“Pablo Motos contra un ciervo”.
David Torres cree en
“Público” que “El Hormiguero”, el programa de entrevistas de Pablo Motos, lleva
un montón de años en antena, aunque no tantos como lleva él sin verlo. “No es
que yo vea mucha televisión —por no decir que no veo ninguna— pero la grima que
me da ese vertedero catódico compite seriamente con el reguetón, el Valle de
los Caídos y la pizza con piña. A veces he tenido que escribir de Pablo Motos,
sí, pero ha sido en defensa propia, después de ver —en diferido y en las redes
sociales— un fragmento de esas repugnantes entrevistas en las que pregunta a
una mujer por su ropa interior o por cómo hace por mantener el culo en forma.
La verdad es que, conociendo a Motos, difícilmente puede preguntar otra cosa.
“La pasada semana —recuerda
Torres— Pablo Motos volvió a ser noticia por sus peculiares métodos de trabajo,
cuando David Broncano, el presentador de La Revuelta, confesó ante las cámaras
que no podían ofrecer la entrevista al campeón de Moto GP, Jorge Martín, porque,
desde el programa de Antena 3, habían presionado para que Martín acudiera antes
a El Hormiguero. En lugar de la entrevista prometida, el equipo de Broncano
ofreció un documental sobre la berrea del ciervo, uno de esos documentales de
naturaleza de los que Prado del Rey debe tener un almacén lleno a rebosar. Por
lo que fuese, alguien eligió un vídeo de ciervos en lugar de uno de leones,
osos o tiburones blancos. Todavía tuvo suerte Motos de no tener que competir
contra un documental de zarigüeyas o babosas.
“El caso es que,
finalmente, ‘El Hormiguero’’ se impuso aquella noche a La Revuelta en los
índices de audiencia, aunque sólo por un pelo. Da que pensar que, entre un
ciervo mugiendo y Pablo Motos, los telespectadores se lo haya pensado bastante,
sobre todo porque al lado de Motos estaba Hugh Grant, uno de los invitados más
interesantes que han pasado por allí últimamente. Habría sido épico que el
cruce de testuces hubiese tenido lugar, por ejemplo, con el alcalde de Madrid,
José Luis Martínez Almeida, la misma noche en que reconoció que su último gesto
romántico fue quitar la ropa del tendedero de la cocina. Entre el ciervo
berreando y Almeida haciéndose el romántico, vete a saber lo que hubiese podido
ocurrir. Probablemente, cualquier cosa.
“A estas alturas nadie
puede sorprenderse al descubrir las prácticas mafiosas de Pablo Motos, más que
nada porque, justo un año atrás, Facu Díaz reveló que la productora de El
Hormiguero había amenazado, censurado o presionado a un tropel de cómicos que
decidieron hacer chistes a su costa. También hubo invitados que confesaron
haber recibido llamadas de advertencia tras denunciar el mal rato que pasaron
en el programa. Sin embargo, lo que me parece realmente significativo es que un
montón de gente decidiera cambiar de canal y contemplar la berrea del ciervo en
lugar de contemplar a Pablo Motos. Sospecho que, de haber emitido un programa
de bricolaje, un especial de los Teleñecos de hace cuatro décadas o una carta
de ajuste, el resultado habría sido muy parecido. La gente cambió de canal con
tal de no ver a Pablo Motos.
“Esto me lleva a
preguntarme si TVE no se habrá equivocado radicalmente en su intento de
arrebatar el liderazgo de ‘Antena 3’ a la hora de emisión de ‘El Hormiguero’.
Es verdad que Broncano suele invitar a artistas, actrices o deportistas mucho
más interesantes que Pablo Motos, también que hace preguntas bastante más
inteligentes, pero da la impresión de que podría entrevistar a un ciervo y
seguir quitándole espectadores. De hecho, podía subir las apuestas y
entrevistar a Jesús Urceloy, reciente Premio Internacional de Poesía José
Hierro, a Álvaro Muñoz Robledano, un poeta excelso que nunca ha ganado ningún
premio y se los merece todos, o, ya jugando al límite, a mí sobre mi última
novela. De momento, habrá que conformarse con el ciervo y la berrea”.
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