“Yes, we Camps”.
“Yes, we can” (“Sí, nosotros podemos”), slogan con el que Barack Obama llegó a la Casa Blanca, se españolizó en "Yes, we Camps" ("Sí, nosotros Camps") en pro de Francisco Camps, ex presidente de la Comunidad Valenciana, sentado en el banquillo al lado de Ricardo Costa. Ambos se enfrentaron a una multa de 41.250 euros por parte del fiscal y de algo más de 46.000 euros por el abogado de la acusación popular. Y ambos abandonaron sus cargos de presidente del Consell y de secretario general del PPCV para poder responder a las preguntas de un tribunal de justicia. Tras dos días de deliberación, la tarde del pasado miércoles llegaba, al fin, su veredicto. El presidente del tribunal, Juan Climent, convocó a las partes a las 19.30 horas en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV). En ese preciso momento, un grupo de manifestantes lanzaba gritos en plena calle (“¡El president, a Picassent!”), en referencia al centro penitenciario, en contra del expresidente Camps y a favor del juez Baltasar Garzón. La sala, abarrotada de un público claramente pro campista, recibió al portavoz del jurado, quien comenzó a leer el acta. “El jurado –dijo con cierta solemnidad– declara por mayoría, con cinco votos a favor, a Camps, no culpable de....”. El público comenzó a gritar y a aplaudir y el magistrado presidente hizo desalojar la sala. No quería que el Palacio de Justicia se convirtiera en un campo de fútbol. El portavoz reinició la frase: “Por mayoría, con cinco votos a favor, encontramos a Camps no culpable del hecho delictivo de haber recibido regalos de prendas de vestir, atendiendo a su función de presidente de la Generalitat”. Finalmente, concluyó: “Declaramos a Costa no culpable del hecho delictivo de haber recibido regalos de forma continuada en consideración a su función”. Camps y Costa, eufóricos y exultantes, se dieron un fuerte apretón de manos.
Camps sonríe, tras conocer la sentencia.
Las conclusiones a las que el jurado llegó fueron sorprendentes para muchos entendidos. Y el veredicto contenía elementos chocantes. El portavoz del jurado estimó que la relación de Álvaro Pérez, “El Bigotes”, Pablo Crespo y Francisco Correa –tres presuntos cabecillas de la trama– con los acusados era “meramente comercial”. Dijo que no había “ningún” documento mercantil que acreditase pagos de prendas que se imputasen a los acusados. Declaró que no se podía afirmar que los bultos de las tiendas de Milano o de Forever Young fueran destinados a los acusados y que en los mismos se incluyeran las prendas de vestir que se les atribuían. Mantuvo que el famoso “documento 71”, elaborado a mano, que incluía los nombres de los acusados junto a unas cantidades de dinero, “carece de credibilidad” y consideró que no se había podido demostrar su autoría. Asumió que Camps había devuelto los trajes a Milano. Dio por probado que, en verano de 2008, también su escolta le había prestado dinero en efectivo para pagar sus trajes. Y estimó sin titubear: “No hay documentación que acredite que Camps no pagara esos trajes”. Respecto a Costa, afirmó que quedaba acreditado que pagó sus prendas en base a la declaración que prestó su entonces secretaria ante notario, en la que indicaba que el exsecretario le había dado autorización en el banco para sacar un importe con el que poder pagar los trajes. Tras la lectura, del veredicto, el magistrado declaró el cese del jurado en sus funciones y de la incomunicación a la que se habían visto obligados para formular su veredicto. Y ordenó que se dictase una sentencia absolutoria para los acusados del delito de cohecho del que estaban imputados. En las puertas del tribunal, muchos de los agolpados, críticos con el PP, no dejaban de lanzar gritos de: “Culpables” y “Esto no es Justicia, es un cachondeo”…
La reacción del PP era, aparentemente, más que satisfactoria. Esteban González Pons, vicesecretario de Comunicación del PP, había declarado que al expresidente valenciano no había que rehabilitarle porque estaba perfectamente rehabilitado y continuaría su carrera política “si así lo desea”. Pons confiaba en que la Fiscalía diera explicaciones públicas por “haber perseguido” durante tres años a Camps y “haber acabado, durante un tiempo, con su carrera política”, cuando “resulta que era inocente”. La Fiscalía había perseguido al expresident, por “un tema muy menor” y le había sometido a un juicio en el que se “han ventilado” sus conversaciones telefónicas “a los cuatro vientos” y su intimidad “ha sido muy dañada”. Alícia Sánchez-Camacho, presidenta del PP de Cataluña, celebró que se hubiera puesto fin al “calvario” por el que había pasado Camps y cuestionó la “objetividad” de la Fiscalía en este caso. “Lo que queda –sentenció– es reparar su honorabilidad y todo lo que ha perdido en este camino personal y político tan duro”. En su opinión, “ha habido actitudes y manifestaciones explícitas de la Fiscalía, claramente acusatorias, que no parecían las más objetivas”. Federico Trillo, coordinador de Justicia del PP, destacó que, “tras tres años de acusaciones”, el veredicto de jurado popular demostraba esas falsedades contra Camps y Costa, así como el hecho de que no había que perder la confianza en la Justicia. Asimismo, el secretario general del Partido Popular de la Comunitat Valenciana, Antonio Clemente, celebró que Camps y Costa hubieran sido declarados inocentes y se muestró satisfecho porque “la Justicia ha reconocido que siempre han dicho la verdad”.
Cospedal se pregunta “quién repone la honorabilidad” de Camps y de Costa.
Rubalcaba al PP: “Si pensáis que Camps fue un ciudadano ejemplar, podéis volver a hacerle presidente”.
El PSOE expresó su respeto por la sentencia absolutoria pero apeló a la “responsabilidad política” del exmandatario autonómico, y recuerdó que los tribunales aún están investigando la presunta financiación irregular del PP valenciano. Así lo aseguraba Inmaculada Rodríguez Piñero, dirigente socialista y diputada por Valencia, quien, pese al veredicto del jurado popular, sigue manteniendo que Camps “no estuvo a la altura de las circunstancias” y que este caso no es más que “la punta del iceberg” de la trama Gürtel. Piñero añadía: “Hay que diferenciar las responsabilidades políticas de las penales”. Sostuve que Camps ha sido “en gran parte, responsable” de que Valencia haya saltado a todos los titulares por “mala gestión, corrupción, despilfarro y obras faraónicas”. Alfredo Pérez Rubalcaba Rubalcaba, aspirante a la Secretaría General del PSOE, respondió a la pregunta de Cospedal sobre “quién repone ahora la honorabilidad Camps y de Ricardo Costa”: “Pues vosotros, si creéis que es un ciudadano ejemplar y creéis que pagó sus trajes, le podéis rehabilitar y podéis hacerle presidente mañana de la comunidad de la que le quitasteis”. Rubalcaba recordó que Camps llevó a la Comunidad Valenciana a la crisis y a la ruina. “Pero, rehabilitadlo vosotros, si creéis que es ejemplar. No hay mucho más que decir”. Y la misma alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se atrevió a sentenciar: “El agua de los ríos puede regar nuevos campos, pero no vuelve”, que sonaba a clara despedida. El PP no lo admitía en público, pero había quien aseguraba que le daba por muerto y prefería no sacar de nuevo al campo a un “jugador” manchado por la polémica.
Mollà (Compromís) tilda de “terrible equivocación” el veredicto y confía en que Fiscalía recurra la decisión.
Mireia Mollà, diputada de Comprimís, califica como una “terrible equivocación” el veredicto de no culpabilidad emitido por el jurado popular para el expresident de la Generalitat y diputado autonómico, Francisco Camps, y para el ex secretario general del PPCV y también parlamentario en Les Corts, Ricardo Costa. Por este motivo, cree necesario que la Fiscalía recurra un fallo judicial y considera que “de no hacerlo, sería un error gravísimo”. “Camps –repite– es culpable de habernos vendido, de habernos empobrecido, de habernos hecho líderes de corrupción, de paro y de vergüenza, así como que cohecho impropio pero lo que ha ocurrido es que el Jurado Popular se ha equivocado en el juicio que ha emitido”. A juicio de esta diputada de Compromís, “los jurados populares son como una lotería, y, en este caso, ha habido un error”. La diputada asegura que Camps “ha perdido el juicio popular” porque “nadie duda que haya recibido los regalos”.
Pancartas alusivas a Camps en la manifestación contra los recortes en Valencia.
Varios integrantes del Movimiento 15-M de Valencia protestan por el veredicto de no culpabilidad de Francisco Camps y Ricardo Costa en la “causa de los trajes” derivada del “caso Gürtel”. Así lo deciden en una asamblea celebrada frente al TSJCV, en la que participa medio centenar de personas. Posteriormente, se adhieren a la manifestación convocada por los sindicatos bajo el lema “No a los recortes en los servicios públicos”. Los manifestantes corean al unísono el grito de “Culpable, culpable”, así como “President, a Picassent”, “Chorizo, chorizo”, “RIP Justicia. Vergonya cavallers!” y otros de este mismo estilo. La manifestación reúne, según los organizadores, a unas cien mil personas. Los manifestantes protestan por el veredicto absolutorio de Camps y Costa, e intentan “cambiar esta porquería de sistema”. Durante la asamblea, hay apoyos y aplausos al juez de Baltasar Garzón por considerarlo “una víctima del sistema y de la ultraderecha” que está “sentado en el banquillo por investigar los crímenes del franquismo y la Gürtel”. Otros integrantes abogan por centrarse en lo que les afecta más directamente, puesto que Garzón “ya tiene sus propias plataformas”.
Por su parte, Camps agradece el apoyo a “la España limpia, positiva, grande y ilusionada” que siempre ha tenido “confianza absoluta” en él, durante los tres años en los que ha estado inmerso en el proceso judicial. Asegura haber conseguido vencer al “sistema brutal”, causante del “calvario” por el que ha pasado. No obstante, lamenta que algunos “hayan intentado que quien ha ganado tres veces por mayoría absoluta en la Comunidad Valenciana, es decir, directamente, con el voto del pueblo, deje de ganar elecciones y lo hayan hecho de la forma más terrible que es, utilizando el Estado de Derecho y el aparato del Estado”. Camps asegura en una entrevista en Onda Cero que se levanta feliz en un día luminoso, después de una persecución brutal. “Hay un sistema brutal –dice– pero se le puede combatir y se le puede ganar. Han sido mucho sufrimiento, mucha paciencia, mucho tiempo, pero, al final, hemos demostrado que les hemos podido ganar. Han intentado que, quien ha ganado la mayoría absoluta con el voto, dejara de gobernar y lo han hecho de la forma más terrible que es con el Estado de Derecho, pero somos una gran nación y, al final, con esfuerzo y paciencia, se consiguen cosas”. Repite el mismo discurso en otras entrevistas a otras cadenas.
Alberto Fabra, presidente de la Generalitat Valenciana y del PP valenciano que sustituyó hace seis meses a Camps, presenta la absolución de éste como un éxito institucional, sin poder esconder que es también un grave problema interno para su partido. Durante el juicio, que ha durado seis semanas, Fabra oscila entre el ostracismo al que somete a su antecesor –ni él, ni ninguno de sus consellers, aparecen nunca en la sala de vistas– y las declaraciones laudatorias, calificando el juicio de “circo” y confiando en que Camps será absuelto. De esta manera, intenta apartarlo de la primera línea para afianzar su liderazgo, pero sin dejar de contentar a los partidarios del expresident. Con la nueva victoria de Camps, el difícil equilibrio parece haberse roto. Fabra no deja de elogiat a su antecesor. Presenta su absolución como la muestra de que el País Valencià recupera “su posición” en España. Habla del jurado popular y de la justicia “del pueblo”. Pero, llegado el momento de la sentencia, y de la rehabilitación política de Camps, se limita a decir que “se merece un periodo de reflexión para saber lo que hay que hacer”.
Cotino, presidente de las Cortes Valencianas.
Otros dirigentes muestran abiertamente su apoyo al expresident. Así Alfonso Rus, quien se había mostrado molesto en los últimos meses con la imposición del liderazgo de Fabra por parte del PP nacional. Igualmente, numerosos exconsellers y pesos pesados del partido, como Rafael Blasco o Juan Cotino. Blasco es un socialista que se aproximó al PP, ocupando, desde 1999, los cargos de Consejero de la Generalitat Valenciana en las etapas de Eduardo Zaplana y de Francisco Camps, en las carteras de Presidencia, Obras Públicas, Empleo, Bienestar Social, Territorio, Sanidad e Inmigración. Cotino, un ex director general de la Policía Nacional por el Gobierno de José María Aznar y, posteriormente, ex delegado de Gobierno por la Comunitat Valenciana, fue nombrado por Camps conseller de Agricultura, Pesca y Alimentación. Posteriormente continuó en el Gobierno, ocupando las carteras de Bienestar Social y Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda, así como la coordinación social del Gobierno de la Generalitat como Vicepresidente tercero del Consell. Hoy, Cotino, presidente de las Cortes Valencianas e íntimo de Camps, recomienda al expresidente que se tome “un año sabático” para “descansar y superar esta fase tan larga de tres años de calvario que ha sufrido”. A partir de ese momento, dice Cotino, “la vida es muy larga” por lo que cree que “si Dios le da salud, podrá hacer muchas cosas”. Pero la frase que más le gusta al expresidente es la pronunciada por varias decenas de sus fieles tras el veredicto. La que él escuchó con toda claridad: “¡Viva Camps, nuestro presidente!”.
“La injusticia más terrible –escribe Ignacio Escolar– no es que Camps haya sido declarado ‘no culpable’ mientras el juez que destapó la Gürtel, Baltasar Garzón, probablemente vaya a ser condenado. La verdadera y flagrante injusticia es que el presidente que contrató 14 millones de euros con su “amiguito del alma”, que pagó 15 millones por una maqueta y un proyecto de un rascacielos jamás construido de Santiago Calatrava o que entregó otros dos millones a Urdangarin, sólo haya sido juzgado por una anécdota menor, por los 12.000 euros en trajes. Camps también era el máximo responsable de un partido, el PP valenciano, que aún está pendiente de un juicio por presunta financiación ilegal. Camps sigue siendo el político que mintió cuando dijo que ese Bigotes al que después supimos quería “un huevo” era un señor al que no conocía de nada. Camps era el mismo presidente de la Generalitat Valenciana que confiaba de manera tan ciega en el Bigotes que incluso su número dos en el partido, Ric Costa, pedía al hombre de la Gürtel en Valencia que intercediese en su favor, que susurrase su nombre en el oído del jefe para lograr un ascenso!
“Camps no es culpable –dice el jurado Popular, en proporción similar al veredicto de las urnas–, mientras que sus subalternos, Campos y Betoret, se autoinculparon; el propio Camps estuvo a punto de aceptar la condena, como le aconsejaba el PP, que ahora clama por su inocencia. ¿Volverán a nombrarle presidente de la Generalitat Valenciana (técnicamente es posible, nunca abandonó su escaño)? ¿Lo recuperará Mariano Rajoy como ministro? ¿Lo canonizarán en vida ante el más que evidente milagro? No lo pierdan de vista. La vergüenza nacional que provoca el circo de las tres pistas de la Gürtel aún no se ha terminado.
Pero dejémonos ya de discursos y consideraciones políticas y dejemos que la imaginación humorística se apodere del resto de esta página web. ¿Qué les parece este imaginario diálogo entre Camps y Urdangarin? ¿Y los siguientes dibujos de humor sobre los últimos acontecimientos, hechos por Pat, J. R. Mora, Peridis, Eneko y Quino, quien muestra los “amiguitos del alma”?
Manel Fontdevila dibujó: El túnel del lavabo, Canta con nosotros, Un cuento antiguo, Peldañito a peldañito y Humor experimental.
Territorio Vergara se fijó esta semana en: Los deberes, La reforma de la reforma, El proceso, Levantar el pie y Situación dantesca.
Y Pep Roig en Ju, ju, justicia, Tiempo de justicia, se ríen de nosotros, Podredumbre, Retales y Desfeídos.
Ofrecemos, para terminar con buen ánimo, dos vídeos musicales. El primero de Lara Fabian, una jovencita belga de Etterbeek (Bruselas), de padre belga flamenco y madre siciliana. Lara comenzó a cantar, bailar y tomar lecciones de piano a muy temprana edad y comenzó sus estudios formales de música en el Real Conservatorio de Bruselas a la edad de 8 años. Recibió la nacionalidad canadiense a los 26 años, por lo que disfruta de la doble nacionalidad belga-canadiense. Sus canciones pueden oírse en italiano, español, francés, inglés, portugués y en alemán, aunque no domine este último idioma.
El segundo es el Nocturno Opus Nº 2, de Frederic Chopin
1 comentario:
La democracia era-es, comprobar que la otra España también hiela el corazón.
El psoe actual se teme a si mismo.
Ferraz no paga a traidores.
chiflos.
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