El barco de la República zarpa desde Barcelona con tripulación, pero sin capitán… Y el terrorismo se ceba en París.
El Parlament de
Cataluña aprobaba el pasado lunes la propuesta pactada por los grupos
secesionistas, “Junts Pel Sí” y la CUP, que promovía el inicio del proceso
hacia la independencia de esa región de España. Por 72 votos a favor (62 de
“JxSí” y los 10 de la CUP), 63 en contra y cero abstenciones, la cámara
catalana daba luz verde al proceso por el que pretende constituir un Estado
catalán independiente con forma de república. La votación de esa propuesta,
cuyos artífices contaban con mayoría absoluta en la Cámara, se producía al
cumplirse un año de la consulta alternativa sobre la independencia catalana
convocada por el Ejecutivo regional que presidía Artur Mas. El pleno para votar
la resolución se celebraba horas antes del inicio del debate para elegir al
nuevo presidente de la Comunidad Autónoma, cargo al que aspiraba el propio Mas,
que figuraba en la lista de JxS, la coalición que ganó los comicios regionales
del pasado 27 de septiembre. En caso de perder la primera votación, puesto que no
contaba con el apoyo de la CUP, Mas dispondría de una segunda oportunidad al
cabo de dos días, con una segunda convocatoria en la que le bastaba la mayoría
simple. Si a la segunda tampoco lo conseguía, se abriría un plazo de dos meses.
El presidente de la Generalitat en funciones,
Artur Mas, y el resto de los diputados de “JxSí” aplauden la aprobación de la
moción mientras los diputados del PPC exhiben banderas españolas y catalanas.
Por 72 votos a favor por parte de “Junts pel Sí” y
la CUP, y 63 en contra, El Parlament aprobó la “declaración solemne del inicio del proceso de
creación del Estado catalán independiente en forma de república”, un “proceso
de desconexión” que, según constaba en la moción, “no se supeditará” al
Tribunal Constitucional. Uno de los puntos de la resolución que
más polvareda había levantado era el que establece que “el Parlament y el proceso
de desconexión democrática no se supeditarán a las decisiones de las
instituciones del Estado español, en particular del Tribunal Constitucional”,
un órgano ya “deslegitimado y sin competencia”. La resolución instaba explícitamente
al nuevo Govern a “cumplir exclusivamente aquellas normas o mandatos emanados”
del Parlament, para “blindar los derechos fundamentales que puedan estar
afectados por decisiones de las instituciones del Estado español”. “JxSí” y la “CUP”
no permitieron que la votación fuera nominal, como lo había pedido Ciutadans,
PSC y Partido Popular para saber exactamente el posicionamiento de cada
diputado. La votación acabó con una ovación y con los diputados del PP
exhibiendo banderas de Cataluña y de España mientras los diputados de “JxSí” y
la “CUP” aplaudían lo aprobado. El líder del PPC en el Parlament, Xavier García
Albiol, avisó al presidente en funciones, Artur Mas, de que su formación
garantizaría que “ni Mas, ni nadie expulse de España” a los catalanes que se
sienten también españoles con una declaración independentista que tildó de
“subversiva” y “suicidio”. De inmediato, el presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy, anunció que reuniría al Consejo de Ministros para aprobar un recurso de
inconstitucionalidad contra la citada iniciativa. La agencia de calificación
crediticia Fitch Ratings rebajaba en dos escalones el rating de Cataluña, desde
'BBB-' a 'BB' con perspectiva 'negativa', lo que lo colocaba en la categoría de
'bono basura' debido a la resolución independentista aprobada. El pasado
jueves, el prestigioso diario británico 'Financial Times' publicaba un duro
editorial sobre el proceso soberanista catalán en el que tachaba de “estupidez” la “carrera hacia la independencia” y avisaba
de que, aunque Madrid “no debe reaccionar exageradamente”, es principalmente
Cataluña quien debe dar primero “un paso atrás” para no “desencadenar una
profunda crisis”. El diario sostenía que Mariano Rajoy había contribuido a
convertir el “reto político” catalán en un “impasse constitucional” pero añadía
que el presidente catalán, Artur Mas, ha “actuado chapuceramente” una y otra
vez. Y Miguel Ángel Rodríguez, ex secretario de Estado de Comunicación con Aznar,
pedía, en su cuenta de Twitter, un “fusilamiento” para Artur Mas.
En
su discurso de investidura, Mas hizo un llamamiento a la CUP para que le
prestase su apoyo.
Sacrificando la
ideología de su propia formación, Mas intentó atraer a los diputados de la
formación que preside Antonio Baños. El presidente de la Generalitat en
funciones, y el resto de los diputados de “JxSí” aplaudieron la aprobación de
la moción mientras los diputados del PPC exhibían banderas españolas y catalana.
En una tensa conversación entre líderes de “JxSí” y las CUP, se dijeron
palabras cargadas de amenazas. Se escucharon términos como “Si no nos votáis,
iremos a muerte y emplearemos la máxima dureza contra vosotros”, “¿Pero,
quienes os habéis creído que sois?”, “Recordad quienes fueron los que os
financiaron al principio”, “No solo el Estado sabe sacar trapos sucios” o
“Diremos que las nuevas elecciones y el estancamiento del proceso son culpa
vuestra y os presentaremos como traidores ante los catalanes”. Fueron algunas
de las frases que se oyeron. Sus argumentos contenían numerosos elementos, pero
carecían del menor interés por la situación social que vive Cataluña. “Quienes
apoyaban a Mas, no las tenían todas consigo –escribe Miguel Giménez, en
Plural.com–. Nada permitía auspiciar un aumento de votos para “JxSí”” que, en
este caso, posiblemente ya no contaría con la muleta de Esquerra. El partido de
Oriol Junqueras declinó ir del brazo de Mas en las próximas generales, marcando
distancias con quien los republicanos consideran ya un cadáver político. Al no
ser Mas president, aun manteniendo su condición de aforado en tanto que
parlamentario, podría ser procesado por diversos delitos, amén del de sedición.
Y podría ser procesado por corrupción. Según los mismos asesores del president
en funciones, no tenía el mismo impacto público ser procesado por ‘defender las
libertades catalanas’ que por haber metido la mano, y tampoco era lo mismo
procesar a un president de la Generalitat que a un diputado de a pie, por muy
importante que fuera. En ese caso, Mas también debería dimitir. En el supuesto
de que Rajoy suspenda la autonomía, Mas podría presentarse como un mártir émulo
de Companys. Convergencia habría sellado, un pacto fáustico con el diablo. O
Mas, o nada. Sin Mas, lo perderán todo, y lo saben. No en vano, un viejo
dirigente nacionalista, contrario a la locura a la que Mas había llevado a su
partido y a Cataluña, decía ayer que si Pujol había sido el César catalán, Mas
era el Nerón. Tocando la lira mientras Roma ardía por los cuatro costados”.
Artur Mas, durante el pleno
secesionista, junto a la presidenta del Parlament, Carmen Forcade.
La propuesta aprobada
por la Cámara autonómica con el voto de los 72 diputados del Parlamento catalán
carecía de carácter jurídico y era un
compromiso político que arrancaba por la tarde con el discurso de Artur Mas,
candidato a “president”. El texto aprobado abogaba por “iniciar la creación del
Estado catalán independiente en forma de república” y contaba con un anexo en el
que se detallaban las primeras “medidas a tomar” en cuestiones sociales. Esas
actuaciones se saltaban suspensiones estatales para “blindar derechos
fundamentales” y subrayaban, por ejemplo, la necesidad de aplicar el decreto
contra la pobreza energética, la de desoír la “ley Wert”, manteniendo el modelo
de inmersión lingüística y la de hacer caso omiso de la “ley Mordaza” y la “ley
de Administraciones locales”. En cambio, el rechazo de la oposición era sido
rotundo. El Parlament, además, rechazaba la propuesta de resolución presentada
por la izquierda “Catalunya Sí que es Pot”, donde se integraba “Podemos”, que
pedía la aprobación de un referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña,
acordado con el Gobierno central, a celebrarse el año que viene, una vez
constituidas las Cortes españolas tras las elecciones generales del próximo 20
de diciembre. El Pleno del Tribunal Constitucional (TC), reunido de urgencia, admitía
a trámite por unanimidad el recurso presentado el miércoles por la Abogacía del
Estado contra la resolución del Parlamento de Cataluña que anunciaba el
comienzo del procedimiento independentista. La admisión conllevaba la
suspensión cautelar de la vigencia de la declaración durante al menos cinco
meses. En
su recurso, el Gobierno amenazaba con suspender de sus cargos tanto al
presidente en funciones del ejecutivo catalán, Artur Mas, como a sus consejeros
y también a la presidenta y a los miembros de la Mesa del Parlament.
Oriol Junqueras, Artur Mas y Raul Romeva, durante una pausa del debate de
la segunda votación de investidura.
Mas pidió una oportunidad
de diez meses de duración con el argumento de que “si no se supera,
automáticamente, se debe investir otro presidente, algo profundamente
democrático”. Confirmó que estaría dispuesto a delegar funciones en Raul
Romeva, Neus Munté y Oriol Junqueras, que serían sus tres vicepresidentes. Se
trataría, dijo, de una “presidencia con todas sus funciones, pero compartidas”.
E invitó a la CUP a demostrar su voluntad de acuerdo “no sólo con discursos
sino por la vía de los hechos”. Para alcanzar un pacto, insistió, “las posiciones se tienen que mover.
Nos encontramos en un momento de transición de la autonomía a la constitución
de un Estado. Ese es el sentido –recodó– de la legislatura”, ignorando la
decisión del Tribunal Constitucional de admitir el recurso del Gobierno a la
resolución independentista, decisión que dejaba automáticamente sin efecto esa
moción. Las presiones sobre la CUP para que diera su brazo a torcer no cesaban.
El coordinador general de CDC, Josep Rull, insistió en RNE en que la presidencia de Mas era una
“línea roja. A partir de aquí, si no hay acuerdo, los ciudadanos tendrán que
hacer de árbitro en unas nuevas elecciones”. El presidente de la Asamblea Nacional
Catalana, Jordi Sànchez, exigió a “JxSí” y a la CUP un “acto de generosidad”
para poder investir al presidente de la Generalitat antes de las elecciones del
20-D, y admitió que la manifestación que la ANC había convocado para el próximo
domingo tenía como objetivo “presionar”. El tiempo acababa el jueves. A Mas le
bastaba con la mayoría simple de la cámara catalana, esto es, los votos de “JxS”,
más alguno de la CUP y la abstención, como mínimo, de dos diputados de la
formación radical.
Mas imploró que la CUP le dejase ser
presidente, al menos, 10 meses más.
La resolución
independentista abría, según la hoja de ruta independentista fuera de la
legalidad, un período de 30 días para que el próximo gobierno catalán impulsase
tres leyes principales. Estas nuevas normas pretendían “desconectar” las leyes
catalanas –que emanan del Estatut y de la Constitución de 1978– de “las leyes
españolas” y convertirse en la primera piedra “de la República catalana”, según
argumentaban los separatistas. Las tres nuevas leyes que impulsaba la
resolución fijaban las bases de la “transitoriedad” de Cataluña para negociar,
con “el Reino de España y la Comisión Europea, las condiciones de la
independencia”, una hacienda catalana propia y un sistema de Seguridad Social “para
pagar las pensiones a los catalanes”, pese a que la Generalitat acumula una
deuda que supera los 65.000 millones de euros. El texto también instaba a
desobedecer al Constitucional. Los dos grupos separatistas se consideraban
“legitimados” para dar ese paso, tras obtener la mayoría en escaños, aunque no
en votos, en las pasadas elecciones autonómicas catalanas del 27 de septiembre.
La resolución preveía iniciar “la tramitación de las leyes del proceso
constituyente, de seguridad social y de hacienda pública”. La intención de los
grupos de “JxSí” y de la CUP era dar comienzo al “proceso de desconexión
democrática” de Cataluña con “el Reino de España”. La resolución, además, instaba
al futuro gobierno catalán a ignorar las decisiones que adopten “las
instituciones del Estado español, en particular del Tribunal Constitucional”,
del que se decía que estaba “deslegitimado” desde que había dictado la
sentencia del Estatut, en 2010. La aprobación del texto suponía que las
instituciones catalanas –Gobierno catalán y Parlament– desobedecerían las
normas nacionales bajo el argumento de que “se quiere blindar derechos
fundamentales de los catalanes”. El texto subrayaba la necesidad de aplicar
“únicamente en Cataluña” el decreto contra la pobreza energética, desoír la Ley
Wert, manteniendo el modelo de inmersión lingüística, priorizar al catalán en
la escuela pública y hacer caso omiso de la llamada Ley Mordaza y la Ley de Administraciones
locales. El texto del anexo se refería, asimismo, a cuestiones como garantizar
los derechos a las personas refugiadas políticas procedentes de otros países, y
al aborto. El punto octavo de la declaración era uno de los que más polémica había
creado, puesto que en él se instaba al futuro Govern “a cumplir exclusivamente
aquellas normas o mandatos emanados de esta cámara, legítima y democrática”.
Pero la CUP no quería que el proceso fuera bajo la presidencia de Mas.
Antonio Baños, líder de
la CUP dejó claro en su discurso que su formación se lo iba a poner difícil a
Mas en su investidura. Estas eran algunas de sus frases:
“Si no tenemos moneda,
ni fiscalidad, ni capacidad para emitir deuda, si no tenemos las herramientas
básicas de la economía política, lo que tenemos es una administración de
pandereta”.
“Nosotros saldremos con
una república y, aunque la inhabiliten, los 72 no nos moveremos de aquí. Eso lo
tenemos claro”.
“Si un gobierno no es
soberano, hace un flaco favor a la gente y está traicionando su mandato”.
“El mandato es para
tirar adelante con la república catalana, no para otra cosa. En eso nos tendrá
siempre unidos”.
“No sobra nadie
decimos, pero nadie es imprescindible”.
“El señor Mas no saldrá
de aquí hecho capitán, pero el país tiene la voluntad”.
“Un estado propio no
garantiza una vida digna. Usted, señor Mas, ha ido a la deriva. No creemos en
la debilidad de este momento”.
“Usted ha dicho que
podríamos haber evitado los recortes con un Estado propio. Pero no es solo una
cuestión de Estado propio, también lo es de voluntad política”.
“¿Qué tipo de
soberanismo es el que defiende una fuerza que puede votar en Europa a favor del
TTIP?”.
“Estar muerto en vida,
este es el programa que los grandes poderes quieren que hagamos”.
“El discurso de ayer,
del señor Artur Mas, no nos dio ninguna seguridad”.
"Hacer los
deberes, pagar las deudas y la sumisión. Ya habíamos dicho que votaremos que no
a la candidatura de Mas porque no representa eso”.
A través de Antonio Baños, la CUP expresó un
“no” a la nueva propuesta de Mas.
Por primera vez en la
historia, un aspirante a la presidencia de la Generalitat no lograba la
investidura ni en la primera, celebrada el martes, ni en la segunda votación,
el jueves. Artur Mas volvió a recibir un 'no' de toda la oposición en el
Parlament. Y, a través de Antonio Baños, la CUP expresó un “no” a la nueva
propuesta de Mas. Subrayó que la idea de crear un ejecutivo con tres
vicepresidencias fuertes –ocupadas por Oriol Junqueras, Neus Munté y Raül
Romeva– era una “reelaboración más creativa de los acuerdos de gobierno que ya
tenían con ERC”. Pero, en opinión de los anticapitalistas, la propuesta no
sirve para “ensanchar” la base social del independentismo, que es su “máximo
objetivo”. En cambio, sí aplaudió la opción de la cuestión de confianza. En su
intervención, Baños le dio a Mas un “no tranquilo”, porque “decimos sí a la
República catalana”. “Es un ‘no’ que no cierra la puerta a ir más lejos y a
sumar más gente a favor de la independencia”, añadió el diputado de la CUP,
quién subrayó que el suyo no era un “no enrocado” y que la formación “tiene el
acuerdo sólido de alcanzar un acuerdo de gobierno. No nos moveremos de la mesa
de negociación”. Finalmente, Baños mostraba la voluntad de los suyos de no
llegar a un escenario de elecciones anticipadas, “porque son reaccionarias; no,
revolucionarias”. Mas se tomó con resignación la decisión de la CUP. “Dicen que
nos dan un 'no tranquilo'. Pues mire, yo ahora prefiero un 'sí intranquilo”. El
presidente en funciones de la Generalitat sí valoró positivamente que tanto “JxSí”
como la CUP estén al menos de acuerdo en alcanzar algún tipo de acuerdo que
evite las elecciones de anticipadas, pero también quiso lanzar un mensaje de
presión: “Si hay una parte que se mueve [en búsqueda de un pacto], nos tenemos
que mover todos”. La presidenta del Parlament puede convocar tantas votaciones
como desee hasta el próximo 9 de enero, fecha en la que, si no hay presidente,
se disolverá la cámara y se convocarán nuevas elecciones, a celebrarse en
marzo.
Por su parte, Xavier
García Albiol, del PPC aseguraba en su intervención: “Tengan la absoluta
seguridad y la total garantía de que ni Mas, ni Oriol Junqueras, ni la extrema
izquierda radical y estrafalaria de la CUP romperán Cataluña del resto de
España, por muchas propuestas ilegales e ilegítimas que se puedan aprobar”.
Aseguró que “Este pueblo está siendo dividido y trinchado por la precariedad”.
Acusó a Mas de querer construir un “muro” como el de Berlín y le avisó de que
no se está produciendo ningún “choque de trenes”. “Cuando alguien se tira a la
vía –remató– no hay choque de trenes, hay un suicidio”. El dirigente aludió a
la mezcla de orígenes catalanes y de otras partes de España de millones de
catalanes y los suyos propios. “Lo podré decir más alto, pero no más claro
–agregó–. Desde el PPC no vamos a permitir que ningún catalán, sea de
nacimiento o adopción, tenga que usar pasaporte para salir de Cataluña”. Del
mismo modo, “garantizó” que los partidos no independentistas “no se lo
permitirán”, porque “más allá de ideologías, de sentirse de derechas,
izquierdas, autonomistas, federalistas o autonomistas”, estas fuerzas “pondrán
voz” a esa “mayoría” de catalanes.
Diputados del PPC levantan banderas españolas y
catalanas en el Parlament.
El líder del PPC en el
Parlament finalizó su discurso con un “Visca Cataluña y viva España”.
Mariano Rajoy con el presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de
los Cobos.
Enric Sopena, director
de ElPlural.com, escribe el artículo “¡Adiós Rajoy; adiós Mas! Dios los cría y
ellos se juntan”, en el que habla del presidente del Tribunal Constitucional,
Francisco Pérez de los Cobos, y del resto de magistrados que comunicaran al
Gobierno que habían suspendido, por unanimidad, la resolución secesionista
sobre Cataluña. Además, Pérez de los Cabos advirtió al citado Tribunal de la
posible responsabilidad penal atribuida a 21 altos cargos del
independentismo catalán. Sopena
advierte: “No deja de ser, sin embargo, muy irritante para la mayoría ciudadana
que el Sr. Pérez de los Cabos haya llegado donde ha llegado, merced a su
militancia popular, escondida casi siempre, evitándole así tiranteces
desagradables. Pero la realidad es que su importante carrera de jurista se
debe, en buena parte, a los apoyos genoveses, conseguidos por él en 1992”.
Sopena recuerda que, cuando ElPlural.com destapó quién era Pérez de los Cobos,
surgió un escándalo notorio, porque una encuesta de El País demostraba que era
intolerable para la inmensa mayoría ciudadana que un afiliado a un partido –en este caso, el PP– se hubiera convertido
en el presidente del Constitucional. Se trata de un personaje que estuvo
vinculado al Derecho del Trabajo y fue
asesor de la polémica Reforma Laboral, azotando aún más a los trabajadores. Lo
que sirvió para contentar a Mariano Rajoy Brey. Y para que este popular de la
derecha mejorara su poder político. “Hemos visto –continúa Enric Sopena– la
enorme velocidad de Cobos para obedecer a Rajoy Brey. Y, con razón, a la vista de cuanto está
pasando, y puede pasar más, en Cataluña y en el resto de España. El mismísimo
Rajoy, que ahora se viste de corderito y a veces de palomita, repite que él ama
a los catalanes. Nada es verdad. Lanzó a
sus huestes a las calles tratando de
cargarse el nuevo Estatut, bendecido por todos los partidos, salvo, como
siempre, el Partido Popular. Pues bien,
el Tribunal Constitucional de la época
–con la derecha judicial en manos de los derechistas– tardó cuatro años,
¡cuatro!, en pronunciarse para lograr el objetivo de mantener el buen roll.
Pero esto llegó tarde, muy tarde y humillando, por supuesto, a los sectores
catalanes, especialmente a los de
carácter radical. Ahora Rajoy va diciendo que
hay que obedecer a la Constitución y a la Democracia. Pues bien, obedezca Don Mariano. Ni la
Constitución ni la Democracia permiten que usted pueda mirar hacia otra parte
para olvidarse de la corrupción encontrada en su partido. Por cierto, igual o
parecido ocurre en la familia Pujol y en el hundido Artur Mas. Dios los
cría y ellos se juntan. ¡Adiós Mas,
adiós Rajoy!”.
“Españoles,
Artur Mas ha muerto”.
“Todo empieza el lunes
en el Parlament –escribe Juan Soto Ivars, en El Confidencial, bajo el título ‘Un
murciano en la corte del rey Artur’, y el sutítulo: ‘Españoles, Artur Mas ha
muerto’–. El proceso de desconexión de Cataluña con el resto de España es tan
coñazo que nadie se lo cree en todo el edificio. Después, por la tarde, Artur
Mas da una arenga larga y aparatosa, que él ha titulado 'declaración de
investidura' pero se llama 'memorias, volumen I'. Artur Mas iba a defender su
candidatura pero interpreta a Breznev en los congresos del politburó soviético.
No pinta las bondades de su república soñada, no se conforma con eso. Se pone
de óleo y aguarrás hasta los codos, nos informa de cada uno de los aspectos del
milagro: cuánto ganará el pensionista, cuánto correrán los trenes, cuánto
pagaremos por encender la lavadora. Si no enumera las toneladas de trigo y
acero que transportarían los barcos, los barriles de brea que extraerán de las
charcas pestilentes, es porque lleva una semana sin dormir. Según Mas, la
independencia es un campo absoluto que lo contiene todo, como el universo: no
va de banderas, dice, y no va de poder, ni de salvar su figura política, ni su
persona. No va de ocultar nada. Ni siquiera de separar. Todos ganamos. La
independencia lo es todo, dice él, porque no es nada, acabo pensando yo. De la
misma forma que el debate de investidura que no lo es, porque no se le va a
investir. Del mismo modo que el momento histórico que no lo es, porque para
montar la revolución faltan agallas. Mas termina su discurso el lunes. En una
de las salas contiguas al hemiciclo, unos cuantos periodistas aplauden a la
pantalla. El resto somos momias. Si el viento sopla, ceniza por el campo”.
Los diputados de JxSí, Lluis Llach (i) y Raul Romeva(d), en el hemiclo del Parlament.
En el segundo acto,
Juan Soto preconiza: “Las jornadas históricas son trepidantes a través de la
prensa, de los libros: en directo son la muerte. El soldado ruso que colocó la
bandera roja sobre el Reischstag se había aburrido meses enteros en la tundra y
la trinchera. Lo mismo pasa con el cronista y el diputado: ayer nos mustiamos
en los pasillos del Parlament para filtrarles a ustedes la enjundia. Voy a analizar
la composición del Parlament con el único dato crucial. Hay siete diputados que
hablan. Son Artur Mas, Inés Arrimadas, Antonio Baños, Lluís Rabell, Xavier
García Albiol, Miquel Iceta y Jordi Turull. Hay 127 que se aburren. ¿No es 10
de noviembre? ¿No se aprobó el lunes una declaración histórica, una
desconexión? Pues bien: resulta insostenible. A ratos, a los de un grupo
parlamentario les arrastra una emoción. Luego se mofan del enemigo, como cuando
el cuerpo de Mas es poseído por el señor Casamayor y le habla a Arrimadas como
si fuera un cebolleta. Más tarde aplauden, las ovaciones dependen del número de
escaños. Por fin arman barullo porque algo les ofende. Pero ¿y el resto del
tiempo? Los diputados se tocan el pelo, mueven la cabeza, se pasan el pulgar
entre el labio y los dientes, lo sacan, lo huelen, se lo limpian en la
chaqueta. En un momento dado, Lluís Llach contempla al orador con la expresión
de un enfermo conectado al gotero de la quimioterapia. Los móviles echan humo.
Un diputado de Esquerra explora su propio oído con la patilla de las gafas y
luego examina maravillado la flor naranja que ha sacado del yacimiento. Y
hablan como si fueran actores griegos. Es una representación, un retablo, una
película. Durante horas enteras, una película de Antonioni donde se combina la
revolución y el aburrimiento. Como en las de Lynch, te preguntas: ¿cuál es
argumento?”
“Estamos esperando el final, lo acariciamos
–escribe Juan Soto en el acto tercero–. Antonio Baños cita a un ministro de
Luis Felipe que dijo a los franceses: enriqueceos. Su intervención es la
penúltima y la única que estábamos esperando. ‘¿Quiénes son los soberanos, los
bancos o nosotros?’. Está muy tétrico y muy elegante, vestido de negro como un
cura, como una manola. Tiñe la tribuna de melancolía y condena, no a España,
sino al capitalismo entero. ‘Mas dijo que hubiéramos podido pasar sin recortes
en Cataluña de no ser por España’, recuerda. Le responde que no: ‘Un Estado
propio no garantiza una vida digna’. Está a punto de emitir su veredicto… Con
un porcentaje minoritario de votos y escaños, Antonio Baños es el Rasputín de
Cataluña. Habla como si el pueblo, durante la noche, lo hubiera convertido a él
en guardián y traductor de su voluntad soberana… Justo antes ha admitido su
tristeza, y creo que es el único momento de esta sesión interminable en que
todos conectamos con su verdadero sentimiento. Artur Mas está políticamente
muerto hoy, día 10 de noviembre. Y está triste, claro, dónde ha visto usted un
muerto contento. Sin embargo, el jueves es capaz de resucitar. Mientras los
parlamentarios hablaban, los equipos de los partidos estaban reunidos. La
'realpolitik' no sucede en esta Cámara, sino en camarillas. Buscan un pacto de
última hora como el pueblo judío buscaba la tierra prometida. No es Cataluña,
sino el poder, lo que está mutando estos últimos días”.
Una estrella y una bandera de España en las
inmediaciones del Parlament.
“Independícese usted
mañana”, escribe David Torres en un artículo en Público.es. “El lenguaje está
hecho para no entenderse, eso lo sabemos desde que allá, en Babel, unos cuantos
albañiles decidieron ir a su bola y, al final, en vez de una torre les salió un
puente de Calatrava. La Biblia no especifica cuántos albañiles hablaban catalán
y cuántos chino, pero para el caso da igual. Como si siguiera en Babel, Romeva
dijo ayer que los catalanes han hablado alto y claro aunque, según el último y
reciente referéndum, los partidarios de la independencia no llegan ni a la
mitad de los votos. Eso son pequeñas minucias, detalles sin importancia para un
político con claridad de miras y gafas graduadas. Las cifras son lo de menos,
porque la independencia es un sentimiento y los sentimientos son inasequibles a
la aritmética. Hace ya algunos años Pujol viajó a China exultante y se le
ocurrió decirle a un ministro que el catalán ya lo hablaban doce millones de
personas. ‘¿Ah sí?’ contestó el chino. ‘¿Y en qué hotel se alojan?’ Las
crónicas que nos llegaban del Parlament parecían un eco de la carrera de Jorge
Lorenzo, Marc Marquez y Valentino Rossi el domingo. Hasta se oía ruido de motos
de fondo, aunque más bien eran motosierras: el ruido de arrancar antes de
empezar la tala propiamente dicha. Daba la impresión de que Mas y sus secuaces
aprovechaban que en Madrid ayer era fiesta para independizarse a escondidas.
Independizarse, sí, pero poco. Parece que tenían muchas ganas pero al final no
pasó nada, un empujón y poco más, como en esos esbozos de pelea que alborotaban
mi barrio en que los contendientes empezaban por intentar no hacerse daño y
acababan otra vez amigos. Lo explicó el propio Romeva con una frase que era un
gatillazo en toda regla: ‘Si no es hoy, será mañana; si no somos nosotros,
serán otros’. Tanto hecho diferencial para terminar citando a Larra:
independícese usted mañana. Paciencia, que más tarde o más temprano, la deriva
continental provocará una fractura por el curso del Ebro: la geología no hay
quien la pare. Con tal cantidad de preámbulos y preliminares, la gente está
empezando a ponerse nerviosa, igual que el público de aquel cine mexicano, muy
macho él, que ve incómodo una película francesa donde los amantes desnudos se
demoran más de cinco minutos en recorrer las respectivas pieles. Hasta que alguien
grita desde la platea: ‘¡Pero tirátela ya, mano!’…”.
“Resulta evidente –escribe
Arturo Fernández en el artículo “El laberinto catalán”– que Rajoy no está
capacitado para resolver la cuestión. Ni Pedro Sánchez ni Rivera ni Iglesias ni
los cuatro juntos. Ni por supuesto Artur Mas. El único que puede conseguirlo es
el pueblo español. Procedería, pues, consultarle en referéndum, a celebrar en
coincidencia con las elecciones generales del 20 de diciembre, si acepta que
los catalanes celebren su propia consulta sobre si desean separarse de España o
por el contrario permanecer en ella. Si saliese Sí, habría que concretar el
tipo de referéndum vinculante a realizar: un mínimo del 80 % de catalanes que
participasen y un 60 % de votos que se opusieran a la continuidad en España.
(Es muy probable que en ese referéndum catalán, hecho con las debidas garantías
y sin coacciones, saliese No. Y si saliese Sí, con enorme dolor habría que
aceptarlo, aunque fuera como arrancarnos el hígado). Y si saliese No, creo que
habría llegado el momento del uso de la fuerza. ¿Pero es posible el uso de la
fuerza en la Europa actual y en la que estamos integrados?, ¿qué tipo de
fuerza? ¿Toda? ¿Fuerza económica, fuerza represiva? ¿Bastaría con suspender la
autonomía? Pero ello empeoraría la relación. Sería difícil que los catalanes y
sus tenaces líderes aceptasen una derrota definitiva. El problema subsistiría.
¿Se puede mantener indefinidamente una situación de fuerza? Ésta es una guerra
psicológica y de hechos disuasorios, pero guerra al fin aunque sea sin cañones
ni barricadas. Y como todas las guerras de la Historia, la motivación
fundamental no es el dinero, sino el reconocimiento de identidades. Ésa es la
gran ventaja y la gran arma de Catalunya. ¿Aceptarían el Rey y el Ejército la
resolución del poder civil en la cuestión de la unidad de España, que con la
sola celebración del referéndum catalán ya estaría en peligro y sería un éxito
para los catalanes? ¿Pesaría en los españoles la posibilidad-probabilidad de
que el independentismo se extendiese a otras zonas y se volviese a un reino de
taifas?”
Cuando voy diciendo por ahí –escribe Aníbal
Malvar, igualmente en Publico.es– que a mí el tema catalán me la trae floja, la
gente me mira raro. Quizá por miopía mía, observo a mi alrededor y no veo más
que cosas, hambres, refugiados, investigaciones y muertes que me parecen más
importantes que el tema catalán. El tema catalán es una frivolidad, tal y como
están los asuntos nacionales e internacionales. Y deslegitima, desde mi modesto
punto de vista, a soberanistas y antisoberanistas, a Artur Mas y a Mariano
Rajoy, a PS, AR, PI, AG, y a todos sus votantes; a catalanófilos y a
españófobos y viceversa, por no seguir enumerando. Nos atizamos con problemas
en vez de pelear contra los problemas, y a mi edad eso ya resulta un poco
cansado. Tengo una amiga muy perroflauta y muy zen que dice que el asunto
catalán no se arregla mirando para otro lado, sino mirando hacia el otro lado.
No sé si va a tener algo de razón, aunque ella no es mi tipo. Arrastrar la
historia en la memoria puede llegar a ser inteligente, pero cargarla al hombro
como un saco, que es lo que hacemos los carpetovetónicos y demás, nos convierte
en bestias. Sé que me pongo grandilocuente, pero no otro gesto me merece este
muy serio problema catalán. Que me desvela tan profundamente como duermo. Y,
como habéis podido comprobar, hasta me pone barroco, que es lo más frívolo que
uno se puede poner”.
Seis ataques casi
simultáneos en distintos puntos de la ciudad parisiense, el más mortífero en la
sala Bataclan, se produjeron en la noche del viernes, 13 de noviembre, par
parte de kamikaces yijadistas. La Policía se encontró con una 'carnicería' en
ese local, donde fueron asesinadas cerca de un centenar personas al grito de
“¡Esto por Siria! ¡Alá es grande!”. Varios jóvenes armados con armas
automáticas tipo Kalashnikov entraron en la sala en donde se celebraba un
concierto, y comenzaron a disparar sin mirar sobre la multitud. El tiroteo duró
unos 10 minutos durante los cuales los asaltantes tuvieron tiempo de volver a
cargar sus armas al menos en tres ocasiones. Los asistentes corrieron sumidos
en el pánico hacia el escenario, donde se
produjeron agolpamientos y pisotones. Otras tres explosiones junto al
Estadio de Francia sacudieron el estadio y “retumbó el techo”. Ocho terroristas
murieron, siete de ellos al hacer estallar sus cinturones bomba. Hubo al menos
129 muertos y 352 heridos, unos 80 en estado grave. Hollande declaró el
estado de emergencia y movilizó al Ejército, movilizando al ejército (1.500
militares fueron desplegados), puso a Francia en alerta “rojo alfa”, anunció
medidas de excepción y cerró las fronteras.
“Es un horror –declaró el presidente–. Se trata de unos ataques
terroristas sin precedentes… Lo que los terroristas quieren es causar el miedo,
hay que tener miedo, pero también sangre fría para defender a esta nación y
vencer al terrorismo”. Hollande se encontraba en el Estadio de Francia, donde
se jugaba el amistoso Francia-Alemania, añadió: “Es un acto de guerra que ha
sido cometido por Daesh –acrónimo del Estado Islámico, ISIS en sus siglas en
inglés– contra los valores que defendemos. Seremos implacables”.
El ISIS, en un comunicado
colgado en Internet, se ha atribuido la autoría de los atentados. El grupo
yihadista habla de “ocho hermanos” con bombas, fusiles de asalto y cinturones
explosivos, y asegura que los lugares atacados se han elegido “minuciosamente”.
Una de las explosiones se produjo tan cerca del recinto deportivo que se sintió
dentro del mismo. El hotel donde se alojaba la selección alemana había recibido
amenazas de bomba esa misma mañana y, según varios testigos de la sala
Bataclan, los atacantes gritaron: “¡Esto por Siria!”, “¡Alá es grande!”. El
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por su parte, sentenció que los
atentados ocurridos en París no fueron solo contra “el pueblo de Francia”, sino
también “un ataque contra la humanidad”. Los dirigentes de la UE y la ONU se
mostraron horrorizados. La canciller alemana, Angela Merkel, “profundamente
conmocionada” Su homólogo en Gran Bretaña, David Cameron, se encontró “en estado de shock”. Rajoy llamó a
Pedro Sánchez para hablar sobre el pacto antiyihadista vigente en España y se
puso en contacto con Manuel Valls para interesarse por la situación. “Hoy –declaró
con convicción – todos somos Francia”. Hollande declaraba tres días de duelo
nacional por los múltiples y coordinados ataque terroristas que costaron la
vida al menos a 129 personas. Ha sido “un acto de barbarie absoluta”, Dijo el
presidente desde el Elíseo, “planificado desde el exterior”. La cadena de
televisión BFMTV informó que en el lugar próximo al Estadio de Francia en el
que se inmolaron varios atacantes, se encontró un pasaporte sirio.
“Noche de carnicería”, tituló Paris-Match; “El
horror” (Nice-Matin y L’Equipe); “La guerra, en pleno París” (Le Figaro); “Masacre
islámico” (El Messaggero); “Masacre terrorista en pleno París” (Aujourd’hui)… El
terrorismo yihadista atacó París y provocó la peor masacre de los últimos años.
El balance provisional se mantiene en 129 muertos y más de 352 heridos,
muchos de ellos graves, según el canal francés canal francés BFM TV. Siete de
los ocho terroristas que llevaron a cabo los ataques, según confirmó la
Fiscalía francesa, murieron al hacer estallar sus cinturones explosivos,
mientras que el octavo fue abatido por la policía. El Estado Islámico
reivindicó la cadena de atentados perpetrados, según el portal de seguimiento
de información islamista SITE. La organización yihadista difundió la
reivindicación a través de comunicados y grabaciones tanto en árabe como en
francés. Los agresores perpetraron seis ataques casi simultáneos en la capital:
tiroteos en varios bares y terrazas del centro, una toma de rehenes en la sala
Bataclan, en la que perdieron la vida al menos 80 personas, y tres explosiones
en las inmediaciones del Estadio de Francia, donde la selección gala disputaba
un partido amistoso contra Alemania. Se establecieron protocolos de urgencia en
los hospitales y se prohibió la celebración de espectáculos en París. Todos los
hechos apuntan a que los atentados estuvieron coordinados y fueron perpetrados
por un grupo pertenecientes al terrorismo yihadista.
Entre los fotomontajes
de esta semana, sugerimos el de Rajoy, tras la aprobación de la declaración
independentista en Cataluña: “No permitiré que esto continúe”. Otros:
Antes de iniciar la
sección de humor de esta semana, recordamos lo sucedido el 13 de Noviembre, viernes, en París.
Otros humoristas: El
Roto, Forges, Peridis, Dani Gove, Ricardo, Mel, Ferrán, El Jueves, Pat, M.
Fontdevila, J. R. Mora…
Pep Roig, desde
Mallorca: Balears, los últimos de la fila, o la inutilidad de los diputados y
senadores isleños sumisos y aborregados; Avaro Gijón, propuesto por el PP de
Mallorca es rechazado por el PP de Madrid…; La multiplicación de marianos y de
rajoyes; Inside-Outside, Ser o no ser.
Entre los vídeos que hacen alusión de esta semana, el de la Candidatura d’Unitat Popular. La CUP, clave para que Artur Mas pueda acceder a la presidencia de la Generalitat, dejaba claro el martes lo que lleva repitiendo desde el 27-S: no quiere a Artur Mas como President. Le reprochó la corrupción, los recortes y que no hablase claro sobre qué modelo de Estado quiere para Cataluña. La Cup apuesta por buscar un candidato de consenso. Mas pierde su primera votación de investidura.
El Parlament aprobó en pleno extraordinario la propuesta de resolución de “JxSí” y la CUP que marca “solemnemente el inicio del proceso de creación del Estado catalán independiente en forma de república”, lo que los soberanistas han calificado de ruptura democrática. El Parlament aprueba iniciar la ruptura con España.
Por su parte, la Comisión Permanente del Consejo de Estado aprobó el mismo martes por unanimidad un informe favorable al recurso del Gobierno contra la declaración independentista de Cataluña al considerar que “existen fundamentos jurídicos suficientes para impugnar ante el Tribunal Constitucional”.
El Parlament aprobó en pleno extraordinario la propuesta de resolución de “JxSí” y la CUP que marca “solemnemente el inicio del proceso de creación del Estado catalán independiente en forma de república”, lo que los soberanistas han calificado de ruptura democrática. El Parlament aprueba iniciar la ruptura con España.
Por su parte, la Comisión Permanente del Consejo de Estado aprobó el mismo martes por unanimidad un informe favorable al recurso del Gobierno contra la declaración independentista de Cataluña al considerar que “existen fundamentos jurídicos suficientes para impugnar ante el Tribunal Constitucional”.
España puede cambiar y ser el país que nos gustaría que fuese, porque se puede. Entre todos Podemos. Esta versión del avance del mítico mundo de ciencia ficción se llena de políticos luchando por el despertar de España con las caras más conocidas de los partidos de izquierdas encarnando el bando rebelde y al Partido Popular como el Imperio. Hay que verlo varias veces el vídeo para apreciar todos sus detalles como la sevillana de plástico, Luis Bárcenas a punto de que le corten la cabeza, Ada Colau junto a Chewbacca y muchos más. ¿Sois capaces de ver a Eduardo Inda, el Gran Wyoming, el alcalde de Cádiz Kichi, Julio Anguita, Francisco Granados, Pablo Echenique o Pedro Sánchez en el ‘lado oscuro’?
Al menos 140 personas han perdido la vida en tiroteos, explosiones y toma de rehenes en París, capital francesa, informan los medios locales. Tiroteos, explosiones y toma de rehenes dejan 140 muertos en París.
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