jueves, 12 de junio de 2014

El 85% del Congreso aprobó la abdicación del Rey Juan Carlos y cedió el paso a Felipe VI.

 La abdicación en el Congreso.
 Izquierda plural.
 Sabino Cuadra irrumpió en la tribuna con una ikurriña y gritos de Gora Euskal Herría libre.
Sentada en Neptuno.
 
Lo sucedido ayer en el Congreso de los diputados estaba cantado de antemano. Rajoy empleó los mismos términos que cuando aprobó los recortes impuestos desde Bruselas: “Hacemos lo que se nos exige”. Los mismos asesores de la Casa Real le hubieran podido escribir su discurso. El presidente asumió como suya la opinión de todos los ciudadanos y aseguró que no es momento de discutir entre monarquía o república. Alabó el bipartidismo y “los gobiernos de distinto signo político” que han gobernado hasta ahora. Y mencionó lo bien formado que está el príncipe Felipe. Rubalcaba reflexionó sobre la cuadratura del círculo, hablando de la “preferencia republicana” del PSOE para, a continuación, aclarar: “Nos seguimos sintiendo compatibles con la monarquía parlamentaria, por lo que nadie duda de que el PSOE vaya a romper el consenso constitucional”.  Y repitió otra de sus frases preferidas: “Los españoles no somos súbditos, sino ciudadanos de pleno derecho”.

Cayo Lara empezó recriminando que la Constitución, de la que tanto han hablado Rubalcaba y Rajoy, “se viola masivamente un día sí y otro, también” y recordó la crisis de la monarquía. Dijo que “el monarca fue designado directamente por el dictador”. Que “se ha agotado un modelo que quieren perpetuar para que parezca que cambia todo sin que nada cambie”. Que cada vez más gente “sigue defendiendo que no somos súbditos, sino ciudadanos libres”. Y que “el pueblo español se lo hará pagar en el futuro”. Cayo Lara recordó que la monarquía se ha visto salpicada por la corrupción. “El pasado 25 de mayo la sociedad española dio un giro histórico y es hora de traducirlo en un proceso constituyente. Pedimos que se convoque un referéndum y que nuestro país, independientemente del resultado, suba un peldaño en la escala democrática”. Lara continuó con su alegato en favor del referéndum: “Lo que exigimos tiene que ver con la democracia. Hablamos de monarquía o democracia. Queremos que la elección de la jefatura del Estado llegue por las urnas. ¿Por qué no quieren que el pueblo se exprese?”

El portavoz de Amaiur, Sabino Cuadra,  recordó que el rey juró lealtad “a los principios del Movimiento” y que “después, sin despeinarse, se convirtió en un demócrata de toda la vida”. Reiteró que “no fue el rey ni Suárez los que trajeron la libertad, sino el pueblo con su lucha”. El portavoz del Grupo Mixto habló de las “torturas y crímenes” que la monarquía permitió tras su coronación. Dijo que “la abdicación es un ‘lifting’ de una monarquía decrépita y de un régimen en descomposición. No hace falta un cambio de personas, sino un cambio de régimen”. Reclamó: “No decimos no a cambiar de reyes, sino que pretendemos no tener ninguno. Ni el padre, ni el hijo, ni el espíritu de Franco. La baraja hoy está trucada porque sólo salen coronas. No participaremos en esta farsa”. Alfred Bosch, del Grupo Mixto, habló en catalán. “Nuestros abuelos lo tenían más claro, que la soberanía reside en los pueblos y no en los soberanos”. Y citó a Shakespeare: “Cambiando coronas no se quitan dolores de cabeza”. Dijo que” la representación política no se hereda, los pueblos no se heredan, no somos un mueble. Nuestros hijos, también lo tienen mucho más claro que todos los que estamos aquí. Esta ley, que parece mucho una ley del atado y bien atado, pasará y entraremos en una fase de plenitud democrática. La primavera que estamos viviendo en Catalunya nos llevará más allá, porque el 9 de noviembre votaremos y decidiremos entre monarquía española y república catalana”. Luego, Joan Baldoví nos recordó que él no pudo elegir entre monarquía o república. “Los menores de 56 años no votamos. No votamos el 64%, no pudimos elegir y eso es elemental. Es lo que pedimos, que no nos roben la palabra”. El portavoz de Compromís puso la censura de la portada de El Jueves como “el ejemplo que dice que algo huele a podrido en esta monarquía”.

Fuera del Hemiciclo de las Cortes, la Policía expulsaba a los participantes en el “Rodea el Congreso” de la plaza de Neptuno entre empujones, sin siquiera dejarles acercarse a las vallas. “Tienen miedo –denunciaban los manifestantes–, no quieren que el pueblo se exprese”. René Otaduy, de la Coordinadora 25-S —convocante de la protesta— denunció que le había sido denegado el acceso a Neptuno porque la manifestación no estaba comunicada. “La delegación se está extralimitando en sus funciones. Si no sabían de la manifestación, ¿a que viene este despliegue”. Los concentrados se alejaron al grito de “República” y “No hay democracia con un Gobierno facha”. Una docena de personas protagonizó una sentada, mientras los UIP intentaron expulsarlos de Neptuno. “Estamos en un Estado policial y franquista. El policía debe proteger al ciudadano, no al corrupto”, aseguraba un ciudadano. La Policía expulsó a empujones a un grupo de cien personas concentrado entre las plazas de Neptuno y Cervantes. Y retuvo a alguno de los manifestantes. Una docena de policías a caballo se unieron al dispositivo, ya integrado por más de una treintena de agentes.

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