La infanta Cristina, imputada junto a Urdangarín.
Cuando ya parecía que los temidos
correos electrónicos de Diego Torres, ex socio de Iñaki Urdangarin, iban a caer
en saco roto y la infanta Cristina apartada del caso, al fin, ayer fue imputada
en los negocios del Instituto Nóos. Testimonio y documentos recibidos
recientemente hicieron cambiar al juez Castro quien considera que la infanta
pudo incurrir en un “supuesto de cooperación necesaria” en los delitos de
corrupción presuntamente cometido por su esposo, Urdangarin y su socio, Diego
Torres. Y el próximo sábado, 27 de los corrientes, tendrá que declarar ante el
juez, por tráfico de influencias en calidad de copropietaria de Aizóon y
directiva del Instituto Nóos.
El caso de los procesados de alta
alcurnia vuelve a la actualidad al filtrarse los nuevos correos de Torres, que
involucran a infanta Cristina en algunas decisiones que mantuvo con el duque de
Palma. En los últimos correos aportados por Diego
Torres, el duque pedía el visto bueno de su esposa para un negocio y enviaba a
numerosos contactos, entre ellos, al rey don Juan Carlos y a la reina, doña
Sofía, así como a la infanta Elena y al secretario de las Infantas, Carlos
García Revenga, la resolución de la operación. Además de estos correos, la agencia
de información Colpisa informaba el miércoles 27 de marzo de que la infanta
Cristina estuvo presente en la creación, en 2003, del Instituto Nóos y era
consultada con regularidad por su marido sobre los proyectos a emprender. En
uno de los correos, Urdangarin mencionaba una reunión de los dirigentes de
Nóos, donde se abordó la “obtención de dinero” en “organizaciones non profit”
(sin ánimo de lucro) y las tareas para “mejorar la imagen o la filantropía”.
El juez Castro ordenó a La Caixa que le remitiera la
información completa, incluyendo
titulares y movimientos de una cuenta corriente en la que la princesa, Corinna, amiga del Rey, realizó
ingresos a favor de Iñaki Urdangarin
y de la infanta Cristina, según confirman varias. Sayn-Wittgenstein hizo
al menos un ingreso de 50.000 euros en esa cuenta, supuestamente como
contraprestación por los trabajos que Urdangarin llevó a cabo para la Fundación Laureus. Dos
miembros de la misma se encargaron, hace unos días, de destapar la mentira de Corinna. El
juez ha tenido ocasión de demostrar que la justicia es igual para todos, como
proclamó el rey en televisión en la
Navidad del 2011, aunque se vea ahora rebasado en sus
palabras.
Con la instrucción del caso Nóos a punto de
concluir, el juez Castro apuró los últimos flecos de la investigación antes de
tomar la decisión de imputar a la
infanta. Castro también estaba a
la espera de que la
Agencia Tributaria le remitiera un informe sobre la mercantil Mixta África, una promotora de
viviendas sociales en el continente africano a la que Aizoon SL facturó casi 400.000
euros entre 2007 y 2009. El instructor del caso Nóos, por último, pidió todas
las actas de las reuniones celebradas por la Junta Directiva
del Instituto Nóos, entre 2004 y 2006, para saber si la hija menor del rey
intervino en ellas y participó en la toma de decisiones. El juez detalla en su escrito catorce
indicios que hacen dudar de si la
Infanta conocía el uso de su presencia como vocal en Nóos
y de su participación al 50% con su marido en la inmobiliaria Aizóon. Y añade
que, si bien esos indicios por sí solos y considerados de forma aislada,
carecen de “peso suficiente para sustentar una imputación” de la infanta y no
constituyen “indicios racionales de que interviniera activa y decididamente” en
la gestión cotidiana de Nóos y Aizoon, sí indican que “bastaba con que prestara
su consentimiento a que su parentesco con S. M. el rey fuera utilizado”. La Casa del Rey, que había
emitido un comunicado en el que aseguraba que no hacía “comentarios sobre
decisiones judiciales”, terminó declarándose “sorprendida” por la imputación de
infanta Cristina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario