viernes, 4 de abril de 2014

La gran desmemoria del Rey.

 

 
El libro “La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar”, presentado ayer en Madrid sugiere que las tensiones entre el Rey y Suárez en las semanas previas al golpe de Tejero fueron máximas, porque don Juan Carlos pensaba que solamente una dimisión del presidente del Gobierno o una moción de censura contra él podría salvar a España de un golpe militar. La nueva obra de Pilar Urbano ha causado hondo malestar en La Zarzuela. Fuentes de la Casa del Rey señalan que Urbano no cuenta con aval ninguno por parte del jefe del Estado en la versión que da sobre los sucesos y preparativos del 23-F. Y añaden que se trata de una obra “oportunista”, que aparece inmediatamente después de la muerte de Suárez, quien no puede ratificar las afirmaciones de la periodista.
Pero la periodista insiste. “El Rey nos salvó in extremis de un golpe que había puesto en marcha, no queriendo que fuera un golpe sino una solución –explica Urbano en una entrevista aparecida el domingo pasado en El Mundo–. Pero Adolfo decía: ‘¡Esto es un golpe!’”. El libro desvela aspectos hasta ahora inéditos sobre Armada, Milans y Tejero y la reacción que tuvo Suárez y el monarca. “Para Suárez –afirma la periodista– estaba clarísimo que el alma de la Operación Armada era el Rey”. El libro desvela cómo habría sido el enfrentamiento entre Suárez y el Rey que les habría llevado a distanciarse. Da a entender que el golpe de Armada contra Suárez se planeó en Zarzuela, y que el ‘elefante blanco’ habría sido el Rey. “En vísperas de la Pascua Militar de 1981 –relata Pilar Urbano–, el Rey recibió en Baqueira a Alfonso Armada, que le volvió a comer la oreja sobre la situación límite que vivía España. Ese día, insistió y le dio una ‘solución de Estado’. Y le plantea que ya tiene una solución, no un golpe de Estado sino un golpe de timón, un golpe de Gobierno”. El monarca, según Urbano, no espera a volver a Madrid y cita a Suárez inmediatamente en Baqueira. Y dice al presidente que si no hacen algo, los militares se le echarán encima. “No hubo insultos pero sí tuteos y aunque empezó sin crispación, poco a poco se fue calentando. Esa conversación sería el primer choque de una serie encadenada en las semanas siguientes”. El General le pintó al Rey una situación de pregolpe y le informó de que, con Suárez fuera del Gobierno, podría armarse un gobierno de concentración nacional, al que estarían dispuestos a entrar desde Fraga a Felipe González, y que evitaría el golpe militar. “Por eso –explica la autora del libro– don Juan Carlos tiene urgencia para que Suárez visualice que sobra”.
Urbano narra cómo el Rey se siente aliviado cuando, el 27 de enero, Suárez le avisa de que tira la toalla y se va. Lejos de dedicarle algún gesto de cercanía, el monarca dice a su secretario: ’Sabino, que éste se va’. Al día siguiente –explica Urbano–, Suárez lleva a Zarzuela la carta de dimisión. La periodista desvela que tras el golpe militar, Suárez y el Rey vuelven a reunirse. El presidente, recién dimitido, le dice al Monarca: “Nos la han metido doblada” y le acusa de haber alentado el golpe militar, a lo que el Rey replica que la situación es la contraria: “La has provocado tú y la he evitado yo”. Suárez quiere revocar su dimisión y así se lo trasmite al Rey. Le anuncia que piensa hacer depuraciones en el Ejército, llegando hasta donde haya que llegar. “Me estás amenazando, so cabrón? –narra Urbano– ¿Te atreves a hablarme de responsabilidades a mí? ¿Tú… a mí? Mira –le dice el jefe del Estado–, ni tú puedes retirar ya la dimisión ni yo voy a echarme atrás en la propuesta de Leopoldo. ¿Todavía no te has enterado de que ha sido a ti a quien le han dado el golpe?... ¡Tú eres el auténtico responsable de que hayamos llegado a esto!”.

Pilar Urbano repitió varias veces durante la presentación de su libro que el golpe de Estado se llevó a cabo “sin pretenderlo el Rey” debido a que el general Alfonso Armada “estaba lanzado y se veía como el presidente del Gobierno in pectore”. Explicó que, tras la intentona golpista, es cierto que Adolfo Suárez pensó que el Rey “le había traicionado”, lo que dio lugar a reproches mutuos de “traición”. Urbano separó “las dos operaciones” fraguadas a comienzos de los años ochenta, a pesar de que “una desemboca en la otra”: la operación Armada por un lado y el Golpe, puro y duro, por otro. En este sentido, aseguró que “el Rey no fue un golpista” y destacó la valentía del monarca al apostar por una democracia popular y no por una democracia “tutelada y fantasmal como querían Arias Navarro, los generales del Ejército, empresarios y falangistas”.

Por su parte, Zarzuela desmintió ayer a Urbano, calificando su libro de “pura ficción imposible de creer” y  negando “rotundamente” que el Rey participase en lo que la autora denomina 'Operación Armada' para echar del Gobierno a Adolfo Suárez en 1981. Diversos miembros de los gobiernos del presidente Suárez tildan el libro de Urbano de “relato novelado-libelo” que “parece tener por objeto desestabilizar las instituciones y atacar frontalmente la figura del Rey y el presidente Suárez a través de una acusación infame y tergiversando la verdad”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se apunta la idea de "La venganza de Sofia" (por tanto cuerno y el ninguneo,) -intimísima de Urbano,-con el objetivo de precipitar la abdicación del "Campechano" y el acceso de Felipe VI "El Preparado."
Que panorama...

chiflos.