Carmona, alcaldable socialista por Madrid, abucheado por vecinos en un intento de desahucio.
Antonio Miguel Carmona, candidato socialista a la
alcaldía de Madrid, pretende demostrar
con su ejemplo que es del pueblo. “Me levanto a las 6 o 7 de la mañana
–cuenta en una entrevisa para ElPlural.com–, y leo la prensa, todos los
periódicos. El primero es el The
New York Times, sólo por casualidad, porque es el primero que sale
en mi ordenador. Me desplazo en moto y en metro. Voy a la Universidad cuatro
días a la semana. Tengo cada día tres actos y una asamblea ciudadana, en la que
me reúno con cientos de vecinos. Llego a casa entre las 12 y 1 de la madrugada,
y me duermo entre las 2 y las 3” .
Confiesa no cobrar las tertulias políticas. Todo
lo dona a organizaciones sin ánimo de lucro. Las televisiones se lo dan
directamente a esas organizaciones. Si le eligen alcalde de Madrid,
creará una agencia antifraude, dirigida por un magistrado, que vele por las
actuaciones y el buen funcionamiento de las decisiones políticas. “Que
investigue desde el alcalde hasta el último concejal y el último cargo. Que me
investigue a mí y a mi familia. No tengo nada que ocultar. Actualmente, hay 250
asesores en el Ayuntamiento de Madrid. Que vayan haciendo el curriculum porque
no les voy a pagar su salario con el dinero de los madrileños. Hay funcionarios
suficientes para cubrir esos puestos”.
Carmona
ha tomado muy en serio la propaganda política para optar a la alcaldía de
Madrid. Multiplica los casos en los que se compromete con la gente. Ya se
presta a retratarse con el frutero, tomando el autobús, en el gimnasio, en
silla de ruedas, vestido de bombero y en todas las situaciones imaginables con
las que pueda ganar votos, aparentando ser un ciudadano más. No en vano lo dice
y publicita cada semana en la Sexta Noche, en la que participa, demostrando que
es un político al alcance del pueblo.
El
pasado lunes, Carmona quiso echar una mano a los activistas que se oponían a un
desahucio, pero le echaron con cajas destempladas. A veces, las campañas
electorales pueden ser trampas mortales para los que las utilizan para venderse
a toda costa. El candidato socialista a la alcaldía de Madrid intentaba
participar en una protesta contra un desahucio en el barrio de Carabanchel,
pero tuvo que abandonar el lugar por los abucheos que le dedicaron los vecinos
entre gritos de “oportunista”. Y los activistas anti-desahucios lograron sacarle
los colores y paralizar el desalojo. Tanto Carmona como miembros de
la Asociación de Afectados por la Venta de Vivienda Pública de
la EMVS aseguran que él había sido invitado por el inquilino desahuciado. Y argumentó que
tuvo que abandonar el lugar del desahucio porque debía acudir al plató de un
programa televisivo.
Por cierto, el desahuciado era Fernando Encinas, tiene 39 años y, desde hace más de 10, vivía en un piso que le proporcionó la Empresa Municipal de la Vivienda (EMVS), y que hace unos meses vendió a un fondo de inversión de los denominados 'buitre', junto a otras 1.860 viviendas. Desde enero hasta julio de 2013, Fernando, que vivía con su mujer y su hija de 3 años, estuvo en paro y no pudo pagar los 400 euros mensuales de alquiler, pero el Ayuntamiento le dio la posibilidad de que volviera a pagar cuando tuviera los ingresos suficientes. El nuevo propietario de las viviendas exige el pago del alquiler sin demoras, para lo que emprendió acciones judiciales que terminaron en una orden de desahucio que debería ejecutarse el lunes y que, ante la protesta de los vecinos, fue paralizada.
Por cierto, el desahuciado era Fernando Encinas, tiene 39 años y, desde hace más de 10, vivía en un piso que le proporcionó la Empresa Municipal de la Vivienda (EMVS), y que hace unos meses vendió a un fondo de inversión de los denominados 'buitre', junto a otras 1.860 viviendas. Desde enero hasta julio de 2013, Fernando, que vivía con su mujer y su hija de 3 años, estuvo en paro y no pudo pagar los 400 euros mensuales de alquiler, pero el Ayuntamiento le dio la posibilidad de que volviera a pagar cuando tuviera los ingresos suficientes. El nuevo propietario de las viviendas exige el pago del alquiler sin demoras, para lo que emprendió acciones judiciales que terminaron en una orden de desahucio que debería ejecutarse el lunes y que, ante la protesta de los vecinos, fue paralizada.
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