Albert Rivera, de Ciudadanos, un mago de la oratoria y algo más.
Hijo único de un barcelonés y de
una malagueña, ambos comerciantes que regentaban una tienda de
electrodomésticos en La Baceloneta, Albert Rivera nace en la Ciudad Condal hace
36 años. A los 16 años, es campeón de natación de Cataluña. Tras iniciar la
carrera de Derecho, comienza a manifestar su interés por política y la oratoria,
participando en una liga de equipos universitarios de debate por toda España;
su equipo resulta vencedor. Una vez licenciado, en septiembre de 2002 comienza
a trabajar en la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona (“la Caixa”).
En 2004 aprueba unas oposiciones internas del mismo centro y trabaja como
Letrado en la Asesoría Jurídica de los Servicios Centrales de La Caixa, hasta
el 2006, en que solicita una excedencia
voluntaria para preparar las elecciones
autonómicas. Se trata del político catalán (presidente del partido Ciudadanos–Partido
de la Ciudadanía y diputado en el Parlamentel de Cataluña)
más conocido y votado fuera del territorio catalán. Pero ¿cómo es él?
Merluceando, el blog de Merluzo,
dice que Albert Rivera fue campeón de natación, lo que le hace tener un cuerpo
fibrado y musculoso; que juega muy bien
al Padel; que es monárquico, católico y apostólico; que es el vecino que sueñas
que llame a la puerta con la excusa de pedirte una poquita de sal y al final te invita a tomar
café; que le compra flores a su suegra por su cumpleaños; que veranea en
Sanxenxo y, en Invierno, esquía en Baqueira Verte; que nunca se ha fumado un
porro; que no tiene canas, ni un ápice de alopecia, ni caspa, ni casta. Que va
a hacer un capitalismo bonito, que quiere una España de gente bien, que dobla
la ropa antes de acostarse con una mujer, que toma las rotondas por el carril
exterior, que no se pone la corbata en la frente, en el convite de las bodas,
que es el Rick Astley de la política española… Albert Rivera es un ganador
silencioso, un ninja. No tienes motes. Ni Pantunflo, ni Coletas, ni nada porque
no hay por dónde pillarle. Se afeita todas las mañanas. Y no tiene barba casual, ni perilla, ni ninguna de esas cosas
porque su personalidad es tan abrumadora que no necesita de abalorios faciales.
Que no dice palabrotas ni aunque se pille un huevo con el microondas. Que es
más guapo que Pedro Sánchez. Y más alto. El es el primo que tomaba Zumosol. A
él le gusta leer y escuchar música clásica en directo. Tiene los ojos tiernos y
el rabo endemoniado. Tiene un monovolumen porque no tiene miedo a
comprometerse. Que te haría un regalo por San Valentín, que no es necesario que
una fiesta consumista se lo recuerde. Pero que, aun así, te daría un detallito.
Sabe cocinar y además el delantal le queda muy mono. Cree en el matrimonio y no
se emborracharía en la noche de bodas. Albert Rivera no quiere, pero, si
quisiera sería el próximo 007 – Licencia para amar.
Ángel Sánchez de la Fuente, en “Albert
Rivera, ciudadano bajo sospecha”, habla del desencanto político del electorado
español por culpa de la corrupción generalizada, de la gestión económica y social
de los gobernantes y de los partidos más importantes. Y coloca Albert Rivera,
siendo un desconocido, hasta ahora, fuera de Cataluña, como el líder mejor
valorado en diferentes sondeos. “Después de conseguir, en 2012, nueve escaños
en el Parlament (triplicando los alcanzados en 2006 y 2010) y lograr dos
eurodiputados, en 2014, Rivera decide jugar fuerte en toda España e
intentar resarcirse del fracaso de 2011. Pero, ¿quién es él? ¿A qué dedica el
tiempo libre? A los 21 años se proclama
campeón español de debates universitarios (siempre ha tenido un pico de oro).
Rápidamente gana una difícil oposición al departamento de asesoría jurídica de
La Caixa, notable empleo que deja en excedencia a los 27 años para dedicarse a
la política. Cuenta Rivera que su madre fue quien le informó de que
se estaba gestando un nuevo partido en Cataluña a raíz de un manifiesto firmado
por intelectuales antinacionalistas tales como Albert Boadella, Félix
de Azúa, Francesc de Carreras, Ivan Tubau, Arcadi Espada, etcétera.
El motivo principal de saltar a la arena política no era otro que combatir lo
que denominaban ‘asfixia nacionalista’. El joven Rivera vio
el cielo abierto y se afilió a aquel invento que se autodefinía de centro
izquierda no nacionalista. Como los Boadella y compañía no pretendían
ocupar cargos de responsabilidad, tendrían que ser los desconocidos militantes
quienes los ocupasen”. Aquel 9 de julio de 2006, Rivera se presenta en la
asamblea de Ciutadans (C’s) como alguien que quería ser portavoz, pero sin
ningún interés en dirigir el partido. Con su donaire habitual alude a que la
única experiencia que había tenido como presidente ha sido la de los vecinos de
su escalera. “En vez de jugárselo a los chinos, los miembros de C’s deciden que
el presidente y el secretario general de la nueva formación serían elegidos por
orden alfabético. Es decir, Albert Rivera y Antonio Robles,
respectivamente. Cuatro años después de aquello, el
citado Boadella escribe en la web de Els Joglars: ‘Si Rivera en
vez de llamarse Albert se hubiera llamado Xavier, hoy no lo conocería nadie’”.
Así se da a conocer su
partido.
¿Llegó Rivera virgen al matrimonio político
con C’s? “No –contesta Ángel Sánchez–. Él se había empeñado en ocultarlo pero,
en noviembre de 2006, los periodistas Pilar Santos y Jesús González Albalat revelan en El Periódico de Catalunya que Rivera había estado
afiliado al PP, entre septiembre de 2002 y abril de 2006. Concretamente, como
joven de 23 años que era, ingresó en Nuevas Generaciones. El presidente de la
rama juvenil en aquel momento era Eduardo Bolaños, quien, tiempo después, recordaba el
día en que Rivera se alistó en el aznarismo: ‘Me pareció algo prepotente. Como si quisiera llegar a ministro un mes
después de haberse afiliado’. Algo debió de ver poco claro para
su promoción personal, porque Rivera sólo se volcó al principio y poco más.
Nunca fue a recoger el carnet y no pagó ninguna cuota porque, entre otras
cosas, los militantes de Nuevas Generaciones no pagan nada. No obstante, en las
elecciones generales de 2004, figuró como apoderado del PP. Él ha repetido una
y otra vez que, antes de C’s, no militó en ningún sitio más que en UGT. Eso sí,
admite que en distintos comicios ha llegado a votar por el PSC, por el PP e
incluso por CiU, porque, en este caso, conocía al candidato del pueblo donde
votó en unas municipales. A eso se le llama transversalidad”. Quienes, a raíz
del fracaso en las elecciones locales de 2007, pensaron que Rivera era
hombre muerto y que C’s cambiaría fácilmente de líder, no sabían con quiénes se
jugaban los cuartos. En el cartel de campaña de su partido aparece, por
primera vez, en España, la imagen de un político enteramente desnudo, gracias a
la cual consigue ser votado y ser diputado autonómico. De esta manea, quiso lucir
palmito y llamar la atención de determinada población femenina (y masculina).
Una de las grandes sandeces políticas de aquellos días salió de su
boca: “Queremos dejar a Cataluña en pelotas”. Y completó la frase
así: “Desde el punto de vista laico, de neutralidad; que los poderes
públicos no tengan trampa ni cartón; que quepan todos: los que son
nacionalistas, los que no lo son; los religiosos y los que no son
religiosos”. Y para disipar dudas imposibles de disipar en cuanto al
despelote, esto: “Me siento desnudo políticamente, sin ningún tipo de
máscaras. Es cómo vamos a ir al Parlament”. El colega Juan Tapia
asegura que aquella campaña la costeó Miguel Rodríguez, del grupo Festina,
un antiguo emigrante en tierras suizas y sindicalista de CCOO, que montó en
cólera cuando la izquierda catalana pactó con la ERC de Josep Lluís
Carod-Rovira.
Su partido obtuvo tres diputados, convirtiéndose en la sexta fuerza política de
Cataluña.
En
septiembre de 2007, Albert Rivera recibe en su domicilio particular amenazas de
muerte para que, en un plazo de dos meses, abandone “su política contra el
nacionalismo”. A las puertas de su domicilio hay un panel de una foto de Rivera
con una bala clavada en su frente y alrededor sangre cayendo de la herida.
Asimismo, junto al paquete, se encuentra una carta con amenazas de muerte. En
enero de 2008, Albert Rivera anuncia su candidatura en las elecciones primarias
de Ciudadano como cabeza de lista al Congreso de los Diputados en las
elecciones generales del 9 de marzo de 2008 por la circunscripción de
Barcelona, pero, no resulta elegido hasta las elecciones autonómicas de
Cataluña de 2010, en un proceso de elecciones primarias dentro del partido a la
presidencia de la Generalitat de Catalunya. Albert Rivera es uno de los
diputados contrarios a la prohibición de las
corridas de toros en Cataluña. Con motivo de este posicionamiento,
junto al diputado del PP, Rafael Luna,
y el torero Serafín Marín, Albert Rivera sale a hombros de la plaza de toros Monumental de Barcelona la
tarde del 26 de septiembre de 2010. “Albert Rivera, ‘Riverita de Barcelona’
–titula Lucas León Simon el pasado 7 de abril– es un torero catalán al mismo
tiempo ‘ciudadano’ y de ‘derechas’, que se inició como novillero en una tienda
de electrodomésticos de la Barceloneta y en la escuela ‘taurina’ del ESADE
(Opus). Dio sus primeros muletazos en la plaza preferida de la secta, la monumental
de La Caixa, en la que adquirió notoriedad de la mano de un ‘espada’, Arcadi,
actualmente en el ruedo del fascio militante. Debutó con picadores en la
corrida benéfica al Parlament de Catalunya de octubre de 2006, lidiando en los
carteles con un original traje de luces… sin luces… y sin nada. Algo que no
debió gustar a sus mentores taurinas de ‘la Obra’ que descubrieron que había
militado en las ‘juventudes’ de la escuela taurina de Don Manuel Fraga durante
tres años y que incluso había llegado a ser apoderado de algún festejo
electo-popular. A partir de ese momento ‘Riverita’, halagado en su toreo
nacionalista hispano y al desnudo, se convirtió en la ‘mosca cojenera’ del
catalanismo, abundando en los pases con la derecha, al gusto de los aficionados
de sombra, rojigualdas, con corbata y cuenta corriente, al estilo Freixenet y
Lara Bosch”.
Albert Rivera, en la Monumental,
de Barcelona.
“El 9 de marzo de 2008 –continúa
explicando Lucas León Simon–. a ‘Riverita’ le dieron los tres avisos en su
intento de triunfar en la lidia del toro ‘Parlamento Nacional’, saliendo
achuchado y sin acta, teniendo que coger el olivo de vuelta a La Barceloneta. En
la propaganda de su festejo autonómico de 2010 apareció vestido, pero con toda
su cuadrilla en el fondo difuso con el ‘traje de Adan’, torero primitivo de la
escuela bíblica. ‘Riverita’ además de lidiador es un apasionado aficionado de
la fiesta y fue uno de los ‘diestros’ contrarios a la prohibición
de las corridas de toros en Cataluña. Con motivo de este posicionamiento,
junto al diputado del PP, Rafael Luna, y el torero Serafín Marín, salió a
hombros de la plaza de toros Monumental de Barcelona la tarde del 26 de
septiembre de 2010. ‘No aspiro a ser un “torero’ (político) profesional, sino a
ser un profesional dedicado temporalmente al toreo (política)’. Esto dicen que
dijo ‘Riverita’ emulando a Rafael ‘El Gallo’, que está dispuesto a abaratar el
precio de las entradas de sol del ruedo pepero nacional, con un toreo de salón
que guste a los descontentos y que equivalga –con la mano derecha– al toreo
‘populista’ de Pablo Iglesias ‘El Coletas’, más del gusto de los aficionados
desahuciados y de la solanera. Mariano Rajoy, ‘El Calambres’, está temblando
porque los críticos taurinos que cobran el sobre mediático están creando
artificialmente un modelo de torero conservador enlatado, que puede
acabar con su escuela taurina, acomodada a los toros afeitados como
‘Financiación Ilícita’, ‘Donaciones’ y ‘Sobresueldos’. ‘Riverita’ está crecido
ya que comprueba como los toros ‘populares’ se caen continuamente y ya no
aguantan los tres puyazos reglamentarios y recientemente han puesto banderillas
de fuego a su espada andaluz, Juan Manuel Moreno, ‘El Bienpeinao’.
Albert Rivera se aprovecha de
todo, incluso del Naranjito.
Ángel Sánchez de la Fuente señala en “Albert Rivera,
ciudadano bajo sospecha” que circula en la red un escrito de Francisco Caja,
presidente de Convivencia Cívica Catalana, dirigido a Rivera,
en el que se le pide colaboración para “noquear” el
catalán y “devolverlo a las
masías”. Además de echarle en cara de que no busque
acuerdos con Alicia
Sánchez-Camacho, Caja le
augura que, llegado el momento político, entre todos retornarán el catalán “a la situación de 1978” . “¿Qué
ha hecho o qué hace Rivera para
librarse de semejantes amistades peligrosas?
La amarga paradoja que está viviendo Rivera al
recorre las Españas es que tanto los del PP como la UPyD de Rosa Díez lo consideran
catalán, líder de ‘Ciutatants’, según el pepero Carlos Floriano.
Algo así como si ser catalán fuese una especie de lepra contagiosa en plan
Molokai. Él, precisamente él, que predica que ‘en Cataluña, decir que eres
catalán y también español es tabú”. O esto
otro: ‘Para mí no es duro
ser español. En Cataluña es duro manifestarlo. Ser español es una evidencia’. Otrosí: ‘Yo soy español, no
tengo que reivindicarlo’. Más: ‘En TV-3 se debería hablar
castellano con normalidad’. En agosto de 2013, bastante antes de ser
el político más valorado en las encuestas, le confesó a la periodista Neus Tomàs:
‘Con
mi mujer y mi hija hablo en catalán’. Que se
enteren Floriano y
compañía, a los que Rivera suele
responder con una pregunta cuando resaltan el origen catalán de C’s: ‘¿Es que Cataluña no
es España?’ C’s
se ha corrido más hacia la derecha. Diríase que el proclamado centro izquierda
progresista del principio se ha difuminado un tanto. Actualmente, C’s ya
critica ‘la alta presión
fiscal’; ya coincide con el PP en no evitar el
cierre de escuelas públicas mientras se mantengan los conciertos educativos
(centros concertados); ya considera el matrimonio homosexual menos matrimonio ‘para no generar
tensiones innecesarias’; ya prevé que pueda haber algunas
limitaciones a la atención sanitaria de los inmigrantes sin papeles ‘por razones
económicas’; ya habla menos de la ley de plazos del
aborto y más sobre el aborto como una ‘constatación de un fracaso’; ya
no rechaza la prohibición del burka como antes, dado que el polémico tema resta
votos al fondo a la derecha… En lo
que Rivera no ha
cedido un ápice es en proclamarse prestigioso médico cirujano a juzgar por sus
palabras: ‘Estamos hartos de
diagnósticos. España está enferma y C’s tiene el mejor equipo para curarla’. Algo
así como si se tratase del catalán doctor Barraquer, solo
que, en el caso de Rivera, las cataratas son políticas. ‘Vamos a formar la
tercera vía en toda España’ es otra de sus sentencias, teniendo en
cuenta que la primera vía es PP-PSOE (a los que junta como Franco juntó al Requeté y a la Falange) y la segunda, Podemos. Pero ojo al
dato: ‘Podemos es
venganza’; Ciudadanos representa
justicia […] ‘Con el programa de
Podemos volveríamos a la peseta.’Si Pablo Iglesias,
es el de la Coleta, Rivera es el Naranjito, apodo difundido por Rafael Hernando, el Culebra””.
Tropiezos del C’s en Ciudad Real,
en la presentación del candidato a la alcaldía, Pedro Fernández.
Vozpópuli critica la campaña de
Ciudadanos, alterada por una serie de patinazos que hacen las delicias del PP. “Son
errores menores que, sumados, transmiten una imagen de improvisación. Rajoy
tachó de 'amateur' a este partido emergente que arrasa en las encuestas. Primero
fue lo de apartar de la política a quienes tienen más de cuarenta años. La
regeneración, dijo Rivera, sólo la pueden encarnar quienes han nacido en
democracia. A las pocas horas, rectificación en Antena 3. No quería
decir eso. Pero se le entendió todo. Un tic de 'efebocracia' mal
disimulado, le espetaron. El supuesto patinazo eclipsó por unas horas la campaña de
Ciudadanos, disparado en las encuestas y rival directo del PP en
los caladeros del voto más conservador. Rivera, se cargaba de un
plumazo la aportación a la causa de la regeneración de más de la mitad de su
directiva, incluidos sus eurodiputados, Nart y Girauta. Pero
evitaba, eso sí, que se siguiera indagando sobre la postura del partido ante el
difícil compromiso de la investidura andaluza, donde también el presidente del
Ciudadanos había dicho, en la mañana del lunes, una cosa y la contraria”. Del
acuerdo inminente se pasa, en apenas unas horas, al pacto
imposible. Otro asunto polémico es el de la habitabilidad de las
viviendas. Un titular de El Mundo habla
de un límite de dos personas por habitación. La propuesta del partido naranja
pretendía, naturalmente, perseguir y atajar la proliferación de los 'pisos
patera'. La redacción del texto, sin embargo, resulta tan deficiente que puede
entenderse como una medida contra las familias numerosas no acomodadas. En la
dirección del partido hay cierta contrariedad por el cúmulo de incidencias, que
emergen con gran repercusión mediática en plena campaña. En cambio, el Partido
Popular contempla estos
patinazos con hilaridad. Al menos, dicen, algún motivo de
satisfacción tenía que llegarnos desde Ciudadanos. Uno de los episodios más
chuscos y publicitado en las redes es la presentación del candidato a la alcaldía de Ciudad
Real, Pedro Fernández, quien, en su accidentada intervención,
no logra alinear ni un sólo párrafo sobre las propuestas de su programa. Las
alarmas se disparan en el equipo de Organización. Lo importante, comentan, es
que estos errores no afecten demasiado al perfil del partido, que recibe una
valoración superlativa en los estudios demoscópicos. Cierto grado de
ejemplaridad virginal, con todo, se está desvaneciendo, según las mencionadas
fuentes.
Carolina Punset, candidata de Ciudadanos por la Comunidad Valenciana.
El capítulo sobre la elaboración
de programas resulta también accidentado. Surgen errores y
disfunciones. Ciudadanos en Murcia, por ejemplo, es partidario del
trasvase del Ebro en tanto que los valencianos optan por potenciar el
ahorro del agua. Rivera, aquí, no tiene dudas sobre su apoyo al trasvase en
cuestión. Su respaldo a las fiestas de los toros también provoca
alguna polémica. Su candidata a la Comunidad Valenciana, Carolina Punset,
hija del popular divulgador televisivo, se pronuncia con firmeza en contra
de los festejos taurinos, en especial los bour al carrer, tan
populares en su región. ¿Toros, sí? ¿toros, no? Hay días en los que a
Ciudadanos les pilla el toro. No importa, Albert sabe hablar y
convencer a los incrédulos. Por algo, en noviembre-diciembre de 2011, forma
parte, junto a Mercedes Milá, del jurado de un concurso o
'talent show' de oratoria.
ElPlural.com recuerda que el
pasado está pasando factura a Albert Rivera, quien en 2009 concurrió a las
elecciones europeas en la plataforma Libertas, junto a ultraderechistas. “Militantes
de esta línea ideológica en España deben haber encontrado en Ciudadanos su
espacio dado el número de ellos en las listas de este partido a las elecciones
municipales y autonómicas del 24 de mayo. La polémica ha surgido ahora por el
destape del número 11 de la formación en Gijón, un falangista confeso,
admirador de Adolf Hitler. Pero no es el único”. El candidato de Ciudadanos en
Gijón, Agustín Pérez Loriente, deja claro, en efecto, en cuenta de Twitter, su
ideología con fotos en las que posa con veteranos que formaron parte de la
División Azul y con su adhesión a páginas dedicadas a José Antonio Primo de
Rivera, según adelanta el diario Las Provincias. De acuerdo con esta información, el número 11 de Ciudadanos en Gijón presume, en la red, de armas e
insignias de un piloto de la fuerza aérea del ejército de Hitler y de las de un
soldado falangista de la Guerra Civil o las de varios miembros de las
Juventudes Hitlerianas, las SA (los ‘camisas pardas’ de la Alemania nazi) o la
División Azul; también, de cruces de hierro y condecoraciones con esvásticas,
yugos y flechas, aleccionados con el falangismo y nazismo. “Agustín Pérez
Loriente –explica el periódico digital progresista– eligió hace año y medio una
imagen de Snoopy desfilando con camisa azul portando la bandera de la Falange
para felicitar la llegada de 2014, el 1 de enero. ‘Toda una vida con una jodida
idea –decía–. Qué le vamos hacer. Ya viejo, no voy a cambiar’. No es el primer
caso de ultraderechistas en Ciudadanos. En uno de los municipios más grandes de
la Comunidad de Madrid, Getafe, exmiembros de Falange y del partido
ultraderechista España 2000 controlaban la formación, al punto de que la
dirección nacional tuvo que intervenir, nombrando una gestora. En otro
municipio de esta comunidad, Valdemoro, ocurre algo similar con su número 10 al
Ayuntamiento, Jesús Francisco Paniagua, quien concurrió en anteriores
elecciones en varias candidaturas de Falange. En Murcia, el número 12 de la
candidatura de Ciudadanos, el abogado Manuel Chacón, encabezó, en 2007, la
lista de los falangistas a la Presidencia regional, según informes de
La Verdad. En esta misma comunidad, en el municipio de Totana, el número dos de Ciudadanos, Juan Carlos Carrillo,
ha levantado polémica en las redes sociales por sus comentarios en los que se
define abiertamente como falangista. En Twitter, muchos se hacen eco de todos
estos casos y algunos se preguntan por qué reconocidos ultraderechistas se
sienten cómodos en Ciudadanos”.
Albert Rivera, en las declaraciones a los medios, en su
visita a Cantabria.
El presidente de Ciudadanos,
Albert Rivera, aclaraba el pasado jueves que el pacto anticorrupción elaborado
por su partido incluye la convocatoria de primarias para elegir a los
candidatos, y que sería condición “sine qua non” para cualquier acuerdo
postelectoral. Albert Rivera aclaraba que esa reivindicación debería ser “de
país y no de un partido” porque cree que evitar la corrupción y que los
candidatos sean elegidos por primarias va a ser “un paso de gigante
para que la gente vuelva a confiar en la política”. El líder del C’s opina que quien se dedica a
hablar o a criticar a su partido “va a tener que cambiar su actitud” tras las
elecciones del 24 de mayo, porque estaba “convencido” que los ciudadanos van a
votar “un cambio sensato” en toda España Rivera paseó después por Santander, seguido de
cientos de personas, que le llamaron en numerosas ocasiones presidente y le
animaron a no apoyar a ningún otro partido y a ganar las elecciones. Rivera
señaló que quiere “jugar el partido” antes de hablar de posibles pactos tras
los comicios autonómicos y municipales. En el Partido Popular, las exigencias
de Rivera no sentaron nada bien y las calificaron de chantaje. “No es cuestión
de dar lecciones de democracia a un partido que lleva 20 años funcionando y
gestionando –advirtió Pablo Casado, portavoz de campaña del PP–, que no nos
vengan a dar lecciones quienes no han gestionado un euro en su vida”. Rafael
Hernando, portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, calificó
la propuesta como una “ocurrencia” y añadió que “ya está bien de dar
lecciones”. Según el diputado del PP, “los primeros que deben darse por
aludidos” son los candidatos de Ciudadanos, porque muchos de ellos “no han
pasado por ningún proceso de primarias”.
Antonio Casado, en el artículo
“Rivera y el cuento de la lechera”, publicado en El Confidencia, recuerda:
“Quiere sacar del mapa al PP. Lo ha denunciado la FAES de Aznar. No es tarea fácil acabar en tan poco
tiempo con una experimentada maquinaria de 700.000 afiliados, lo cual no
excluye una relevante presencia del nuevo partido en el arco parlamentario. Por
tanto, si fracasa en su empeño de sobrepasar al PP, que es lo más probable,
tendrá que compartir espacio en función de la aritmética electoral alumbrada en
las urnas. Sin embargo, ninguno de los dos pilotos, ni Mariano Rajoy ni Albert Rivera,
parecen dispuestos a modificar el ‘de colisión’, denunciado
por la derecha ilustrada. Es la lucha por el territorio. Un atavismo del reino
animal que cursa con su peor diagnóstico en el despiadado mundo de la
política. Tan despiadado como imprevisible, si se trata de elegir compañeros de
cama. En política se pasa con mucha facilidad del lanzamiento
de cuchillos a los ritos de apareamiento. Estamos ante una nueva escaramuza. La
desencadenó esta semana Rivera con su inesperada
preocupación personal por la democracia interna del PP. Mientras tanto, en el
PP, se esfuerzan no tanto por recuperar a los votantes ya
seducidos por Ciudadanos, sino para evitar que siga seduciendo a otros,
convencidos estos y aquéllos de que, al final, las dos fuerzas acabarán
pactando. Ya hubo un episodio previo en esta curiosa lucha por el territorio
entre el PP y Ciudadanos cuando, hace unos días, en Génova se dedicaron a
pintar de rojo su propia marca blanca... Eso quedó atrás. Ahora estamos ante
una nueva escaramuza. La desencadenó esta semana Albert Rivera con su inesperada preocupación personal por la
democracia interna del PP. Hasta el punto de advertirle que no cuente con
Ciudadanos para completar mayorías en comunidades autónomas donde vuelva a ser
primera fuerza, si antes no abraza el sistema de elecciones primarias en la
designación de candidatos. Una forma como otra cualquiera, si bien algo
retorcida y bastante impostada, de marcar distancias, incluso de confirmar ese ‘rumbo de
colisión’ teorizado por Javier
Zarzalejos. ¿Pero quién va a tomarse en serio la presunta desazón de Albert Rivera por las prácticas digitales
en el PP? Sospecho que eso le trae sin cuidado. Pero lo que le importa es
quitarse el sambenito de ‘marca blanca del PP’ antes de pasar a la fase del sorpasso y
apropiación del terreno conquistado. Todo lo cual no deja de ser el cuento de
la lechera, ¿qué? Pues que estamos ante un movimiento
táctico del líder de Ciudadanos. Su
advertencia es puramente instrumental. Ni le importa la democracia interna del
PP ni tiene la menor intención de
descartarse en eventuales pactos con
partidos de afinidad ideológica o programática, como el de Rajoy, sin dejar de
ofrecerse al PSOE, que sí practica el modelo de primarias. Vista a la derecha,
vista a la izquierda. Se trata de no perderse la fiesta en cualquiera de los
casos”.
Pep Santos, periodista y
comentarista político y doctor en Comunicación, escribe en El Periscopi una
carta abierta a Albert Rivera en la que dice: “Leía hace unos días (confieso
que con bastante estupor y más pasmo) unas declaraciones suyas afirmando que
‘el líder de Ciudadanos, ha desautorizado a los políticos que nacieron durante
la dictadura de poder protagonizar la regeneración democrática que la sociedad
demanda’. Un mensaje lanzado por Rivera muy cerca de la postura de su rival directo
para recoger el desencanto ciudadano, Podemos, que ha reclamado en más de una
ocasión romper con el Régimen del 78.’ .
Si hace eso se equivoca, Sr. Rivera. Le cuento… El año en el que usted nació, Sr. Rivera, yo corría
perseguido por los grises. Cursaba el segundo de los cursos de la licenciatura
de derecho en la Universidad Central de Barcelona. Era perseguido por la
policía de Martín Villa por pedir parte de los derechos que a usted, ahora, le
permiten decir las estupideces que dice. Un año antes, había participado en la
mayor manifestación que jamás se ha producido en Barcelona para una Diada.
Pedíamos algo tan elemental como ser libres, que amnistiaran a los presos
políticos del franquismo y un Estatuto de Autonomía para Catalunya. ¡Y lo
conseguimos, Sr. Rivera, lo conseguimos!
Mientras usted se ocupaba de los primeros cursos de su enseñanza primaria, yo
me ofrecía voluntario para cubrir como periodista la invasión soviética de
Afganistán. Pasé mucho miedo Albert, pero aprendí mucho. Vi mujeres violadas y
asesinadas y a niños morir, intentando robar para poder comer. Cuando usted era
campeón de Catalunya de natación, yo estaba preso en la isla de Cuba, por
defender la libertad de expresión, y acusado de contra-revolucionario por Fidel,
por dar de comer con mi sueldo (llegaba de España) a más de 40 personas. Aún
hoy tengo que volver con pasaporte diplomático si no quiero que me encierren. Cuando usted, Sr. Rivera, se
licenció en derecho por la Pompeu Fabra, yo me doctoré en comunicación por la
Complutense, y me dediqué unos años a dar clases a jóvenes como usted. Cuando
usted empezó a trabajar en La Caixa, yo estaba en Argentina, en Buenos Aíres,
dirigiendo una cadena de televisión. Cuando usted, Sr. Rivera, aprobó la
oposición interna para pertenecer al Cuerpo de Letrados de esa entidad
bancaria, yo estaba en Moscú masticando la libertad en la Plaza Roja con los
rusos, informando para varios medios de comunicación nacionales. Igual me leyó
Sr. Rivera. Mientras usted decía las absurdas palabras de este lunes, a mí me
daban de alta en la clínica Guttmann por ser tratado de un ictus que me dejó
postrado el pasado octubre… Yo
he olvidado ya cosas, Sr. Rivera, que usted ni siquiera ha aprendido y, vista
su actitud, no creo que consiga aprender. No me siento más viejo que un río,
Sr. Rivera. Tengo 55 años y el conocimiento enciclopédico y académico
suficiente como para despreciar a las personas que dicen cosas como las que
usted ha dicho el lunes. Ya soy Mos Maiorum,
y no me he dado cuenta hasta que un político advenedizo y en campaña
histriónica, e histriónico, ha considerado que mi generación ya no estaba
capacitada para liderar el cambio social. Lo haremos, como siempre, Sr. Rivera,
lo haremos, como lo hemos hecho siempre. A usted lo que le pasa es que tiene
acné juvenil. Se cura con una mascarilla de pepino”.
Juntos por una ilusión.
Otros fotomotajes: El cambio para que no cambie nada, Cuidado con lo que votas,
Cuidaíto conmigo, Aguirre también viaja en metro, pero solo en la campaña
electoral, Hartos de…Marhuenda y El mundo extraño en el que vivimos.
Los
humoristas de esta semana: Chicotriste, Artesanal, Forges, El Roto, Peridis, J.
R. Mora, M. Fontdevila y Dani Fove.
Pep Roig, desde Mallorca, rememora: Dos iguales para hoy, Por un puñado
de votos: (Promesas de una miseria mejor, Nueva versión de menos viajar y más leer la prensa, Caspa...ña
electora, PPdadanos)
¿Partido de Centro Izquierda?
Strambotic divulga en Público.es el himno nacional de Podemos, creado por Joe Crepúsculo, nombre artístico del músico barcelonés, Joel Iriarte. Son apenas cien segundos de música bailable electrónica, interrumpidos únicamente por cuatro “!Podemos!!, entonados por un coro femenino que crea dos bandos irreconciliables: los que sostienen que “España no se merece un himno así” y quieres amagan con desertar: “Os juro que os iba a votar”. La melodía ha sido compuesta a cuatro manos junto a Daniel Granados, de Tarántula. Pablo Iglesias reconoce, en El Mundo, que no le gusta el tema: “Dicen algunos compañeros que hay que escucharla 13 veces para que te empiece a enganchar y entonces es estupenda. A lo mejor, después de escucharla 13 veces, cambio de opinión”. La melodía electoral de Podemos sonará este domingo en el mitin de Manuela Carmena en el campo de la Cebada, en Madrid. Desde el partido insisten en que se trata de una composición más y no del himno oficial del partido.
Sintonía de campaña electoral autonómica 2015. Compuesta por Joe Crepúsculo. Producida por Daniel Granados.
Gabilondo alude a las polémicas palabras del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien afirmó que el cambio "pasa por la gente que haya nacido en democracia" .
Sintonía de campaña electoral autonómica 2015. Compuesta por Joe Crepúsculo. Producida por Daniel Granados.
Gabilondo alude a las polémicas palabras del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien afirmó que el cambio "pasa por la gente que haya nacido en democracia" .
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