miércoles, 8 de febrero de 2012

El Rey mostró “comprensión” y hasta “simpatía” por el 23-F.

Imágenes de Lothar Lahan aparecidas en prensa.

Der Spiegel habla sobre este caso.


El rey Juan Carlos, en su mensaje difundido por RTVE en la noche del 23-F.

Javier Cercas, en el libro “Anatomía de un instante” (Mondadori, 2009), desmenuzaba la asonada militar del golpe de Estado del 23-F y declaraba en una entrevista que la conducta del rey antes del golpe “no fue en absoluto ejemplar”. Dijo que “cometió errores, frivolidades e irresponsabilidades”. Un año después de su entrevista, se acaba de conocer la versión que trasladó el embajador de Alemania, Loathar Lahn, según la cual Juan Carlos “no mostró ni repulsa ni indignación” frente a los golpistas. “Es más –añade–, mostró comprensión, cuando no simpatía frente a los golpistas aquel infausto 23-F. Y sus palabras hacia los sublevados fueron casi de disculpa”.


El diplomático alemán revelaba en un cable las impresiones del monarca en la reunión con el jefe del Estado en la Zarzuela la noche del 26 de marzo de 1981. Juan Carlos, comenta Lahn, creía que los sublevados sólo “habían querido lo mejor”. La entrevista quedó consignada en el despacho 524 que Lahn envió al Gobierno federal de Bonn, que presidía el socialdemócrata Helmut Schmidt. Cable que, junto con otros documentos de la época, acaba de ser desclasificado por el Ministerio de Exteriores germano y cuyos extractos han sido por primera vez publicados por la revista Der Spiegel. “Los cabecillas –dice Lahn– sólo pretendían lo que todos deseábamos. Concretamente, el restablecimiento de la disciplina, el orden, la seguridad y la tranquilidad”. El monarca le explicó que el responsable último del pronunciamiento era Adolfo Suárez, a quien afeaba “despreciar” al Ejército. En varias ocasiones, el rey había aconsejado al presidente del Gobierno que “tuviera en cuenta las peticiones de los militares, hasta que estos decidieron actuar por su cuenta”. De esta manera, el jefe del Estado señaló a Suárez como culpable último de la rebelión. Lahn relata que el monarca se sintió “decepcionado” por su amigo Alfonso Armada, secretario de la Casa de 1965 a 1977, considerado muñidor intelectual del golpe, por haber aprovechado su amistad para convencer a los conjurados de que actuaba con su complicidad. Por último, Juan Carlos le subrayó al diplomático que el 23-F “debería olvidarse lo antes posible”. Un episodio semejante, le aseguró, no se iba a repetir.

“Der Spiegel” explica que el reporte de Lahn gozaba de credibilidad, siendo visto por sus colegas como un diplomático prestigioso y fiable. El diplomático alemán hace once años que murió. Sus revelaciones son “muy importantes” a juicio del historiador de la Universidad de Zaragoza Julián Casanova, consultado por “Der Spiegel”. Nunca había habido una confirmación tan clara “de que el joven rey no era el mismo demócrata que es ahora”. La versión de la Zarzuela deja la participación y actuación del rey “fuera de toda duda para los españoles y la comunidad internacional. Pero la Casa Real entiende que lo revelado por “Der Spiegel” es “una especie de Wikileaks” y que su papel está consolidado por la historia”. Se trata, según ella, de “una “conversación privada”, de la que no hay registro alguno.

A raíz de lo publicado por la revista alemana, IU, ICV y ERC piden que “se explique toda la verdad”, condenan el “ocultismo” y solicitan a los sucesivos gobiernos que “ocultaron” los hechos la desclasificación de documentos y la “transparencia” de las cuentas de la Corona. Llamazares dice que no basta con esas explicaciones y lamenta que las acusaciones sean muy graves. “La Casa Real no ha desmentido la información, ni siquiera ha elevado una queja diplomática”. La izquierda minoritaria cree que es una muesca más en la ya de por sí debilitada imagen de la Corona. “No desmitifica la figura del rey, aunque sí introduce nubarrones sobre la actuación del monarca antes del golpe –fue imprudente– y sobre sus impresiones posteriores, exculpando a los sublevados”, afirma Llamazares. Laia Ortiz, diputada portavoz de ICV, presenta en la Cámara Baja tres preguntas para que el Gobierno dé su opinión sobre el informe descubierto por “Der Spiegel” y diga si cree que la Zarzuela medió “a favor de los golpistas” en el juicio. “Cada día –recuerda Ortiz– hay más elementos preocupantes sobre la Corona. Este episodio se suma a la secuencia. Ya no es un argumento aislado”. Ortiz entiende que el reporte de Lahn “cuestiona el papanatismo juancarlista”. Ahí está la clave, esgrime: “Desmonta el argumento seguramente más utilizado para defender la imagen del rey. Su escudo, su supuesta actuación modélica frenando el golpe, salta ahora por los aires. Su talante de hombre reformista se cae”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto ya lo sabiamos. Si sale bien San Anton, si no. la purísima Concepción. Tal era la disyuntiva de su majestad. Los golpes de estado, al final resulta que los hacen ellos mismos contra si mismos, quedando luego la verdad aparente de la que se aprovechan (los mismos) Hoy su propio yerno es el autor material del golpe de estado postmoderno en que nos encontramos, y el monarca también muestra comprensión y hasta simpatia aunque será más visible a largo plazo, una vez rentabilizada.

chiflos.

Marián Suárez dijo...

Hola Santiago, soy Marián Suárez de Ibiza. Quiero ponerme en contacto contigo en relación a tu libro "La cicatriz" y he perdido tu teléfono. Te dejo mi correo electrónico (aiguablanca@gmail.com)
Un abrazo