martes, 3 de junio de 2014

Abdicó el Rey; los republicano exigen un referéndum.


 El rey Juan Carlos abdicó ayer.

 Tricolores ondeando en la concentración en la madrileña Puerta del Sol

Republicanos en la Puerta del Sol

Ayer, el mismo día en que el Rey anunciaba su abdicación, Joan Baldovi, diputado de Compromis-Equo en el Congreso, avanzaba su rechazo a la “ley orgánica de continuidad” que, a su juicio, prepara el Gobierno para regular la sucesión del Rey Juan Carlos y registraba en la Cámara Baja una proposición no de ley en la que abogaba por la celebración de un referéndum a fin de que el próximo jefe del Estado sea elegido por los ciudadanos. También IU, Podemos, Equo, la corriente Izquierda Socialista del PSOE y Juventudes del partido, solicitaron la convocatoria de un referéndum tras conocer la decisión del Rey. “Una sociedad moderna y democrática –enfatizó Baldoví– quiere un referéndum sobre la jefatura del Estado”. A su juicio, la abdicación del Rey, “abre una puerta para seguir avanzando hacia la democracia total y hacia una sociedad realmente moderna. Por eso, desde Compromís consideramos que este es el momento de hacer un referéndum. Y que sean los ciudadanos quienes voten, quienes elijan la jefatura del Estado”.

Decenas de concentraciones se registraron en los principales ciudades de toda España, convocando a través de las redes sociales a favor de la república. “Corresponde un referéndum vinculante para que los pueblos de España decidan la forma del modelo de Estado entre Monarquía y República”, señalaba Willy Meyer, eurodiputado de IU. ”No queremos una monarquía impuesta por un dictador. A por la Tercera República!”, escribía en Twitter la eurodiputada de IU, Marina Albiol, con la etiqueta “Felipe, no serás Rey”. Podemos escribía en su cuenta: “El régimen se descompone a marchas forzadas. La crisis institucional avanza”. El partido pidió un referéndum, destacando que los españoles no son “súbditos, sino ciudadanos” y que “es la hora de que la gente tenga la palabra. Sí Felipe quiere ser Jefe de Estado que aspire a legitimidad democrática: si cree tener confianza de los ciudadanos, que les pregunte”.

La noticia de la abdicación del Rey Juan Carlos y el consiguiente ascenso al trono de su hijo, el Príncipe Felipe, provocó la rápida reacción de la izquierda republicana. Los partidos y movimientos sociales contrarios a la monarquía llamaron a la celebración de concentraciones en las principales plazas de España, en donde mostraron su oposición al proceso que ahora tendrá que afrontar la Corona. Hubo más de 60 concentraciones organizadas a lo largo de todo el territorio nacional e incluso en otras capitales extrajeras, como París y Bruselas. La asistencia a todas ellas fue masiva, escuchándose proclamas como “España mañana será republicana”, así como otros que hacía mención al relevo en la Corona: “Los borbones, a las elecciones” o “Transición real sin Rey”, “No hay dos sin tres, república otra vez”, “Que viva la lucha de la clase trabajadora” o “Los borbones a las elecciones”, “Borbones a los tiburones”…. 83 años después de la Segunda República  la bandera tricolor volvió ve a 'izarse' en la Puerta del Sol y se paseó por toda España. Miles de personas abarrotaron la Puerta del Sol de Madrid, pidiendo un cambio en la forma de Estado que dé paso a una República.

 “El régimen –escribe Esther Vivas, bajo el acertado título ‘Jaque mate al Régimen’ publicado en Pùblico.es–, se desmorona, muere, y en su lucha agónica por sobrevivir, el rey abdica. Nunca el régimen surgido de la Transición había estado tan cuestionado como ahora. Los pilares que lo sustentan, la monarquía, el poder judicial y el bipartidismo, están fuertemente deslegitimizados desde hace tiempo. No nos creemos ya sus mentiras, esas que buscan apuntalar un régimen que se cae a trozos. Lo que hasta hace muy poco parecía un imposible, ahora se plantea como una realidad. Empujemos con fuerza, para abrir aún más esa brecha que la crisis económica, social y política han hecho posible.

“Desde la caza de elefantes de ‘su majestad’ en Botswana, pasando por la imputación de su yerno Iñaki Urdangarín en el caso Nóos, la implicación de la Infanta Cristina en la trama, hasta las múltiples, y millonarias, operaciones de cadera del monarca, facturadas a las arcas públicas, la Casa Real se ha convertido en una caricatura de sí misma. Uno de los principales valedores de la ‘democracia’ está tocado, muy tocado, pero no hundido.

“El anuncio de la abdicación real es un último intento, desesperado, para salvar la situación, una tentativa de ‘make up’ para relegitimar no solo a la monarquía sino a todo su séquito de jueces, políticos, opinólogos… que durante tantos años, demasiados, han vivido a costa de esa falsa Transición, intentando borrar o enmascarar el pasado colectivo. Nuestro olvido, fue el sustrato de su victoria, no solo moral sino política y económica.

“La crisis económica convertida en una profunda crisis social y, también política, ha puesto en jaque al rey y al régimen del 78. La gente ha dicho ‘ya basta’. Lo vimos con la emergencia del 15M, tres años atrás, la extensión de la desobediencia civil, la ocupación de viviendas vacías en manos de bancos, con un amplio apoyo popular, pese a la criminalización de la protesta. A más pobreza, más dolor, pero, gracias a dicha movilización, más conciencia de quienes ganan con dicha situación, banqueros, políticos, y de quienes perdemos.

“El auge del soberanismo en Catalunya ha colocado, también, contra las cuerdas al régimen. Señalando el carácter profundamente antidemocrático de una Constitución que no permite el derecho a decidir de los pueblos. Ahora, las elecciones europeas han dado ‘el toque de gracia’ a un régimen en descomposición. La pérdida de más de cinco millones de votos por parte del PP y el PSOE. La emergencia, con cinco escaños, de Podemos. El régimen se pone nervioso, muy nervioso.

“La abdicación real es la última maniobra de salvación. Sin embargo, recordemos, el sistema tiene capacidad de maniobra. La abdicación del rey muestra la debilidad de los pilares del régimen, y la fuerza popular. Pero, no queremos ni a Juan Carlos ni a Felipe. Es hora de salir a la calle, reclamar la apertura de procesos constituyentes en todo el Estado, poder decidir qué futuro queremos. Pasar a la ofensiva: jaque mate al régimen”.

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