“El fin de la banca”
Es la tesis de la que parte el
libro “El fin de la banca” de Jonathan McMillan, que propone “modernizar” el
sistema financiero y eliminar la actividad empresarial de las entidades para
evitar una nueva recesión económica a nivel mundial. Jonathan McMillan es el
pseudónimo en el que se ocultan los autores del libro: Jorge, nombre ficticio
de un experto suizo en economía, y Jürg Müller, periodista del Neue Zürcher
Zeitung, por el temor a posibles represalias del sector. Sin embargo, ambos
cuentan que se han sentido “ignorados” por el sector bancario, objeto de las
críticas del trabajo, y explican que han tenido una respuesta más “positiva”
por parte de políticos y economistas de distintos países de la Unión Europea. La
banca aparece en el libro como una empresa o institución que recurre al crédito
para generar riqueza, un concepto que tenía su utilidad durante la era
industrial, al ser “una buena forma de organizar los elementos del sistema
financiero: el dinero y el crédito”. Cuenta cómo la irrupción de la era digital
introdujo otras alternativas en el sistema financiero, como los préstamos entre
particulares (P2P) o la diversificación de riesgos, dos elementos que antes
eran exclusivos de los bancos. Los autores señalan que actualmente es
“necesario” buscar otros enfoques más tecnológicos que “modernicen” el sector,
por lo que lamentan que se desaprovechara la “gran oportunidad” de cambio en la
estructura de la banca que se abrió durante la reciente crisis económica.
El libro culpa a la banca de esta
recesión e incide en que los políticos de la zona del euro optaron por activar
una serie de medidas urgentes en el marco de los rescates que recibieron algunos
países para evitar un mayor “colapso mundial” en vez de abrir este debate. La
propuesta de este trabajo parte de que reemplazar a los bancos evitaría nuevas
crisis económicas, además de ser “beneficioso” para la población. Sin embargo,
los autores del libro son conscientes de que el cambio estructural que proponen
no es tan sencillo y lamentan que “los académicos siguen utilizando en las
universidades los modelos macroeconómicos que no funcionaron en el pasado”.
Subrayan la importancia de
eliminar la “banca en la sombra”, término con el que se refieren a las
actividades financieras ajenas a las leyes reguladoras del sector. “La mecánica
de la banca en la sombra es opaca y difícil de comprender y no resulta extraño
que los reguladores no se dieran cuenta de que estaba formándose un pánico
bancario en el sector paralelo”, dicen. Según su tesis, mantener la estructura
actual del sector bancario, que según ellos “no funciona”, genera una serie de
costes que se podrían destinar a “otras partidas” más sociales. El trabajo es
un “llamamiento” para que se produzcan “acciones políticas” que cambien el
modelo estructural del sector económico y terminen con la posición de la banca
en el sistema financiero, ya que “la irrupción tecnológica no ha sido
suficiente para romper este marco rígido que tiene el sector”.A este cambio se
suma la “necesidad” de implantar normas fiscales adecuadas y que regulen todas
las actividades del sector, sin que supongan un "freno" para la
democracia, algo que los autores creen “muy difícil” ya que los poderes
actuales son los que impiden esas iniciativas. Otro de los impedimentos que
citan es la actual relación que mantiene el poder político con el bancario,
cuya supresión supondría “combatir la corrupción” entre dos agentes que se
“corrompen” mutuamente.
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