Políticos y campaña electoral (VI) Cifuentes ahora quiere ser presidenta de la CM.
La exdelegada de Madrid, Cristina Cifuentes, está dispuesta a dar un nuevo paso si todos la apoyan en estas elecciones, llegando de la presidencia de la Comunidad de Madrid. Para ello ha contratado los servicios de la empresa de Risto Mejide, Afershare. TV, que elaboró un video de campaña electoral para los comicios del próximo 24. De esta forma, Cifuentes deja, en manos del popular presentador y publicista, parte de su futuro político. Y responde a “todas las preguntas que necesitan una respuesta”, formuladas por actores que interpretan el papel de ciudadanos de a pie. En el vídeo, Cifuentes desvela que bajará los impuestos en los dos primeros años, que siente vergüenza de los casos de corrupción que ha habido en su partido, que no privatizará ningún hospital y que apoyará con medidas fiscales y administrativas “a los que estáis creando trabajo”.
Se trata de la misma persona que ordenaba a los antidisturbios que reventasen todas las manifestaciones que no fuesen organizadas por el PP. Por lo visto no sólo quiere ser la responsable de la leña y de los palos repartidos en la capital de España. El principal motivo económico de su interés por la presidencia es privatizar lo poco que queda, para repartir los fondos públicos de los impuestos y multas, entre los suyos, al igual que su antecesora, Esperanza Aguirre, estuvo haciendo durante los últimos 20 años. Cifuentes, quien siempre se ha escusado en el cumplimiento de la ley para ejercer la violencia policial y el terror contra los ciudadanos, pretende mingunear aún más a los ciudadanos madrileños. Recordemos que, cuando Coca-cola desmanteló la factoría de Fuenlabrada, riéndose de la sentencia judicial que la obligaba a readmitir a todos los trabajadores, la ex delegada ordenó cargar contra los mismos trabajadores a los que la justicia había dado la razón”.
La candidata popular defiende el modelo educativo del PP en Madrid, en el que se ha dado mayor presencia a los colegios concertados frente a los públicos. Y ha llegado a decir: “La calidad de la educación en la Comunidad de Madrid es muy buena, muy por encima del resto de España y de la Unión Europea, según el último informe PISA. Se ha hecho un esfuerzo importantísimo”. Cifuentes ha prometido bajar todos los impuestos, el IRPF, el impuesto de trasmisiones patrimoniales, el de actos jurídicos documentados, y el mantenimiento de la exención del 99% en el impuesto de sucesiones y donaciones, mientras sube las matrículas universitarias, impone el copago sanitario o no sube a los pensionistas, siempre a rajatabla.
Frente a cualquier práctica corrupta, Cifuentes aparenta mostrarse tajante y la rechaza. Dice haber constatado casos de corrupción evidentes dentro de su partido, que están siendo investigados por la justicia y que, en su momento, no fueron capaces de ser detectar ni controlar. Pero considera que estos hechos son aislados. “A cualquiera le puede ocurrir que alguno de sus colaboradores le traicione”, se justifica. Asegura con una sonrisa que “tratará de ser cuidadosa con la elección de la gente que le rodee”. Confiesa que, cuando ocurrió lo de Púnica, fue una sorpresa dolorosa para todos y que este tipo de cosas no sólo afecta a la persona que va en cabeza de una lista. Cifuentes defiende que “uno no puede ser responsable de los comportamientos de sus 400 colaboradores”. Reafirma que la responsabilidad política depende de la circunstancia y la situación, pero añade que “es imposible que una persona sepa todo lo que hacen sus colaboradores a sus espaldas”. Exculpa a Esperanza Aguirre de los casos de corrupción que se produjeron durante su mandato y advierte que ésta ya pidió disculpas. Y después de todo este programa, Risto Mejide sonríe, satisfecha, convencido de que el espectador tragará y le votará.
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