sábado, 3 de mayo de 2025

Pese a las recomendaciones de la ONU, las derechas tratan de impulsar los toros entre los menores.

 

Después de 29 años, se volvió a colgar el cartel de 'no hay localidades’ en el Coso de Inca.

La plaza de toros mallorquina de Inca celebró el pasado domingo de Ramos una corrida con presencia de niños. El anterior Govern balear, en manos de las formaciones progresistas, había prohibido la entrada de menores en esta clase de eventos que puso un dique de contención a la tauromaquia y protegió a las infancias de la crueldad inherente a los festejos taurinos. Sin embargo, el nuevo Ejecutivo, bajo la dirección del PP y con el apoyo de Vox, ha levantado el veto, lo que supone un retroceso en materia de bienestar animal. Con este giro, la única comunidad autónoma que regula la entrada a las plazas en función de la edad es Galicia, además de Canarias, donde las corridas están prohibidas desde los noventa. La situación difiere del contexto andaluz, donde la coalición “Por Andalucía” presentó una proposición de ley que justo busca impedir la asistencia de los más jóvenes a estos sangrientos espectáculos. El Partido Popular ostenta la mayoría absoluta en la Junta, por lo que el texto no prosperará, pero reabre el debate acerca de la tauromaquia y pone sobre la mesa una cuestión fundamental que, de hecho, recomienda la ONU: proteger a la infancia de los cruentos festejos taurinos evitando su entrada a los mismos.

El Govern balear que formaban el Partit Socialista de les Illes Balears (PSIB), Podem y Més per Mallorca aprobó en julio de 2017 su ley de toros, la cual prohibía matar al toro, meter bebidas alcohólicas en las plazas y la entrada de infancias en las mismas. La primera medida fue anulada por el Tribunal Constitucional un año más tarde. La tercera fue eliminada el pasado 29 de octubre bajo el Ejecutivo del PP y con el voto favorable de Vox. “Aunque la ley incluye una enmienda que exige que los menores asistan acompañados de un adulto, consideramos que esta medida no es suficiente para proteger a los menores de la violencia inherente a los espectáculos taurinos”, valoran fuentes de la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA).

El Comité de los Derechos del Niño de la ONU recomendó a España en un informe de 2018 que “prohíba la participación de niños menores de 18 años como toreros y como público en espectáculos de tauromaquia”, con la intención de “prevenir los efectos nocivos” de la misma. Pese a ello, en la actualidad solo Galicia restringe la entrada a las corridas de toros en virtud de la edad. La comunidad autónoma impide desde 2017 la presencia de menores de 12 años en esta clase de actividades. Por otro lado, la normativa vasca, al igual que la actual legislación balear, especifica que los menores de 16 años deben estar acompañados por un adulto.

La única excepción es Canarias, donde las corridas de toros están prohibidas desde 1991 a través de su ley de protección animal. Eva Ramos, asesora jurídica de PACMA, explica que el archipiélago nunca tuvo una tradición taurina. Por este motivo, las islas no vieron su legislación afectada cuando en el año 2013 el Senado declaró la tauromaquia Patrimonio Cultural de España. Sin embargo, esto sí afectó a Catalunya. La Generalitat había aprobado en 2010 la prohibición de las corridas tras la presentación de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP). La medida entró en vigor en 2012, pero en 2016 el Tribunal Constitucional la tumbó porque la prohibición infringía la competencia del Estado en materia de cultura.

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