A. Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, agasajado, en 1995, por un narcotraficante.
Alberto Núñez Feijóo, presidente
de la Xunta ,
quitó importancia a las fotogafías publicadas el domingo pasado por “El País” que desvelaban
una supuesta relación de amistad con el contrabandista Marcial Dorado en los
años noventa, cuando el dirigente popular era el número dos de la Consejería de Sanidad
del Gobierno gallego. “Son, simplemente –dijo Feijóo, sin presentar ni por
asomo su dimisión– unas fotografías antiguas y así se ha corroborado en diferentes
investigaciones judiciales. Si hubiese pensado que esas fotos eran un riesgo
para mi carrera, no me hubiese presentado a las elecciones”. Feijóo reconoce
que entabló su amistad con el contrabandista a través de Manuel Cruz López, un
militante del PP en Ferrol, chófer oficial de consejeros de la Xunta y, a la vez,
testaferro de Dorado. Con él, Feijóo visitó por primera vez la mansión de
Dorado en A Illa de Arousa, en Pontevedra, donde se celebraban comidas y
reuniones a las que asistían también algunos mandos uniformados. Feijóo estrechó
su amistad con el contrabandista y durante tres años, entre 1995 y 1998, acudió
durante los veranos a otra casa que Dorado tenía en Baiona, cerca de Vigo, acompañándole
en paseos a bordo de sus yates, incluido el Oratus, que tenía fondeado
en Ibiza, y que sería intervenido en 2003, en el marco de una operación contra
el blanqueo de dinero vinculada a un cargamento de cocaína. Además, viajó con
el narcotraficante a Portugal, donde este tenía negocios, y a Andorra. El
presidente gallego alega que su relación con Dorado se limitó al ámbito
personal en reuniones en su tiempo de ocio en las que participaban más amigos.
Pero rechazó que su relación hubiese influido en ninguna de sus decisiones como
cargo público. El presidente gallego subrayó que, por entonces, Dorado “no
había sido condenado por ninguna de las causas por las que años después lo sería”,
aunque era ya un conocido contrabandista y había sido detenido en dos
ocasiones. “Rompí el contacto con esta persona, por indirecto que fuese, cuando
tuve conocimiento de que mantenía causas abiertas con la Justicia ”, dijo Feijóo en
su comunicado de medianoche. Añadió que, desde hace años, ha sido víctima de
mensajes privados e insinuaciones públicas, con la intención de “amedrentarlo”.
Pero insistió en sus explicaciones: “Las fotos son lo que son: fotos. No hay
nada detrás. Ni contratos con la
Xunta o el Insalud, ni financiación del PP porque yo, en
aquellos tiempos, ni siquiera militaba en el PP”. El líder del PP gallego, que
nunca alejó de su mente, su posible aspiración de suceder a Rajoy cuando llegue
el momento, se escudó en la existencia de una mano negra que, desde 2003,
cuando fue nombrado por Manuel Fraga vicepresidente de la Xunta , no ha dejado de
amenazarle con sacar a la luz su relación con Dorado para truncar su carrera
política. Feijóo prometió “transparencia” pero no aclaró quién pagó los viajes que
hizo con Marcial Dorado, asegurando que entonces desconocía tanto el pasado de
su anfitrión, como a qué se dedicaba, cuando el contrabandista ya era conocido
por la gente de la calle. Y corroboró que había participado “inocentemente”,
subiendo a su yate y veraneado entre mansiones y todoterrenos de lujo, no
despertando en él la mínima sospecha o desconfianza.
A mediados de los sesenta pillaron por primera vez a Marcial Dorado con contrabando de tabaco y transistores y tuvo que afrontar una sanción de 50.000 pesetas. Pero el castigo no surtió en él efectos disuasorios, sino todo lo contrario. Unos lustros más tarde, cuando se produjo la primera ofensiva judicial contra el contrabando industrial de tabaco, Marcial Dorado ya lideraba uno de los grupos más fuertes y activos de la ría. La redada de noviembre de 1983 le obligó a exiliarse temporalmente en Valença do Minho. Cuando amainó el temporal, él, como otros traficantes, se entregaron a la justicia española y todos quedaron en libertad provisional después de pagar módicas fianzas, a la espera de un juicio contra 94 procesados que nunca se llegó a celebrarse. Aquella redada aceleró el proceso de reconversión del contrabando de tabaco al de otras drogas ilícitas más rentables, como el hachís y la cocaína. En octubre de 1989, declaró solemnemente en una entrevista que se había cortado la coleta como contrabandista. Pero, por esas fechas estaba ya en pleno proceso de expansión su emporio empresarial con inversiones en sectores tan idóneos como la promoción inmobiliaria, y la acuicultura y más tarde en aparcamientos subterráneos, viticultura e incluso en la producción aceitera. El 12 de junio de 1990, Marcial Dorado fue uno de los 18 detenidos en la histórica operación Nécora. Pero no tardó en ser descartado al comprobarse que entonces no reunía el perfil de narco. Y, al final, no se sentó en el banquillo de los acusados. Solo acudió al juicio de la Casa de Campo como testigo. Dos años y cuatro meses más tarde, en octubre de 1992, era detenido por primera vez en su mansión de A Illa como presunto propietario de un alijo de 10.000 cajas de tabaco de contrabando, valoradas en 1.100 millones de pesetas, descubierto a bordo de un mercante de pabellón alemán que había hecho amago de entrar en el puerto de Bilbao. En el juicio, celebrado siete años más tarde, en Baracaldo, se enfrentó a una petición de tres años de cárcel y a una multa de 2.300 millones de pesetas por una acusación de contrabando y cohecho, acompañado en el banquillo por otros nueve acusados, entre ellos varios agentes de la Guardia Civil. "La absolución –cuenta Julio A. Fariñas en La Voz de Galicia– lo libró de la cárcel pero dejó muy tocada su imagen de honorable hombre de negocios en la que tanto había invertido. La Guardia Civil consiguió sentarlo de nuevo en el banquillo, esta vez por cohecho, lo que le costó una condena de de tres años de cárcel y 60.000 euros que el Supremo le rebajó en seis meses. Poco más tarde era detenido por tráfico de cocaína y condenado a diez años de cárcel, lo que terminó por arruinar su imagen y desencadenó la investigación posterior por blanqueo que le tiene embargada, preventivamente, desde hace cuatro años, la parte conocida de su millonario patrimonio".
Núñez Feijóo, en 1996, de vacaciones con el
contrabandista, según El País.
Es difícil imaginarse a Feijó
sin que supiera nada de Marcial Dorado ni existiese entre ambos cierta amistad.
Y cualquier ciudadano sabía que el poder
adquisitivo de Dorado procedía del contrabando puesto que ya había sido
detenido en la
Operación Nécora y toda la prensa le señalaba como uno de los
capos de la mafia gallega. Feijóo admite que sí investigó pero que le dijeron “que
no había sido condenado”. Y reveló que, desde 2003 ó 2004, cuando supo de la
existencia de este material comprometedor, lo puso en conocimiento del
expresidente de la Xunta ,
Manuel Fraga y de Mariano Rajoy. Cuenta que ninguno de los dos dirigentes del
partido le reprocharon nada. Durante los años de las excursiones junto al capo
gallego, Feijóo era alto cargo de la
Xunta de Fraga y presidente del Insalud. “Cometí la torpeza
de no investigar con más profundidad con mis propios medios”, reconoce. “El
grado de ingenuidad de hace 20 años es difícil de justificar hoy”. Uno de los
destinos reconocido por Feijóo de sus viajes con Dorado es Andorra. Pero el
presidente de la Xunta
aseguró en la rueda de presa del lunes que se equivocó, que lo que él creía que
era Andorra se trataba en realidad de los Picos de Europa. “Había nieve”, justificó
el líder del PP gallego. Subrayó que él, desde la Consejería de Sanidad
de la que era el número dos, “nunca firmó ni hizo ningún tipo de contrato” con
las sociedades de Dorado. Pero añadió, con prudencia: “No pongo la mano en el
fuego”. Sostiene la tesis de que entre él y Dorado no existió “una amistad ni estrecha ni amplia” por mucho que ambos
compartiesen entre 1994 y 1998 paseos en yates por las rías gallegas, comidas,
viajes al extranjero, excursiones a la montaña o que el propio Feijóo se alojase
entonces en la mansión del narcotraficante durante algunos fines de semana.
Dice que no sabía a qué se dedicaba. “¿Y no le hizo desconfiar el tren de vida
que llevaba Dorado”, le preguntaron. “Desconfié –confiesa en un arrebato de
sinceridad–, pero me dijeron que no había sido condenado… Me informaron de que
estaba involucrado en algunas operaciones de contrabando y que había quedado
sin cargos. Cometí la torpeza de no investigar por mis propios medios. Y, en
cuanto supe que tenía una causa pendiente con la Justicia , corté la
relación”. Tampoco recuerda cómo se pagaban las estancias en el extranjero ni
si era el contrabandista quien abonaba los gastos. “Veinte años después, no
guardo las facturas. Unas veces pagaríamos entre todos y, otras, invitaría. No
lo sé”. Sus explicaciones sobre la naturaleza de la relación fueron harto confusas e insuficientes.
Francisco Jonquera, del BNG
pidió la “dimisión inmediata” de Feijóo por su relación con un capo del
'narco', advirtiendo que
esta “relación” es un hecho “de suficiente gravedad”.
Tras la publicación el domingo pasado del reportaje
en El País, los grupos de la oposición exigieron a Feijóo que presentara su
renuncia. Pachi López, secretario general del PSdeG, advirtió que el presidente
de la Xunta
mantenía una “relación de estabilidad” con una persona “catalogada como
narcotraficante” en los propios medios de comunicación y que había sido
detenida y “condenada” en los años 80. “Nadie –comentó– puede seguir siendo
presidente del Gobierno gallego con esta carga a las espaldas”. Una relación
que era un hecho “de suficiente gravedad” como para que el presidente gallego
presentase “su dimisión inmediata”. Pachi Vázquez pidió al presidente gallego
que “deje de decir que el PSdeG” es el responsable de la publicación de sus
fotografías con Marcial Dorado y le recomendó “que busque en su entorno”,
porque, “recordando la frase de Aznar, los responsables no están en montañas
lejanas ni en desiertos remotos”. También indicó que “no se le escapa a nadie
que hubo elecciones” hace cinco meses en Galicia, por lo que, si el PSdeG hubiera
tenido las fotografías, ese hubiera sido el momento para haber hecho un “uso torticero”, como lo haría él,
aunque los socialistas, dijo, no lo hicieron. En cualquier caso, mostró que si la sociedad gallega supiera “lo
que sabe ahora, Feijóo no sería presidente”. Consideró que “ya es
momento” de que Núñez Feijóo “pida
perdón a todas la familias con víctimas relacionadas con la droga, a todos los
gallegos, a tantas familias que lucharon para desagregar el narcotráfico y
Galicia. Que ahora sea el presidente el que vuelva a poner como
sinónimos narcotráfico y Galicia me parece patético"” concluyó el
socialista. Xavier Vence, del BNG, afirmó: “Galicia no se merece un presidente
con este tipo de relaciones cuando ya era cargo del Gobierno de Fraga. Es tremendamente grave y debe
dimitir”. Francisco Jorquera, portavoz
parlamentario del BNG, exigió la “dimisión inmediata” de Alberto Núñez Feijóo,
al interpretar que ésta era la única respuesta “posible” tras constatarse “sus
relaciones personales con un capo de la mafia del narcotráfico”. Y dijo que
“regenerar la democracia” exige “medidas ejemplarizantes”. Yolanda Diéz,
la número dos de Alternativa Galega de Esquerda, advirtió: “En países serios, por cosas mucho
menores, dimitieron cargos de gran responsabilidad. Estamos hablando de
relaciones con uno de los capos de mafia gallega”. Los socialistas exigieron
una explicación inmediata en el Parlamento gallego. “Si no lo hace, debe
dimitir”. El portavoz en la
Cámara , Alberto Losada, ironizó: “El único gallego que no sabía
en el 95 que Dorado se dedicaba al contrabando era Feijóo”.
Anxo Quintana, en el yate del constructor Jacinto
Rey. Foto por la que el PP, desde Rajoy a Feijóo pidió, su dimisión.
¿Quién sacó las fotos de los sumarios y quién las
ha estado aireando en la sombra durante años para sacarlas justamente en estos
momentos, cuando Núñez Feijóo aparece como un serio candidato a la sucesión de Mariano Rajoy? Núñez Feijóo dice saber
quién está “manipulando” con estas fotos, pero no dice públicamente su nombre.
Comenta que “las hemerotecas están ahí”, y añade que esos que quieren
'amedrentarle' son “supongo que los mismos que insinuaron que yo tenía algo que
ver con actividades ilegales”. Tirando
de hemeroteca, como dice Núñez Feijóo, se destaca que fue el ahora
secretario general de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, quien en febrero de 2001 afirmó en una rueda de
prensa que “Feijóo
y el narcotráfico andan ahí, ahí”. En todo caso, desde en el BNG están
encantados con esta historia, porque recuerdan que, en la campaña autonómica de
2009, la que tumbó al gobierno bipartito y dio a Feijóo la presidencia de la Xunta , el líder
popular utilizó como arma contra el jefe de filas del BNG, el vicepresidente Anxo Quintana, una vieja foto de éste
a bordo del yate del poderoso empresario gallego, Jacinto Rey, propietario de la Constructora San
José y uno de los principales empresarios de Galicia, contratista de la Xunta. Entonces , una
de las frases del líder del PP gallego fue: “El Gobierno no se puede fotografiar con malas
compañías”… Aunque los primeros señalados de la publicación de las
fotos de Feijóo y el Dorado son sus enemigos políticos, cobra fuerza la teoría de
una guerra interna del PP, según apuntábamos el pasado viernes en estas páginas
(Feijóo esta tocado, pero no hundido) los que habrían hecho llegar estas
fotografías a la redacción del diario “El País” para dañar la imagen de Feijóo.
Algunos medios apuntan a Soraya Sáenz de Santamaría, la política cuidada como
oro en paño por Rajoy, vicepresidenta y portavoz del Gobierno, dando también
por amortizada a Dolores de Cospedal, muy golpeada y desgastada como objetivo
de los 'punchs' de la prensa al ser la cara visible del PP para explicar la presunta
corrupción del partido, los papeles de Bárcenas y la trama Gürtel.
Manuel Fernández Padín, un narcotraficante
arrepentido, testigo de cargo de la Operación
Nécora , hace el pasado lunes unas explosivas declaraciones en
la cadena SER (en La Ventana ),
en las que denuncia la “connivencia” entre política y narcotráfico en Galicia. Preguntado a raíz del escándalo de las comprometedoras fotos de Alberto
Núñez Feijóo con Marcial Dorado, Fernández Padín advierte que “es
totalmente imposible” que Feijóo no supiera que su amigo se dedicara al
narcotráfico. “Las fotos son de 1995, después del juicio de la Operación Nécora.
En ese año ya se sabía perfectamente que los contrabandistas habían dado el
paso al narcotráfico y toda la costa gallega sabía quién era quién. Todo el
mundo en Galicia o en Pontevedra sabíamos a qué se dedicaba cada cual porque,
al principio, los que hacían dinero con el contrabando de tabaco se pasaron al
hachís o a la cocaína, mientras seguían compartiendo mesa y mantel con los
políticos de la época”. El narco arrepentido advierte de que esa “connivencia”
entre política y contrabando no se basa es “deducciones” sino que está
confirmada “desde hace mucho tiempo por declaraciones que han hecho los mismos
contrabandistas”. “Ya con Alianza Popular había una plena connivencia entre
autoridades y contrabando (…) En época de Fraga se mezclaban contrabando y AP y
PP, eso es de toda la vida…”. En la misma línea, advierte: “Oubiña ya dijo que,
si tirara de la manta, se sabrían muchas cosas respecto a la financiación del
PP”. Fernández Padín lamenta que “la palabra de Oubiña debería valer más de lo
que vale” ya que sólo se le cree para algunas cosas y que con su historial
“¿cómo no va a saber?”. “Los narcotraficantes quieren que gobierne el PP, cada
uno que saque las conclusiones que quiera”. En cuanto a las fotos de Feijóo,
Fernández Padín subraya que “esto no es nuevo, es una de tantas” y se pregunta
que cómo Feijóo iba a estar en una lancha “con alguien que no sabe quién es”.
“Si tuviera diez añitos… ¡que tengan un poco de vergüenza!”, insiste el
testigo, quien concluye pidiendo a las “autoridades” que se acuerden de él para
que lo protejan ante los riesgos que corre.
Alberto Núñez Feijóo
Marcial Dorado, el narcotraficante amigo de Alberto
Núñez Feijóo, en la década de los 90, pudo ser el proveedor de combustible para
la calefacción del Servicio Gallego de Salud (SERGAS), entre 1991 y 1996, los
años en los que Feijóo ocupaba el puesto de secretario general de la Consejería de Sanidad.
Así lo denunciaba “Compromiso por Galicia”, partido que confirmaba la sospecha
de que empresas de Dorado abastecieron a varios hospitales gallegos en esas
fechas y aseguraba que lo había comprobado por varias fuentes distintas. De ser
cierta la información, Feijóo, en aquel año, alto cargo de la Consejería de Sanidad,
compartía horas de ocio con un narcotraficante, que había sido detenido con
anterioridad en el marco de la operación Nécora, mientras éste suministraba
material a la
Administración. Tras la publicación de la información que le
relaciona con el contrabandista y narcotraficante, Feijóo hace público un
comunicado en el que afirma que “todas
las veces” que coincidió con Marcial Dorado fue “por coincidencia con un
compañero de trabajo” de su juventud, “en un contexto de ocio, nunca en el
ámbito de mis responsabilidades laborales”. Núñez Feijóo amenaza con acciones
legales. “Actuaré en la defensa de mi honor contra aquellos que pretendan
valerse de la publicación de estas fotografías para difamarme o poner en
cuestión mi trayectoria personal y profesional y mi compromiso con los intereses
generales y contra la ilegalidad”, advierte el presidente de la Xunta en su comunicado. Insiste
ante los medios en que sólo buscan “amedrentarle” y niega rotundamente haber
tenido cualquier tipo de vínculo con las empresas de Dorado. “Nunca firmé, nunca
adjudiqué ni concedí ningún contrato con ninguna de las empresas de este
señor”, subraya Feijóo, incómodo y, por momentos, irritado.
El presidente del PP, Mariano Rajoy,
protagonizaba, en 2009, un mitin en el yate de un clan de narcos y, un año
después, se fotografiaba con un miembro de la Camorra en Tenerife, que
estuvo a punto de ir en las listas 'populares' a las elecciones municipales. Son
vinculaciones casuales, fortuitas o premeditadas con jefes del narcotráfico. En
vísperas de las elecciones europeas, Mariano Rajoy, presidente del PP protagonizaba
un acto electoral en el yate Moropa, propiedad de un clan de narcotraficantes.
Así lo desveló el diario Público en marzo de 2011. La familia propietaria
de la embarcación era conocida como el clan de Os Caneos, que confesó haber
introducido cocaína a España por las costas gallegas. El 19 de mayo de 2009,
dos días antes del inicio de la campaña para las elecciones gallegas, Rajoy
participó en un acto en Cambados (Pontevedra), que incluyó un paseo por el
muelle y la visita a la embarcación Moropa, donde se fotografió con miembros de
su comitiva. En su intervención, porque hubo discurso, como es habitual en
estos actos, el entonces líder de la oposición exigió –¡qué ironía!– más control en las
importaciones pesqueras –“que se controle su legalidad”, dijo– y se comprometió
a encabezar una “batalla por la transparencia”. Tras darse a conocer la
propiedad del yate, el PP gallego alegó que lo de subirse al barco “no estaba
previsto ni formaba parte del acto” y que aquella embarcación “era la única que
había en aquel momento al principio del muelle y alguien sugirió que sería una
buena idea fotografiarse allí”. En octubre de 2010, la ‘casualidad’ le jugó
otra mala pasada a Rajoy, durante un acto en Tenerife. La foto del líder del PP
junto a un presunto miembro de la
Camorra , Domenico di Giorgio, puso al todavía líder de la
oposición en apuros. Fuentes del partido, esta vez de Tenerife, volvieron a
poner por delante el factor azar. “No podemos pedir un certificado de
antecedentes penales de todos los que desean darle la mano”, se excusaron. Pero
el presunto mafioso no era alguien que pasaba por allí, sino un simpatizante
del PP, que había estado a punto de ir como número cuatro por el municipio de
Adeje en las elecciones locales. Una semana antes del inicio de esa campaña
escribió a la Junta
Electoral para retirarse de la lista, aduciendo motivos
personales, sin embargo, siguió activo durante toda la contienda electoral y,
en su Facebook, Di Giorgio exhibió propaganda del PP hasta el día de la cita
electoral. El mafioso fue detenido por la Policía.
Perfecto Conde, periodista experto en las tramas de
narcotráfico en Galicia –es el autor de “La conexión
gallega, del tabaco a la cocaína” (ensayo, Ediciones B, Barcelona, 1991) cree que Feijóo conocía los negocios turbios.
Así lo explica en una entrevista concedida a Enrique Mariño, en Público.es. “Me
resulta difícil creer que un personaje como éste, que ocupaba cargos
importantes, no los leyese. Indudablemente, lo hacía. Tenía que estar al tanto
de su vida, porque era conocida por todos. Esto parece una mala novela de misterio.
Y si está siendo sincero, todavía peor, porque evidenciaría la ignorancia
supina impropia de un gobernante. En todo caso, Feijóo no es precisamente un
hombre que se relacione con los obreros de la Bazán , sino más bien un señorito... que confunde
Andorra con Picos de Europa. Si hace veinte años paseases por Vilanova, A Illa
o Vilagarcía de Arousa, no tardarías mucho en escuchar que Dorado era hijo
natural de Vicente Otero, un cacique de la zona e histórico patriarca del
contrabando de tabaco. Fue amigo personal de Manuel Fraga y Alianza Popular
(AP), lo que hoy es el PP, le dio una insignia de oro y brillantes (…) Marcial
tuvo una juventud pobre y difícil. Trabajó muchos años como piloto en un barco
de pasajeros, propiedad de una familia de A Illa, antes de empezar en el
negocio del tabaco de la mano de Terito, un hombre ligado directamente
con la AP de
Fraga. Llegó a haber una famosa reunión de capos en el Parador de Cambados en
la que se discutieron las aportaciones que había que dar para la campaña de
Alianza Popular. Incluso hubo un disparo, pero uno de los presentes apartó el
brazo del que portaba la pistola a tiempo, dirigió el arma hacia el suelo y
alguien terminó con un pie perforado (…) Hoy se siguen haciendo negocios, pero
de manera más discreta. Por la cuenta que les trae, hay menos Lamborghinis y
banquetes que en la época de Sito Miñanco. Sin embargo, hoy los narcos son más
violentos y, en los últimos años, ha habido una decena de asesinatos”.
En una entrevista en el diario “El Mundo”, el juez Vázquez Taín, que
investigó y ordenó el encarcelamiento de Dorado, sostiene que, en esa
investigación, a partir de 2001 y durante dos años más, hasta 2003, había
conversaciones del ahora condenado con mucha gente, entre ellos Núñez Feijóo,
pero que no se derivaron responsabilidades delictivas ni se detectaron indicios
indicativos de nada. De esas palabras del juez, el líder de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, entiende que Feijóo
ha mentido al afirmar que cortó relación con Dorado en 1998. El
secretario general del PSdeG cree que Feijóo deben presentar su dimisión por
haber mentido. En declaraciones a los medios, el presidente gallego reiteró
que, desde que se publicaron sus fotos en “El
País” con el narcotraficante Marcial Dorado, ha intentado “explicar
la verdad de la situación, con la mayor celeridad posible, la mayor sinceridad
posible y la mayor transparencia posible”. A ese respecto, recuerda que el juez Vázquez Taín, “que tiene
todo el sumario y que investigó hasta llegar a la conclusión de que merecía una
pena de prisión, ha hablado con claridad. El juez concretó que lo que yo estaba
contando era cierto”. Pero Pachi Vázquez cree que la entrevista demuestra que
Feijóo mintió y que mantuvo relación con Dorado hasta 2003. Precisamente ese
año, según cuenta
La Voz de Galicia, Feijóo presentó su dimisión a Fraga por esa relación
con Dorado, dimisión que no fue aceptada. El líder de los socialistas gallegos
se pregunta, además, cómo fue investigado Núñez Feijóo para determinar que no
había nada irregular.
"Alberto Núñez Feijóo: un demagogo con amistades
peligrosas, un genovés de pura cepa que, según pasa el tiempo, se está
fusionando con las peores artes de sus mayores".
“Alberto
Núñez Feijóo –se puede leer en el blog Los Genoveses. S. A.– nace en
Orense, allá por el año 1961. En Santiago de Compostela estudia Derecho. No se
lo piensa dos veces y prepara las oposiciones de funcionario de la Xunta de Galicia. Su suerte
cambia cuando en septiembre del 1991 se cruza en un pasillo con un genovés de postín, el veterano José Manuel Romay Beccaría,
titular de la Consejería
de Sanidad y Servicios Sociales. Y, de mutuo acuerdo, le nombra Secretario General. En 1996, tras la
victoria de Aznar, como otros muchos genoveses se traslada a Madrid para formar
parte del nuevo gobierno. En el sorteo llevado a cabo en la sede nacional de
Génova 13, Alberto es agraciado con el nombramiento retribuido de Secretario General de Asistencia Sanitaria en
el Ministerio de Sanidad y Consumo, cuyo titular era casualmente, el
mismo genovés con el que se había cruzado años antes en un pasillo: Romay Beccaría, y ese mismo año, dicho
y hecho, pasa a convertirse en el nuevo
Presidente del Insalud. Pero Alberto es un genovés inquieto y con ganas de
ascender así que, entre mayo de 2000 y enero de 2003, pasa a ejercer la dirección
de la entidad pública estatal, Correos
y Telégrafos. Con un cierto olfato de superviviente, en el año 2003
regresa a Galicia para formar parte del Gobierno de la Xunta que preside Manuel Fraga
Iribarne. El 18 de enero es nombrado Consejero de Política
Territorial, Obras Públicas y Vivienda y un año después se convierte en
Vicepresidente primero. Después de que Manuel Fraga, en las elecciones del 2005,
se quedara descompuesto y sin su Xunta, tras la formación de un gobierno
formado por el PSOE-BNG, Alberto tiene que buscarse la vida y, para ello, se
agarra al escaño autonómico y, desde allí, entra en las guerras internas entre
genoveses varios. Finalmente resulta vencedor, siendo elegido, a principios de
2006, presidente del Partido Popular de Galicia. Desde entonces no ha parado de
hacer gestos de sumisión debida a su presidente del partido, el inefable de Mariano Rajoy. En las elecciones
autonómicas, celebradas el 1 de marzo
de 2009, con buenas dosis de marrullería y gracias también a ‘los
méritos’ de la coalición PSOE-BNG, logra la victoria por mayoría absoluta (38
escaños). Mayoría que vuelve a obtener el 21 de octubre del pasado año, tras la
disolución anticipada del Parlamento regional”…
“Con el tiempo, los que le conocen sostienen que
cada día es más católico, apostólico y romano (…) Y para acabar de rematar su
trayectoria no está de más recordar el lío en que se ha metido últimamente con motivo de la publicación de unas fotografías
personalizadas en las que aparece hermanado con uno de los mayores
narcotraficantes de Galicia y sus alrededores: Marcial
Dorado, que en estos momentos está con una condena de 14 años por narcotráfico.
En esta ocasión, visto como evolucionan los acontecimientos, el
trilero de Feijóo puede acabar fuera del largo pasillo genovés que tantas
alegrías le ha venido dando en los últimos años. Así dicen que piensan y lo
desean por este orden: la repipi de la vicepresidenta
Sáenz de Santamaría, el no menos cursi de Ruiz Gallardón y, en diferido, la maltrecha Cospedal”.
“Si no
se heredan los pecados de los padres –se pregunta Rafael Torres en
Diariocrítico, bajo el título ‘Feijóo, la conspiración de la memoria’–, ¿cómo
se va a contagiar uno de aquellos cometidos por el tipo con quien se hace una
foto, o varias? Sin embargo, aunque los pecados de los padres no se heredan,
sí, en tantos casos, la inclinación a cometerlos, pues uno, en el fondo, es su
padre, por lo que lo de la foto, que a fin de cuentas no es sino una imagen congelada,
un ‘souvenir’ plano del pasado, no está tan claro como el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto
Núñez Feijóo, quiere creer o hacernos creer. Esas fotos en el yate del
contrabandista devenido en narco, Marcial Dorado, tienen, según dice Feijóo
como argumento exculpatorio, mucho tiempo, y es verdad, pero también lo es que
él mismo también lo tiene, o, cuando menos, el suficiente para haberse hecho
esas instantáneas con su amigo Dorado hace no tanto, unos 18 años”.
“Dejando
a un lado el hecho, pese a ser mucho dejar, de que está feísimo que un alto
responsable público de Sanidad se haga fotos amicales con un tío que atenta
delictivamente contra ella por razón de los artículos con los que comercia,
tabaco y drogas, quedaría, en todo caso, lo sustancial, la dilucidación de qué
había o dejaba de haber entre ellos en la vida real, en movimiento, que las
fotos no recogen. No lo sabemos, pero puestos a saber o a no saber, lo que sí
sabía Alberto Núñez Feijóo es quién era el señor Dorado y a qué se dedicaba, a
menos que fuera el único gallego en ignorarlo. Yerra, pues, el todavía
presidente de Galicia al pretender una ignorancia que se antoja imposible,
sobre todo en un hombre tan listo ya entonces para tantas otras cosas, y yerra,
sobre todo, al sustituir su inicial “mea culpa” por su “torpeza” de antaño por
el rollo de la conspiración contra su persona y, de rebote, contra el Partido
Popular. Conspiración puede que la haya. Es más; los errores del pasado conspiran
siempre, latentemente, contra nuestro presente y nuestro futuro. Núñez Feijóo
conspiró contra él mismo y sus ambiciones políticas, sin saberlo, cuando se
hizo tan amigo de Dorado como para compartir con él yate y eso tan delicado que
es ‘el ocio’ (la madre de todos los vicios, se decía) y los viajes de placer.
Ahora, otros, sea el PSOE o sea alguien del propio Partido Popular que le
quiere lejos de la sucesión de Rajoy, no tienen más que tirar de foto, de
memoria”.
Pasamos
directamente a la sección de dibujos de humor
con “Tanto gilipollas y tan pocas balas”, seguido de “Hay vidas en
juego” y el humor de “El Jueves”.
Erlich y su
humor internacional
Veamos otros humoristas, como Forges, Bié+Map, El Roto,
Dávila, Peridis, J. R. Mora, Ferranmartín, Ramón y Asier y Javier…
Pep Roig nos presenta un monumento a la dimisión de los
políticos y sigue dibujando sus cloacas.
Les dejamos con tres vídeos. En el primero, el presidente de la Xunta y del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, rechaza presentar su dimisión, como han pedido los grupos de la oposición, porque “actuó siempre dentro de la ley”, y ha afirmado que “no firmó en absoluto” contratos con la “persona que aparece en las fotos”, el narcotraficante Marcial Dorado.
En el segundo, vemos y escuchamos al presidente del PP, Mariano Rajoy, en un acto de campaña en Cambados para las europeas del 2009. Y lo hace subido al barco Maropa, propiedad de una familia de narcotraficantes.
El tercero está protagonizado por unos parados que, desde la Plataforma de Afectados
por la Hipoteca ,
piden a los votantes del PP que no se crean la campaña
de descrédito lanzada por el Gobierno.
1 comentario:
Averiguen quién es la rubia que aparece en las fotos con Feijóo y el narco. Se llevarán una ¿sorpresa?
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