IU acusa a la Casa Real: “El silencio es complicidad”.
El rey, Juan carlos y Carinna, en un acto.
“El silencio es complicidad”, acusa José Luis
Centella, coordinador de la presidencia Federal de IU y portavoz de Izquierda
Plural (IU-ICV-CHA) a la Casa Real.
Centella emplaza a este organismo a querellarse contra la princesa Corinna por afirmar que hizo gestiones “delicadas”
por encargo de España. En una entrevista con el diario El Mundo, Corinna zu
Sayn Wittgenstein admitió que el Rey le pidió que colocara a Iñaki Urdangarin e
incluso reveló que hizo gestiones secretas “delicadas” a favor de España por
encargo de las autoridades.
Rubalcaba ha negado que la Princesa Corinna
realizara trabajos para el Gobierno socialista de Zapatero. El dirigente
socialista negó rotundamente que durante el tiempo que él estuvo en el Gobierno
socialista, éste encargara algún trabajo “delicado” a la amiga del rey sin
cobrar de los contribuyentes. Y añadió: “Que yo sepa, no”. Del mismo modo, el
ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, negaba que dicha
princesa hubiese colaborado con el Departamento que él dirige y ha instado a
los ministros del Gobierno de Zapatero que hayan podido aparecer fotografiados
con la princesa alemana a dar explicaciones. “Yo puedo responder por el
Departamento del que soy responsable desde hace 14 meses. Ni en asuntos clasificados
ni no clasificados, simplemente ninguno”, dijo Soria.
Centella aclara que no basta con desmentidos de
los Gobiernos del PP y del PSOE porque “es la Jefatura del Estado la
que está siendo puesta en entredicho”. Y advierte que estas afirmaciones de
Corinna exigen una respuesta contundente en forma de querella. A su juicio, en
un caso en el que se denuncian acusaciones “muy graves”, el silencio se
convierte en complicidad: “Si la señora dice que ha hecho trabajos para el
Estado y no obtiene una respuesta muy clara –advirtió–, estaríamos en un caso
de complicidad”. Para el número dos de IU, de las declaraciones de la princesa
Corinna parecen deducirse acciones “muy graves” y “la Casa Real no es inviolable.
No es la Corona ,
es la Jefatura
del Estado la que está siendo puesta en entredicho”
El pasado lunes, tras las declaraciones de
Corinna, la Casa Real
vetaba a todos los medios de comunicación excepto a la agencia Efe y TVE (de sobra
conocidas en esta etapa por su falta de independencia) en su faceta gráfica
para la recepción del rey al ministro de Asuntos Exteriores de Portugal, Paulo
Sacadura Cabral Portas. Su departamento de Comunicación excusaba su nueva decisión “por motivos de espacio”,
pero nadie ignoraba en ese momento que la Casa Real no quería que los medios se reunieran
en torno al rey tras las declaraciones
de Corinna en El Mundo, de Iñaki Urdangarin y del secretario
de las infantas, Carlos García-Revenga, en los juzgados de Palma de Mallorca.
Sin embargo, la declaración del yerno de Juan
Carlos de Borbón pasó a un segundo plano al publicarse la entrevista a Corinna,
en la que admitía su “entrañable amistad” con el monarca o que había realizado trabajos para el Gobierno de
especial delicadeza, interviniendo, incluso, en presuntas crisis
políticas. Se supone que el entorno de la Casa Real daba así por terminada la “entrañable
amistad” del rey con la 'princesa' Corinna, desde el accidente el accidente que
el monarca tuvo en la polémica cacería de Botswana, cuando se publicaron fotos
de ambos dentro del mismo grupo. Cayo Lara, coordinador federal de IU, advirtió
que las actuaciones de la princesa Corinna se acabarían conociéndose en la
investigación del caso Nóos e incluso ironizó con la posibilidad de que haya
que reunir a la Comisión
de Secretos Oficiales para conocer qué clase de trabajos desempeñó. Corinna, el
personaje que en declaraciones a The New York Times, calificaba al rey de
“tesoro”, intentó lavar su imagen con tres entrevistas en El Mundo, Hola y
Paris Match. Y la Casa Real
negó que conociera con anterioridad la publicación de las mismas, calificadas posteriormente
de “publirreportajes”. Como si los frecuentes reportajes y entrevistas reales a
la prensa del corazón no fueran igualmente publirreportajes.
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