Se abrió el telón de la campaña electoral.
Pegada de carteles en el inicio de la campaña electoral.
La
encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), conocida el jueves
pasado sobre las elecciones municipales y autonómicas del 24-M, anunciaba una
debacle del PP, partido que, hace cuatro años, ganaba por mayoría absoluta. Si
se confirman las expectativas, los populares dejarán de ser la primera fuerza
política en favor del PSOE en Extremadura y Castilla-La Mancha y perderán la
mayoría absoluta en feudos como la Alcaldía de Madrid o de Valencia. El mapa político
dibujado forzará sin duda la necesidad de formar pactos para gobernar en una
mayoría de gobiernos autónomos y formar mayorías estables. En muchos casos, el
PSOE sumará con Podemos o IU; pero en otros, al PP le bastaría el apoyo de
Ciudadanos. ¿Resistirán estas dos mastodónticas fuerzas políticas el
empuje de las formaciones emergentes? ¿Se producirá el “asalto a los cielos”
tantas veces anunciado? ¿Se pondrá fin, en suma, a un sistema político vigente
desde hace casi 40 años? Probablemente, PP y PSOE se pelearán por trasladar la
imagen de victoria de uno sobre el otro, mientras que Podemos y Ciudadanos
lucharán por aparecer como “primus inter pares”. Por su parte, IU buscará
aparecer como el referente de izquierdas de siempre. Un
dato significativo será si el PSOE se mantiene como primera fuerza de la
izquierda en doce de las trece autonomías donde habrá elecciones el 24-M. Según
la encuesta del CIA, sólo en Navarra, Podemos se convierte con mucha diferencia
en la primera fuerza de la izquierda, y muy cerca de ser el partido más votado
en la comunidad foral, incluso por encima de UPyD. Podemos es alcanzado o
superado en algunas comunidades por Ciudadanos, como es el caso de Castilla-La
Mancha; mientras que en muchas otras mantienen porcentajes de voto similar.
UPyD, partido que lidera Rosa Díez, no
obtendría representación en ningún parlamento autonómico. Izquierda Unida,
aunque a la baja, mantiene escaños en Madrid, Aragón, Navarra y Asturias. Y el
PP pierde la mayoría absoluta en casi todas las Alcaldías en las que la logró
en 2011 y necesitaría a Ciudadanos para seguir con el bastón de mando. Sin
embargo, en dos grandes ciudades el PSOE deja de ser la primera fuerza de la
izquierda. En Madrid y Zaragoza, las plataformas ciudadanas agrupadas en torno
a las ideas de Podemos aunque sin llevar su marca, superan en intención de voto
a los socialistas. La encuesta del CIS se realizó mediante 2.479 entrevistas
personales en el domicilio de los encuestados, antes del estallido del
escándalo sobre la presunta evasión de impuestos de Rodrigo Rato, exvicepresidente y
ministro de Economía con José María Aznar. Otra encuesta posterior,
probablemente, empeoraría los resultados del PP. Todo ello hace prever unas
elecciones del cambio de ciclo. Unas elecciones cuya campaña acaba de alzar el
telón, con miles de carteles, kilos de pegamento y toneladas de ilusión por unos días..
Según
la estimación de voto del barómetro correspondiente al mes de abril del CIS, el
Partido Popular ganaría las próximas elecciones con un 25,6% de los votos. El
PSOE quedaría a tan solo 1,3 puntos de los conservadores, con un 24,3%. Podemos
frenaría su ascenso y obtendría un 16,5% de los apoyos. Pero, el partido de
Iglesias es la segunda fuerza en intención directa de voto, con un 13,6%, por
detrás del PSOE, con un 15,4%, y por delante del PP, que cuenta con un 13,5%. Ciudadanos
se situaría como cuarta fuerza en el Congreso de los Diputados, con un 13,8%.
El partido de Rivera asciende 10,7 puntos respecto al anterior barómetro,
mientras que, en intención directa de voto, el catalán logra el 10% de apoyos.
Alberto Garzón, candidato de Izquierda Unida, rozaría el 5% (3,1% antes de la
cocina), mientras que UPyD se desplomaría y no llegaría al 2%. Solo un 0,8% de
los encuestados ha manifestado que tiene intención de votar al partido magenta.
El próximo gobierno tendría que recurrir a una compleja ingeniería de
pactos con diferentes partidos para lograr acceder al Ejecutivo. Solo uno entre
los dos grandes partidos –posibilidad descartada por César Luena, secretario de
Organización del PSOE– garantizaría una investidura. Cabe destacar que el
trabajo de campo del estudio del CIS, que realizó 2.479 entrevistas personales
en el domicilio de los encuestados, se produjo antes del estallido del
escándalo sobre la presunta evasión de impuestos del exvicepresidente y ministro de
Economía con José María Aznar, Rodrígo Rato.
Un 62,1% de los ciudadanos se mostró disconforme con el Gobierno del Partido
Popular. Un 30,1% opina que la gestión del PP ha sido “mala”, mientras que el
32% la califica de “muy mala”. Solo un 10% la califica de “buena”, mientras que
los que opinan que ha sido “muy buena” no llegan al 1%. A Rajoy, líder del
Ejecutivo, le va incluso peor que a su partido. Hasta un 85% manifiesta que el
presidente conservador le inspira poca o ninguna confianza. Y el líder de la
oposición y candidato del Partido Socialista, Pedro Sánchez, no logra
resultados mucho mejores que su principal rival para gobernar: solo un 14% de
los encuestados afirma que Sánchez le inspira “bastante confianza” (por un
11,6% de Rajoy). Respecto a cómo compararían la actualidad política con la del
año pasado, un 89,3% opina que es igual o peor. Un 22,1% confía en que será
mejor el año que viene, cuando se hayan celebrado las elecciones generales,
autonómicas y municipales, aunque la mayoría de los 2.479 encuestados no es tan
optimista, ya que el 44,1% afirma que será “igual” y un 14,7% que seguirá
empeorando.
Las candidatas de 'Ahora Madrid'
y 'Barcelona en Comú', Manuel Carmena y Ada Colau, reunieron el pasado jueves a seis partidos
para defender un cambio en la manera de hacer política. Ada Colau señaló que “no sabemos si conseguiremos hacer todo lo que
queremos en cuatro años pero, al menos, cambiaremos la manera de hacer
política”, resaltando que “nos une el compromiso, la indignación, la valentía,
la generosidad y el anhelo de cambio”. Carmena actuó
como anfitriona. Ambas estuvieron acompañadas de Xavi Matilla ('Terrasa
en Comú'), Xulio
Ferreiro ('Marea
Atlántica'), Isabel
Torralbo ('Málaga
Ahora') y Pedro
Santisteve ('Zaragoza en Común'). Colau aseguró que las iniciativas son
parecidas porque “no parten desde cero” sino que provienen del 15M, de los
movimientos sociales o de organizaciones como la Plataforma de Afectados por la
Hipoteca (PAH). Todos los representantes coincidieron
en definirse como “ciudadanos comunes”, sin muchos recursos, que hacen política
para devolver el protagonismo de la gente en las gestiones municipales. Además,
apostaron por “cambiar las reglas del juego”, para lo que destacaron la necesidad
de ganar y no ser fuerzas “testimoniales”.
Esperanza Aguirre y Manuela Carmena, dos ideologias contrapuestas y dos caracteres muy distintos.
La
candidata de 'Ahora Madrid' al Ayuntamiento reveló que había hablado con Esperanza
Aguirre por teléfono para pedirle una rectificación después de que Aguirre
dijera que no había sido jueza por oposiciones. “Aguirre me contestó que sí, que sabía que había metido
la pata y que es un error. Luego me ha leído más o menos el mail de
rectificación”. Cuestionada sobre los debates “cara a cara” propuestos por
Aguirre con todos los candidatos al Ayuntamiento de Madrid, Carmena aseguró que
también se trató este tema en la llamada. Según sus palabras, Aguirre le
recriminó que no quería debatir con ella y ella contestó que había sido “muy
torpe” que un director de un ente público de televisión le llamara para contarle
las condiciones impuestas por Aguirre. “Estoy
encantada de debatir”, aseguró Carmena, quien contó que hizo la
contra-propuesta de debatir entre todos los partidos pero “consensuando” los
datos. Es decir, que todos se pongan de acuerdo en las fuentes y estadísticas
que se pueden usar, para luego debatir de forma que sea “útil a los ciudadanos”.
Según ella, los debates deben evitar dar la opinión
del “y tú más o yo más”. El acto se desarrolló según el pensamiento del
escritor Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo
cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”. Y, aunque cada ciudad tiene sus
propios problemas y circunstancias, estas iniciativas pretenden ser la
expresión de una nueva forma de hacer política basada en la participación de la
ciudadanía, con unos principios basados en la honestidad de sus comportamientos
y en la garantía de de los derechos que han perdido las personas en los últimos
años.”Las campañas que se avecinan –afirmó Manuela Carmena– son de plástico y
cartón, como si fuera publicidad con la que tratar de vender un detergente o un
suavizante, y nosotros no queremos eso. En nuestra campaña, vamos a intentar
explicar los problemas de fondo que tienen las ciudades y las personas”. Ada
Colau señaló que “no sabemos si conseguiremos hacer todo lo que queremos en
cuatro años pero, al menos, cambiaremos la manera de hacer política”, resaltando
que “nos une el compromiso, la indignación, la valentía, la generosidad y el
anhelo de cambio”.
El presidente de Ciudadanos,
Albert Rivera.
Según la encuesta del CIS, tanto
Ciudadanos como Podemos/Ganemos lograrían representación holgada en los
territorios madrileño y valenciano. Sobre todo, en el ayuntamiento de la
capital, donde Ahora Madrid (13-14 escaños), con
Manuela Carmena, lograría superar al PSOE (12
escaños) de Antonio Miguel Carmona como
segunda fuerza. Carmona, además, obtendría un pésimo resultado al lograr
empeorar el ya malo de su antecesor en 2011, Jaime Lissavetzky (15
escaños). Sólo si Ciudadanos opta por no respaldar a Aguirre, una alianza entre Ahora Madrid y PSOE acabaría
con el histórico bastión conservador de la capital. Según dicha encuesta, el PP
se desploma tanto en los territorios madrileño (pierde 8-9 escaños en el
ayuntamiento y 23-24 en la comunidad) como valenciano (pierde 7 escaños en el
ayuntamiento y 20-22 en la comunidad), aunque logra ser la fuerza más votada en
los cuatro gobiernos clave, que es el
suelo que se había fijado Mariano Rajoy para hablar de victoria. Sin
embargo, el PSOE se desploma en los cuatro puntos decisivos de ambas
comunidades. En la Comunidad de Madrid, y a
pesar del abrupto cambio de candidatura de Tomás Gómez por Ángel Gabilondo,
los socialistas lograrían 27-28 escaños frente a los 36 de 2011. En el
ayuntamiento, Carmona sólo 12, frente a los 15 de Lissavetzky. En la Comunidad
Valenciana, Ximo Puig sólo 22-23 escaños, frente a los 33 de 2011, y en el
ayuntamiento, los socialistas obtendrían 6 frente a los 8 de las pasadas
municipales. Compromís obtendría en el Ayuntamiento un escaño más que en 2011
(4 frente a 3) y podría lograr hasta dos más en la Generalitat (7-8 frente a 6)
Como en Madrid, las coaliciones del PSOE
con las formaciones de izquierdas valenciana posibilitarían
gobiernos alternativos al PP si Ciudadanos decide no apoyar a éste. Ahora
Madrid es la única formación respaldada por Podemos que logra adelantar al PSOE
valenciano y madrileño, situando a Manuela Carmena como líder de la segunda
fuerza política en la capital frente al liderazgo incuestionable de Esperanza
Aguirre. Valencia en Comú lograría 5 escaños en
el consistorio valenciano, a sólo un escaño del PSOE, y Podemos 19 en la
Comunitat, a 3-4 de los socialistas. En la Comunidad de Madrid, Podemos lograría
24 diputados, 3-4 menos que el PSM. IU y
UPyD son,
sin duda, las más perjudicadas en las autonómicas y municipales de Madrid y
Valencia. Particularmente, la formación de Rosa Díez desaparecería de los
cuatro gobiernos, las dos comunidades y los dos ayuntamientos. Aunque Izquierda
Unida sólo lograría mantenerse en la Asamblea de Madrid liderada por el
escritor Luis García Montero con
7 escaños, según el CIS, la mitad de los que logró en 2011 (13)
Fernando
Jáuregui, en “Las falacias de eso que se llama ‘campaña electoral’, nos recuerda: “Las innovaciones que se introducen en la
vetusta legislación electoral española son tan escasas, la imaginación de los
organizadores de estos 'rallies' es tan alicorta, que las campañas siguen
siendo más o menos lo que eran: un maratón del candidato por pueblos, comarcas,
bares, mercados y, si les dejan, hospitales y escuelas, besando a niños,
saludando a tenderos, estrechando manos de viandantes y desoyendo cualquier voz
de protesta que pueda alzarse en la concurrencia que pasa y que es sofocada por
los servicios de orden, por así llamarlos. En general, el candidato es un señor que
gusta de reunirse con sus militantes –porque el candidato ama, como usted y
como yo, los aplausos– en almuerzos masivos que no mueven un solo voto, que
trata de salir favorecido en las teles, incluso cuando se trata de participar
en un debate con reglas más o menos acordadas, que dice desconfiar de las
encuestas –sobre todo, cuando son malas– y que acaba la campaña llegando a la
malhadada 'jornada de reflexión' afónico de tanto repetir el mismo
discurso. Un discurso que, claro está, ya tiene hartos a los periodistas
que, a trancas y barrancas, han seguido su campaña. Nada nuevo, por tanto, en
la iconografía de los mítines, ni en los mensajes televisados, ni en la estructura
de los debates –curioso: el líder de Podemos se ha negado, hasta el momento, a
sentarse frente a frente con el máximo dirigente de Ciudadanos: hubiese sido al
menos una novedad interesante, quizá hasta importante–, ni en la reglamentación
que prohíbe difundir encuestas a partir de un determinado momento... Así, a
nadie le puede extrañar que las campañas electorales tengan mala prensa, porque
es poco lo que aportan al acervo político nacional, más allá de algunas
'ocurrencias' que el electorado sabe que se aventan para salir del paso y
provocar titulares, pero sin mayor trascendencia. Y no. Me parece que los ciudadanos están pidiendo
otras formas, otros modos, que caminen más lejos que los eslóganes
publicitarios repetidos en las redes sociales y en los medios tradicionales,
que sean mucho más ambiciosos que los debates televisados en los que la gente
corriente y moliente nunca pregunta, y cuando pregunta es sometida al corsé de
lo políticamente correcto. En suma: me parece que nos está faltando a todos, candidatos,
'aparatos' de los partidos, medios y sociedad civil en general, imaginación
para romper con lo usado, con lo establecido desde hace tanto, tanto, tiempo
que ya es por completo ineficaz. Necesito que alguien, desde el atril, me diga
en qué van a cambiar mi vida estas elecciones si las ganan unos, otros o los de
más allá. Vana esperanza”.
“España ya está en campaña electoral –escribe
Xavier Caño Tamayo en LQSomos–. El 24 de
mayo serán elegidos nuevos Ayuntamientos y casi todos los gobiernos
autonómicos. Desde las elecciones al Parlamento Europeo, Partido Popular y
PSOE, ejes del bipartidismo monárquico, han perdido intención de voto a ojos
vista, pero entre la ciudadanía y la clase trabajadora resistentes ya no parece
tan seguro que el bipartidismo monárquico neoliberal y autoritario sufra un
descalabro electoral. Y cunde cierta desesperanza porque ya no se ve tan
cercano el cambio soñado. Porque se ignora una certeza que oí formular con
lucidez al nonagenario comunista y poeta Fernando Macarro, más conocido como
Marcos Ana. El hombre que pasó más tiempo en cárceles franquistas (23 años)
aseguraba a un reducido e impaciente público joven que los cambios son
necesariamente lentos pues, de no ser así, no son tales… solo espectáculo.
Es verdad que las consecuencias nefastas de los
recortes sociales y las implacables políticas neoliberales han despertado
muchas conciencias. Pero en los noventa y primeros años del siglo, antes de la
crisis, mucha gente trabajadora incluso creía vivir en el mejor de los mundos.
Aunque un desempleo considerable haya sido constante en décadas en España, la
burbuja inmobiliaria no había estallado y el crédito al consumo se ofrecía a
tipos de interés asumibles. No aumentaban los salarios, pero un trabajador
podía hacer un montón de horas extraordinarias y entramparse para pagar a
plazos la vivienda, la segunda residencia incluso, electrodomésticos y
automóviles en asequibles cuotas mensuales (…) Y hoy, a pesar de haber más
oposición, más resistencia y más movilizaciones populares, resta aún una parte
considerable de creencia colectiva en mitos y fábulas neoliberales que
desmovilizan. Como que el crecimiento económico exponencial es imprescindible.
Que la competitividad es la esencia de la economía. Que la libre circulación de
capitales es buena. Que lo público es caro y malo y lo privado eficaz,
razonable y bueno. Que la protección social crea vagos. Que el capital ha de
obtener buenos beneficios porque arriesga y crea riqueza. Que los medios
informativos de los países desarrollados son la mejor muestra de la libertad de
expresión… En tal escenario ganar elecciones es importante, aunque difícil,
pero insuficiente. Porque las cosas cambian cuando la gente común se organiza y
se moviliza, cuando la clase trabajadora se organiza y lucha. ¿La lucha de
cases es una antigualla? Pues no, cuando uno de los más destacados miembros de
la clase dominante, el estadounidense Warren Buffet, uno de los cuatro o cinco
hombres más ricos del mundo, asegura desde hace años “que por supuesto hay
lucha de clases, pero es mi clase, la clase rica, la que va ganando”. Y se
trata de que pierdan. Considerable tarea, por cierto. Por eso no cabe
desesperar si los resultados electorales próximos no son los soñados. ¿O acaso
alguien cree que el Ibex 35 va a permanecer impertérrito ante un avance
electoral popular? Tienen dinero y poder para comprar todo lo comprable. Por
eso, el cambio profundo, político, social y económico no es una carrera de
velocidad ni cuestión de unas elecciones, sino una maratón en la que hay que
medir fuerzas y administrar energías. Además de organizarse y aumentar la
conciencia colectiva crítica y transformadora”.
“Un barómetro –escribe Antonio
Tarabini, sociólogo mallorquín y presidente de la Fundador Gadeso– es un instrumento
que mide la presión atmosférica. Un barómetro electoral es un instrumento que
mide la presión (alta, media o baja) de cada partido en referencia a sus
próximos retos electorales. Y el barómetro del CIS, santa santorum de todos los
barómetros, coincidió ayer con la inauguración oficial de la campaña electoral
oficial (la campaña real hace ya largas semanas que la sufrimos) con el rito de
la tradicional pegada de carteles. Y hubo comentarios para todos los gustos
como suele ser corriente cuando se hace público una encuesta electoral. Los
virtuales vencedores creen a pies juntillas los resultados. Los hipotéticos
perdedores nos recuerdan que la única encuesta válida y cierta es el resultado
final de las urnas. Pero lo cierto es que el PP se pega un gran batacazo, al
asignarle un total de 19-20 escaños perdiendo 16 diputados en el Parlament,
situándolo a años luz de revalidar su mayoría absoluta. Evidentemente tales
resultados no son definitivos, queda por delante los quince días de campaña
electoral. Y su líder, J. R Bauzá, ‘confía’ en el voto oculto y en recuperar
parte de sus exvotantes anclados en el voto Indeciso. Sin duda todo es posible,
pero los milagros son excepción. En caso de no alcanzar los 26 escaños, el
comentario corresponde a próceres del PP, resultará casi imposible gobernar ni
tan siquiera en minoría. Está en juego la cabeza de Bauzá. Su socio ‘natural’,
Ciudadanos, según el CIS, obtendría 9 escaños. A pesar de que esta nueva
formación tiene un voto emergente significativo, queda por constatar su
consolidación dado el carácter volátil del voto. Por otra parte, queda por ver
cual sería la actitud de Ciudadanos. Es posible que su líder en Balears,
Pericay, conocidos sus planteamientos pudiera optar por un gobierno de
coalición con los populares, si éstos obtuvieran unos resultados que lo
hicieran posible y/convenientes. Pero su líder nacional, Albert Riera, ha
dejado muy claro que las posibles coaliciones se deciden desde la dirección
nacional. Y no olvidemos que, especialmente para los partidos emergentes
(Podemos y Ciudadanos) estas elecciones autonómicas y locales son unas
primarias de la gran batalla de las elecciones generales. La consecuencia es la
ambigüedad. Véase Andalucía. Cabría la posibilidad de que se abstuviera y
posibilitar un gobierno del PP en minoría. Pero incluso tal ‘solución’ sería
políticamente inaceptable si los populares no obtuvieran 26/27 escaños”.
Juan Tortosa se dirige a los
ancianos enfermos que no pueden pagar las medicinas, a los dependientes que no
tienen a nadie que les ayuden, a los ahorradores estafados, estudiantes
puteados, a los desahuciados humillados, a los jóvenes expulsados del país, a
los trabajadores explotados, a los parados chuleados, a los engañados y timados
de toda clase y condición, para advertirles que éste es su momento. Parados chuleados. “Ahora lo tenéis en
vuestras manos. Demostrad el día 24 que las encuestas están equivocadas. Que el
partido más mentiroso, corrupto y desvergonzado de la historia de España no va
a tener la cancha que le predicen las encuestas. Que Gürtel, sobresueldos,
Bankia, mordidas, áticos, Púnica, tarjetas black, presidentes de Diputación
contando billetes… no pueden quedarse sin castigo. Casos como el de Rato,
Urdangarín, Matas, Fabra, Bárcenas… todo esto tiene que recibir su merecido en
las urnas. (…) Si dejamos pasar esta oportunidad, dotaremos de autoridad moral
para ningunearnos y reírse durante años en nuestra propia cara a aquellos que
nos vienen chuleando desde hace tanto tiempo.El bipartidismo y la corrupción
tienen que pasar a la historia. Es el momento de echarlos y no se puede templar
ni una puñetera gaita más. Jubilados, estudiantes, dependientes, dependientes,
desahuciados, parados, enfermos desatendidos, familias desesperadas: es vuestra
hora. Es la hora de mandarles un mensaje contundente. Un mensaje claro para el
que basta una papeleta (o dos, en las trece autonomías donde hay elecciones a
la presidencia de la Comunidad): No os queremos, corruptos. No os queremos,
mentirosos. No os queremos, soberbios, autosuficientes, groseros, perdonavidas…
Nos habéis robado hasta la capacidad de asombro. Se lo tenemos que decir así.
Con el voto. Y solo así, conseguiremos convertir el domingo 24 de mayo en el
día histórico con el que todos soñamos”.
Astracanada. Un chimpancé huyó el pasado lunes de un zoo mallorquín. El presidente autónomo, José Ramón Bauzá, pidió la presencia de Esperanza Aguirre. Y allá fue la ex presidenta con su sofá a cuestas en donde dicen que se sentó el chimpancé perdido.
En los siguientes fotomontajes,
El Ventano muestra la renovación de los partidos
que se presentan con nuevas formas de llevar a cabo la campaña electoral a
partir del pasado viernes. Qaesar nos recuerda alguno de los métodos de las
distintas formaciones, como la renovación del PP, que consiste en cambiar los
sobres por carretillas para sus mordidas.
El
PSOE se emplea a fondo buscando por todos los rincones los votos que está
perdiendo.
Podemos, con el 'despertador de
conciencias' para recuperar a ese electorado que se le escapa.
Ciudadanos ensayará todos los
disfraces posibles para evitar que el personal conozca cómo son en realidad.
Los 'Ganemos', como Zaragoza en
Común, se han hecho con las herramientas que más van a tener que emplear. Otros
fotomontajes de Hartos.org
Los humoristas de la
semana: El Roto, Forges, Peridis, Guillermo, E-Faro, J. R. Mora, Pat,
Indígoras, Montecruz, Atxe …
Pep Roig, desde Mallorca: A la caza de pardillos, Una
de risa de miedo, El que siembra vientos, Realidad virtual y Ande yo caliente.
Entre los vídeos de la semana, esa rumba, en la que Ada Colau inicia el nuevo rumbo de la campana con el Run Run. En ella, se atreve a cantar a la gente común, sencilla y honrada, en coherencia con el mensaje de “Barcelona en Comú”.
Albert Rivera acusado a Podemos de estar detrás en el que se pone al descubierto su naturaleza conservadora y derechista. En un tuit, el líder de Ciudadanos dice que el partido de Pablo Iglesias “organiza su campaña en redes contra Ciudadanos desde… Venezuela”. Rivera agrega a su tuit un listado de los ID de los usuarios que, según explica, Ciudadanos ha analizado.
Un concejal de la localidad texana de Georgetown, en plena reunión del consejo municipal, acuciado por la necesidad de ir al baño, abandonó la sal, tras excusarse ante los asistentes. Pero se le olvidó apagar el micro que llevaba en la solapa. Instantes después, los altavoces de la sala del consejo empezaron a emitir, junto a la intervención de la alcaldesa interina, Rachael Jonrowe, los ruidos generados por el concejal mientras orinaba, lo que provocó el cachondeo de los presentes, especialmente de la susodicha alcaldesa, que no pudo reprimir las carcajadas.
Terminamos hoy con esta interpretación, fresca y espontánea en su conjunto, en la que destacan el “Gallo”, músico callejero con sombrero, el sublime sonido de trompeta, la maravillosa voz de negra y ese genial acompañamiento. Todo ello puede uno encontrar en una calle cualquiera de la Habana.
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