Un País que da miedo.
“Sería bueno –escribe José Sanclemente en Zona
Crítica, de Eldiario.es– que el lector supiera que uno de los miembros
destacados del consejo editorial de El País, que preside Juan Luis Cebrián, es
el expresidente Felipe González, y que en el accionariado están los principales
bancos españoles. No hay que tener miedo a nada; que cada uno vote en
conciencia y, sobre todo, que intente conocer qué y quién hay detrás de cada
propuesta de los políticos e incluso de informaciones y editoriales. El diario
El País da miedo. Tras publicar la encuesta de Metroscopia en la que señala que
la coalición ‘Unidos Podemos’ de Pablo Iglesias y Garzón sería la segunda más
votada, a solo tres puntos del PP y a cinco del PSOE, editorializa cargando sin
ambages contra la formación política que considera populista y poco menos que
antisistema. La desgracia –advierte– caerá sobre el otro país, el nuestro, si
lo que dice la encuesta de este periódico global, antes independiente, se
traslada en votos reales el 26 de junio. “Las arcas públicas se resentirán,
Europa nos cerrará el grifo financiero y España se romperá por la costura de
Cataluña. Pero lo peor para este periódico, el de mayor tirada de España, es
que medios como Atresmedia, que apoyan al gobierno desde La Razón y Antena 3,
son los que están dando alas en La Sexta a estos exasperados y rupturistas
políticos”.
“La verdad es que este
editorial acojona al lector, con perdón –reconoce el articulista– Piénselo antes de votar o las consecuencias
pueden ser fatídicas. Hasta ahí todo bien. Los periódicos que publican
editoriales lo deben hacer de forma tan comprometida como lo hacen con las
noticias, pero a veces se echa de menos el contexto y la trasparencia de
algunas informaciones que son relevantes para los lectores. Por ejemplo, sería
bueno que el lector supiera que uno de los miembros destacados del consejo
editorial de El País, que preside Juan Luis Cebrián, es el expresidente Felipe
González y que en el accionariado de este diario están los principales bancos
españoles, el HSBC, fondos de inversión internacionales y hasta un sultán
catarí, que deben verse aludidos por la supuesta inestabilidad financiera que
acarrearía el avance del ‘populismo’ de la nueva coalición extremista. La
advertencia en el editorial, que no tiene desperdicio, de que se está
desplazando al centro izquierda del PSOE que está ‘desdibujado y no tiene
audacia’, ¿debe ser una morcilla en el texto introducida por el editorialista
González para que despierte Pedro Sánchez? La de que Rivera está sin el ánimo
de las anteriores elecciones y Rajoy se atrinchera en igualar el resultado
anterior podría ser una advertencia de los socios financieros del diario para que se pongan las pilas e
impidan esta impostura populista que nos puede salir cara”.
“Lo de arremeter contra
Atresmedia –termina advirtiendo Sanclemente– suena a un quiero y no puedo.
Prisa dilapidó varias veces su negocio audiovisual desde CNN hasta Sogecable
pasando por la Cuatro. Ahora tendría altavoces para hacerse oír en ese intento
de que no se produzca el resultado que le da su encuesta. Prisa es un grupo más
pequeño, el País tiene la mitad de la difusión de hace diez años y los lectores
están tan repartidos como los votos electorales. No pasa nada. No hay que tener
miedo a nada, ni siquiera a El País; que cada uno vote en conciencia y, sobre
todo, que intente conocer qué y quién hay detrás de cada propuesta de los
políticos, incluso las que hay tras las informaciones y editoriales de los
medios de comunicación”. Pero este periódico parece dispuesto a sacar toda la
munición que encuentre hasta el 26-J atacando a Podemos. Tras el infame
editorial del pasado domingo, el diario salió el miércoles con otro en el que decía
que la socialdemocracia era propiedad del PSOE y que Podemos solo hace
“retorcer los conceptos y las ideologías”. “Proclamarse socialdemócrata –pontifica
retorcidamente El País– es la nueva astucia táctica con la que Iglesias
pretende anclarse en el centroizquierda. El líder de Podemos ha entendido que
para alcanzar el poder es mejor crear polémica sobre su conversión
socialdemócrata y así evitar asustar a los votantes sensibles al frentismo de
izquierdas”.
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