joan Serapio Riera
Puesta de sol en Ibiza, foto de Melani Cardona Sust.
El monje-ayuda de escritorio.
Retrato de varias generaciones de humoristas gráficos españoles. El espacio se acerca a las miradas, los recuerdos y los deseos de grandes maestros de la viñeta como Forges, Gallego y Rey, Máximo y varios dibujantes de El Jueves, entre otros cronistas de la actualidad diaria.
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