Gobierno y oposición se enfrascan y el rey vuelve al quirófano.
El Gobierno y la oposición no se entienden ni en el Parlamento ni en la calle. El primero impone su mayoría sobre una débil minoría. Ésta trata de que el gigante del PP, que pasa como una apisonadora, no le aplaste y escuche sus reproches y sus quejas. Cristóbal Montoro lanza gestos de firmeza y acusa al PSOE de haber registrado un “engaño muy grave” sobre el déficit y las cuentas públicas de 2011. El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas se queja de los problemas de “viabilidad financiera” de algunas comunidades autónomas. El responsable de las cuentas del Estado asegura que “si hay dudas sobre España es por culpa de las comunidades y las corporaciones locales”. Lo dice después de repetir que su objetivo es “restaurar la confianza en un momento crítico para España”. Por su parte, Alfredo Pérez Rubalcaba acusa al Gobierno de presentar un Presupuesto para 2012 que provoca desconfianza, porque no cuadran las cifras y fija unos objetivos de déficit que serán imposibles de alcanzar. “Los gastos –denuncia el jefe de la oposición– están infravalorados, los ingresos por impuestos, sobrevalorados, y ésta sería la primera economía del mundo que decrece y a la vez sube la recaudación de impuestos”. Son gastos que, según Rubalcaba, provocan medidas xenófobas, como la reducción de las prestaciones sanitarias para los inmigrantes, y profundizan en la recesión. No hay, entre Gobierno del PP y el principal partido de la oposición, ni un solo punto de coincidencia. Los dos hablan de la necesidad de generar confianza, pero abundan las acusaciones de mentir, de falsear cuentas, de fijarse objetivos que serán imposibles de cumplir. Los dos utilizan las comunidades en las que gobiernan sus respectivos partidos para atacarse. Montoro le echa en cara a Rubalcaba las cifras de Andalucía –2.763 millones de euros pedidos para pagar a proveedores– y el socialista le describe la situación de la Comunidad Valenciana, que no paga sus cuentas, despide a 5.000 empleados públicos y debe 4.069 millones a proveedores. En lugar de facilitar acuerdos entre uno y otro, ambos centran sus energías para buscar un chivo expiatorio al que hacen responsable de todo lo que pasa en España.
Rubalcaba acusa a Montoro de presentar un presupuesto para el 2012 que provoca la desconfianza. Dice que no cuadran las cifras, que los objetivos de déficit, imposibles de alcanzar, incluyen una “sobredosis de dolor”, la de no haber negociado en Bruselas unas flexibilización de las exigencias de déficit y que provocan medidas xenófobas. Ambos jefes, el del Gobierno y el de la oposición, se vuelven a acusar mutuamente de “faltar a la verdad” y de mentir sobre la cifra de déficit del año pasado. El ministro de Hacienda acusa al anterior Ejecutivo socialista de “anticipar las elecciones generales para no tener que diseñar los Presupuestos”. “El Gobierno –le responde Rubalcaba– con sus torpezas y vacilaciones ha aumentado la desconfianza”. El líder socialista llega a exigir a Montoro que le mire cuando habla, pues para eso lo ha convocado. Y defiende la necesidad de flexibilizar el déficit. El ministro le responde: “Relajarlos a lo único que conduce es a prolongar la agonía de la crisis… Y esa propuesta no debería expresarla ningún grupo político”. Desde su escaño, en Twiter, Gaspar Llamazares escribe que “nos perdonan la vida y nos amenazan por lo que hagamos desde los Gobierno autónomos”. Cayo Lara habla directamente del “mayor ataque al Estado de bienestar”. El tono de Montoro en su réplica suena a amenaza, especialmente, cuando inquiere que Izquierda Unida cumpla, en el Gobierno de Andalucía, las duras exigencias de reducción del déficit. “Si hay que tomar determinadas medidas –le dice el ministro al diputado–, ustedes las van a tomar, porque la ley nos obliga”.
Alfredo Bosch (ERC) acusa al Gobierno de “hacer una peligrosa máquina explosiva de destrucción de empleo y de causar dolor”. Acude a la imagen de Robin Hood para decir al Gobierno que los Presupuestos son un “robo”. Compara a Rajoy con el malo de la historia, el sheriff de Nottingham, “que roba a los pobres para dárselo a los ricos”, y asegura que, al menos en Cataluña, la insumisión es un hecho: “La gente se ha arrojado al bosque de Sherwood”. El diputado catalán propone el recorte en gastos de Defensa y detalla diversas partidas en este ámbito para pedir que se dediquen a prestaciones sociales. “Prescindan de 80 torpedos, que, al estallar uno solo –aconseja–, dilapida lo que cuesta un parvulario”. Francisco Jonquera, representante del Bloque Nacionalista Galego (BNG), asegura que “la crisis está sirviendo de pretexto para concentrar el poder económico y político”. Arremete contra el PP por haber defendido en campaña electoral los mismos límites que con el tiempo han ido superando. Y arremete contra la amnistía fiscal porque favorece la desigualdad: “Estamos –advierte– ante unos Presupuestos muy blancos para los defraudadores y muy negros para la inmensa mayoría”. Jorquera exige recortes en Defensa y en el gasto de la Casa Real y propone una ambiciosa reforma fiscal para que paguen los más ricos, eliminando Diputaciones. Pedro Quevedo, candidato de Nueva Canarias a la Alcaldía de Las Palmas, achaca al “puro liberalismo” las medidas impuestas por el Gobierno de Rajoy. Le reprocha que utilice argumentos falsos, porque “justificar en la deuda pública el recorte de los servicios es una excusa para liquidar el Estado del Bienestar”. Y denuncia que Rajoy ha incumplido los acuerdos alcanzados con su partido con motivo del apoyo en su investidura y el Fuero. “Creo –le llega a decir– que no saben dónde está el archipiélago”...
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Congreso.
Cristóbal Montoro abronca a los nacionalistas por ir “a contracorriente de las ideas políticas del mundo” y por tener “una visión aislada y parcelada de la realidad”. Les advierte que “hay que dejar de mirarse el ombligo”. La mayor parte del Grupo Mixto – Amaiur, BNG, ERC, Coalición Canaria, Compromís y Geroa Bai (solo Foro Asturias, el partido del exvicepresidente Francisco Álvarez Cascos, y UPN, apoyan los Presupuestos)– defiende el voto en contra del proyecto presentado por el Ejecutivo. Montoro es muy duro con ellos. Les acusa de hacer un “debate territorial”, de tener una “visión aislada de la realidad” e ir “a contracorriente”. Critica que, en sus intervenciones, defiendan la independencia territorial en un contexto en el que Europa está siendo cuestionada por su falta de velocidad en la toma de decisiones. “Ustedes dicen –les reprocha Montoro–: 'Si fuéramos únicos, diferentes, independientes, seríamos solventes'. Y nada más lejos de la realidad”. Se pregunta, si esto fuera así, “¿dónde estaría la fuerza, dónde, el motor?”. Defiende que estamos en Europa, superando los conceptos nacionales de la Edad Media. Llama a superar los territorios “y no a poner trabas, y menos mentales”. Y, sobre todo, que dejen de pedir “¿qué hay de lo mío?”. El ministro, defiende que el Gobierno cuenta con el “respaldo mayoritario de la sociedad” en sus ajustes”. Asegura que “la estabilidad política es el camino de la estabilidad presupuestaria”. Y presenta unos “presupuestos de la sinceridad porque dicen a los ciudadanos dónde está el camino”.
Portavoz de CiU en las Cortes.
Josep Antoni Duran Lleida asegura que los presupuestos son injustos con Cataluña porque bajan la inversión en un 45%, la cifra más alta de todas las autonomías. El portavoz de CiU en el Congreso reprocha al Gobierno la falta de “medidas más radicales” ante una situación de “emergencia”. Según él, los Presupuestos “resuelven las demandas de otros” y no las de Cataluña, “que no se quieren resolver y nos llevan a un callejón sin salida. Estamos hartos –dice– de ser cornudos y pagar la bebida”. Francesc Homs portavoz del Gobierno catalán, acusa al Gobierno central de organizar un “gran engaño” sobre los recortes y culpar a las autonomías del incumplimiento del objetivo de déficit. CiU reclama al Gobierno que pague “las deudas pendientes con Cataluña”, esto es, los 759 millones en inversiones pactadas y no ejecutadas correspondientes al ejercicio 2008, además de los 219 millones de la misma partida correspondientes a 2009. Una petición que el Ejecutivo considera inasumible. De ahí la dificultad del pacto. Pedro Azpiazu (PNV) alerta contra un “cierto iluminismo” del Gobierno, que actúa “como poseído por la verdad del mercado y el principio de austeridad a machamartillo”, inspirado por el resto de socios europeos. Azpiazu anuncia que, impulsarán un nuevo estatuto político para proteger a Euskadi de la “recentralización”. Y el diputado Joan Baldoví, de Comprimís-Equo, echa mano de las cifras para comparar gastos: la media de recortes es del 17%, “pero, la Casa del Rey, sólo supone el 2%; Educación, un 22%; Defensa un 8%; Sanidad un 13,7%; Mayores un 38%; I+D, un 25%”. Y añade: “Las cifras hablan por sí solas. Y encima amnistían a los defraudadores. Es vergonzoso”.
Montoro recibe el apoyo y espaldarazo del presidente, Rajoy.
Las cuentas separan por primera vez al Gobierno de toda la oposición. Cristóbal Montoso se bate en solitario, recibiendo reproches por todas las bandas. Desde el PSOE, CiU, Izquierda Plural, UPyD y PNV, se le censura que, con estos Presupuestos, se agravará la crisis a corto plazo porque no sientan las bases para una mínima recuperación. Es el hilo conductor de todos los parlamentarios de la oposición. El presidente Rajoy, perplejo, está sorprendido por la falta de apoyo a sus medidas y la enorme presión a la que los mercados someten a España. La gravedad de la crisis y de las medidas para enfrentarse a ella aconsejan unos pactos de Estado, pero la realidad es que en el parlamento hay de todo menos pactos. Con el PSOE y su portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba, el enfrentamiento es total y los reproches saltan por doquier. Todos los grupos coinciden en que la respuesta del actual Ejecutivo no ofrece confianza a los mercados, según reproche de Rubalcaba. El mismo argumento le devuelve Montoro a Rubalcaba como invectiva. “Su actitud ajena a la responsabilidad es lo que no genera confianza”. Montoro pide responsabilidad a todos los portavoces y el más expresivo es Josep Antoni Duran, de CiU. “¿Me pide responsabilidad?, se nos sale por las orejas”. Los momentos de más tensión vuelven con la portavoz de UPyD, Rosa Díez, que acusa al Gobierno de “no tener una visión de país” y asegura que su enmienda de totalidad es “contra su forma de gobernar en esos cien días”.
El Rey, durante su despacho con Mariano Rajoy, al día siguiente de haber sufrido una nueva operación.
Dos días después de esta batalla ideológica en las Cortes, el rey vuelve rápidamente a ser internado en el hospital USP San José de Madrid, en donde el doctor Ángel Villamar le recompone la luxación de la cadera derecha de la que, hace dos semanas, fue operado. Es una fugaz vuelta al quirófano y a la UCI. Sólo doce horas después vuelve a la Zarzuela para proseguir con su recuperación. Don Juan Carlos pretende evitar la alarma y mantiene el viernes la reunión fijada con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La Casa Real distribuye una fotografía de ambos, en contra de su costumbre. Ni los médicos ni la Casa Real quieren dar importancia a lo sucedido. El pasado 18 de abril, el monarca había recibido el alta hospitalaria y compareció ante las cámaras para pedir perdón. El rey no había especificado en ningún momento el motivo de su clemencia, pero todos suponen que fue por la caza de elefantes en Botswana, mientras su país sufría una gran crisis. El monarca ha aprendido la lección y el jueves pasado realizaba sus primeras audiencias en las que se pudo comprobar cómo sufría una erupción cutánea en la mejilla derecha.
“Cuidado que el PP se esmera –escribe José María Izquierdo en su blog “El ojo izquierdo”– en intentar pactar con todos los grupos parlamentarios. En especial con el PSOE, pero ya se sabe que la radicalidad y desvergüenza de Rubalcaba hacen imposible cualquier pacto. Qué les voy a contar del PNV, más amigo de quienes desean destruir España, incluso con el uso de la violencia que de los partidos auténticamente demócratas y que solo piensan en el bien de España. Como el PP. Porque CiU, que ha tenido sus momentos, ahora está echada al monte. Enseguida lo van a ver. Aprobados pues unos presupuestos tremendos y que además no se van a cumplir. Porque por mucho que el PP intente camuflar bajo una montaña de cifras y llamadas a la austeridad exigida por Bruselas –o Berlín- la auténtica razón de tanta reforma –palabra que ya empiezo a odiar-, la verdad se revela en cuanto se hurga en las disposiciones del BOE. La intención primera de este Gobierno es cambiar, de raíz, el Estado del Bienestar que encontraron. No quieren un Estado basado en la igualdad y la solidaridad de todos los ciudadanos. Y no lo quieren porque su ideología les lleva a alinearse con la parte más dura de la derecha internacional, desde el Tea Party a Merkel, pasando por Cameron y similares. Los cambios en Sanidad, en Educación o en las relaciones laborales no buscan tanto el ahorro, mucho menor de lo que proclaman, y no proclaman gran cosa, como dar la vuelta a ese llamado Estado del Bienestar. No les gusta, no cuadra con su ideología. Y se lo van a cargar. Escalón a escalón, piedra a piedra”.
El pasado viernes, con la vuelta del rey a palacio, llega al público la última de las promesas del Gobierno del PP, mantenidas tras hacer campaña en contra: el anuncio de la subida del IVA y los impuestos especiales. Rajoy no solo ha prometido muchísimas veces que nunca subiría el IVA, sino que hizo, además, compaña en contra de la subida efectuada por el PSOE. Pero el hecho es que no será este año, sino el siguiente, pero llegará y así es anunciada por el ministro Luis de Guindos como última gran baza contra el déficit. El responsable de Economía la anuncia de forma extraña, sin pronunciar la maldita palabra. La suelta eufemísticamente, sin que se le caiga la cara de vergüenza. El ejecutivo ha renegado siempre de ella, al estar en la oposición y en el tiempo que lleva en la Moncloa. Soraya Sáenz de Santamaría desliza la idea de que el Ejecutivo acometerá todas sus reformas sin importan si desdicen o no su programa, y sin caer en el “populismo” que atribuye al PSOE, por prometer ahora políticas que no se atrevió o no quiso hacer en sus años en el poder. La vicepresidenta subraya que al Gobierno de Mariano Rajoy no le importa la imagen de soledad parlamentaria, porque cuenta con la “estabilidad política” que le proporciona su comodísima mayoría parlamentaria. Tiene “tiempo” por delante y tiene “decisión”, como han probado sus cuatro meses en la Moncloa. Y el mismo PP que aún mantiene esa campaña en su web, dice hoy que sí, que la crisis obliga a dar marcha atrás y a que los partidos en el poder se coman sus compromisos. E incluso a que se vean forzados a “renunciar a sus principios” con medidas como la subida del IVA.
En la sección de humor, mostramos la foto-montaje de Duce en la que el Real Madrid perdió contra el Bayern y Rajoy se humilla contra Merkel. Otros humoristas repasan lo sucedido estos últimos días: Forges, (y su pesimismo gubernamental); Ventura (y la Tercera República); Vergara (y la subida de impuestos); Varona (y el dedo de RTVE); Erlich (y la subida del paro); J. R. Mora (y los primeros movimientos de recuperación); Ávila (el rey y su caza ya no casan); y los novios alemanes del rey y de Rajoy.
Pep Roig nos muestra: Ana “mata” los derechos de los más débiles; los nuevos oficios de la crisis y la gran estafa.
Y, para terminar, tres vídeos. En el primero, vean y escuchen a Joan Badlovío en el Detate de Investidura.
En el segundo, una crítica social, en clave de humor, contra la corrupción y otras impertinencias.... La canción, escrita e interpretada por Kisko Lozano, artísticamente Calamidad García, no tiene desperdicio.
En el tercero, muy breve, vean lo que le ocurrió a este elefantito perdido en medio de la selva, que se atrevió a pasar al camino.
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