martes, 26 de julio de 2011

María Antonia Almunia, “La Abuela Zarzuela”



Mariano Momentos, hijo de María Antonia Almunia, acaba de escribirme un correo electrónico que, con su aprobación, reproduzco, en este blog. Aficionado al teatro, Mariano trabaja en el Grupo Druida de Alcobendas. Lo conocí hace unos años, en un taller literario dirigido por Reina Roffé y, desde entonces, todo lo que le afecta a él me afecta igualmente a mí. Mariano me cuenta:

“No acabo de entender cómo los medios de comunicación, en especial la televisión, han privado al público no solamente del arte de mi madre, sino, quizás, de lo que es más importante: su ejemplaridad de persona sencilla y, a la vez, grande. Y me pregusto dónde están los buscadores de pequeñas grandes historias ó los asesores de los medios, supuestamente encargados de encontrar vidas ejemplares.

“Como sabrás, Antonia, mi madre, volvió a los platós de televisión de Telecinco el pasado 23 de julio, de la mano de María Teresa Campos y, en su programa, “Qué tiempo más feliz”, consiguió lo de siempre: encandilar al publico desde que contó su primer chascarrillo, esta vez referido a uno de sus bisnietos. Pero, cuando se puso a cantar, el público quedó tan fascinado que, con sus atronadores aplausos, la interrumpieron pero ¡ah, amigo!, esta vez mi madre no estaba dispuesta a que nadie se interpusiera en su do de pecho y aguantó imperturbable todo el jaleo ocasionado hasta terminar la canción y dejar a todo el mundo con la boca abierta de admiración.

“Fue a partir del invierno del 2009 cuando mi madre se hizo famosa, cantando a sus 87 años y pese a su falta de estudios. Telecinco, después de “perderla”, como consecuencia de quedar 4ª entre los 15 concursantes que disputaron la final de la 3ª edición de “Tú sí que vales”, acaba de rescatarla con todos los honores, pues lo hizo en dos programas presentados por dos grandes de la televisión: Mª Teresa Campos y Ana Rosa Quintana.

“Ana Rosa destacó el mérito de cantar sin calentamiento de voz. Y yo añadiría un detalle que también tiene que ver con la fuerza de mi madre, alentada por su ilusión por cantar ante su público: la primera vez que consiguió llegar al estudio de Telecinco, fue en el desapacible día de la gran nevada en Madrid, desafiando y superando toda clase de dificultades e incomodidades (frío, viento, hielo) con tal de estar allí, cumpliendo el sueño de toda la vida…

“Creo sinceramente que, lo que más puede interesar a la gente es su ejemplaridad en varios aspectos. Por todo ello, me permito reflexionar en voz alta para decir que ahora sólo falta que los que tienen la capacidad de decidir, con seguridad, más objetivos que yo, que soy su hijo, y con más datos que ponderar, estén de acuerdo con la valoración que hago de mi madre, porque, de ser así, tendría sentido reclamar para ella cierto protagonismo en las pantallas de TV y demás medios de comunicación, aunque solo fuera como una modesta, pero puede que interesante, alternativa ética y estética a otras vidas muy protagonistas y no sé si muy ejemplares.

“En esta su fantástica aventura, María Antonia, a sus ochenta y muchos años, ya tuvo el gran mérito de ser escogida en el casting al que acudió en Madrid a finales de octubre. En mi opinión, sus dos actuaciones en Telecinco fueron excepcionales y sorprendentes según han quedado “inmortalizadas” en los videos colgados en YOUTUBE, sobre todo, la de la primera con título “Antonia, una gran historia”, si bien, en la segunda actuación, también se puede observar cómo logra “el más difícil todavía”, al cantar con música, cuando jamás lo había hecho antes, gran merito este que, inmediatamente de su actuación, reconocieron tanto el Jurado con sus palabras y aplausos, como el público asistente.

“Me parecen extraordinarios cada uno de los planos de tal grabación, pero elegiría uno sobre todo: el que refleja el momento en que a Noemi Galera, Directora de castings, se le saltan las lágrimas después de decir a mi madre: “... tiene tantísimo mérito lo que acaba de hacer…tantos jóvenes, que se presentan a distintos concursos, tendrían que aprender tanto de vd…”. Y no pudo decir más porque la emoción le invadió, se le quebró la voz y solo acertó a decir llorando: “que hable otro, que yo no puedo…”

“Aparte de obsequiarnos con algunas de sus canciones, María Antonia aportó algo que viene deslumbrando a mucha gente: naturalidad y simpatía. Yo, que soy su hijo, a veces me pregunto si estaré siendo poco objetivo al destacar los méritos de mi madre, pero suelo responderme con unos hechos que son indudables: Las numerosísimas felicitaciones y muestras de cariño que ha venido recibiendo de toda clase de público; el interés mostrado por numerosos medios de comunicación; el bello reportaje firmado, en el mismo día, por Laura L. Álvarez, ocupando toda la portada-primera plana del suplemento regional “Mucho Madrid” y otros reportajes de otros medios.

“Y, claro, la conclusión salta a la vista: el objetivo oficial de “Tú sí que vales” era cazar talentos, pero resulta que, inesperadamente, con mi madre lo que “cazan” es a alguien que consigue lo que es más difícil: emocionar a mucha gente. Y, a mi entender, transmite emociones, además de por su candidez y simpatía personal, porque logra conectar con un amplio sector de la sociedad y por distintas causas y cauces: la ven como gran ejemplo de superación, demuestra que la ilusión y el entusiasmo pueden con todo, confirma que los sueños se pueden cumplir a cualquier edad, y se ven a ellos mismos, o a la propia madre o abuela, que también cantan o cantaban mientras hacían las tareas del hogar, pero que, por azares y circunstancias de la vida, no tuvieron oportunidad de llegar el gran público... Porque más que lo acrobático u otras cualidades, ella transmite lo artístico, que emociona y llega al corazón”.

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