La plantilla de “El País” sigue descontenta.
Antonio Caño, director de El Paìs.
Las disidencias entre Antonio
Caño, director de “El País”, y la redacción, desde que tomara oficialmente las riendas del
periódico, en mayo de 2014, han sido frecuentes, perjudicando la moral de la
tropa, muy minada por el ERE de 2012, que supuso el despido de 130 periodistas
y Javier Moreno –máximo responsable del diario entonces– fue acusado de
posicionarse del lado de la empresa, en lugar de defender a sus trabajadores. Desde
entonces, las estadísticas de la web y la facturación que se obtiene a través
de los medios digitales han aumentado. Sin embargo, desde el punto de vista
editorial y organizativo, los periodistas han escenificado en múltiples
ocasiones su malestar con Caño y con algunos de los miembros del staff, lo que
ha minado la relación entre la redacción y los responsables.
El 17 de agosto del 2014, Caño
señalaba en una entrevista a la agencia EFE que los periodistas “deben estar,
no solamente al margen de las causas políticas, sino al margen de todas las
causas. Yo no creo en el periodismo combativo, ni en el social, ni creo en el
periodismo con ningún adjetivo. Los periodistas tienen que limitarse a contar
lo que pasa desde diferentes ángulos, tratando de aportar la mayor cantidad de
datos posibles”. Caño prohibió
terminantemente la celebración de una encuesta de evaluación sobre su gestión
que se ha realizado en varias ocasiones en la historia de ‘El País’. Su
plantilla, descontenta, burló su censura y avanzó que redactaría un informe con
su opinión sobre la situación del periódico. En tres ocasiones durante los
últimos meses, los periodistas de “El País” han trasladado a su director su
intención de celebrar una encuesta para expresar su postura acerca del rumbo
del periódico. Y en las tres han obtenido un rotundo rechazo por parte de su
máximo responsable, que ha impedido esta consulta. Conscientes de esta actitud,
han cambiado su estrategia y han anunciado que, en las próximas semanas,
elaborarán un informe basado en las opiniones que recaben entre los miembros de
la redacción, en el que señalarán, entre otras cosas, los fallos de su gestión.
El veto de Caño a la encuesta que
querían realizar los periodistas causó un considerable malestar en su redacción
madrileña, toda vez que las consultas de este tipo han sido habituales en los
40 años de historia de este medio de comunicación y nunca han recibido un
rechazo tan tajante por parte de los responsables del rotativo, según explicaron
fuentes del diario a Rubén Arranz, de Vozpópuli. “La estrategia que ha
planteado el Comité de Redacción para burlar esta prohibición pasa por preguntar
–de forma extraoficial– a los periodistas acerca de su opinión sobre la salud
del diario para que puedan responder sobre ello de forma anónima. A partir de
ahí, extraerán una serie de conclusiones que plasmarán en un informe que se
distribuirá entre la plantilla del rotativo, según ha podido saber este
periódico”. El trabajo estará coordinado por el Comité de Redacción del diario
que, en el pasado, se ha mostrado especialmente crítico con Caño. De hecho, en
sus comunicados le han llegado a exigir el establecimiento de una línea
editorial “clara y congruente”, ante la deriva que los periodistas del rotativo
han detectado en la cabecera.
“Varias han sido las voces –advierte
Arranz– que han advertido del excesivo respeto que el rotativo guarda hacia sus
accionistas institucionales y de su buen trato a la figura de la vicepresidenta
del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, a quien se atribuye un papel clave
para convencer a la banca acreedora de que aceptara canjear deuda por acciones
en la empresa de los Polanco. Entre los más críticos con este cambio de rumbo
editorial se encuentra Miguel Ángel Aguilar, que fue despedido de Prisa el
pasado noviembre después de realizar unas afiladas declaraciones a The New York
Times en las que aseguraba: ‘Los periódicos están en manos de sus acreedores y
también en las de un Gobierno que ha ayudado a convencer a los acreedores que
la prensa debe mantenerse con vida en lugar de dejarle morir de asfixia a causa
de sus deudas’.
El pasado marzo, Antonio Caño remitió
una carta a su plantilla –publicada en la web del periódico– en la que exponía
las dificultades que supone para los editores el mantenimiento de los
periódicos en papel y certificaba que el futuro de ‘El País’ se encuentra en Internet.
“Se puede dar ya por hecho que el hábito de la compra del periódico en el
quiosco ha quedado reducido a una minoría”, aseguraba Caño. “Se puede dar ya
por hecho que el hábito de la compra del periódico en el quiosco ha quedado
reducido a una minoría (…) Asumimos el compromiso de seguir publicando una
edición impresa de la mayor calidad durante todo el tiempo que sea posible.
Pero nos adentramos a la vez en la construcción de un gran medio digital de
cobertura global que pueda responder a las demandas de los nuevos y futuros
lectores”, argumentaba.
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