domingo, 6 de octubre de 2024

Felipe VI y sus polémicas en América Latina.


La no invitación de Felipe VI a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México ha incrementado la tensión diplomática entre este país y España, sobre todo después de que el Ministerio de Exteriores haya tomado la decisión de no enviar a ningún representante del Gobierno al acto.  Esta situación ha provocado críticas tanto dentro del Ejecutivo como fuera. Sumar, por ejemplo, acató la decisión de Exteriores, que es el encargado de decidir cuál es la representación oficial de los miembros del Gobierno en actos en el extranjero. Sin embargo, también reconoció la “soberanía” de México para decidir a quién invita y a quién no a sus actos oficiales, y  aseguró que esta polémica debería reabrir el debate sobre por qué el principal representante de España en el exterior “no es elegido democráticamente, sino heredado”. “Cuando uno viaja fuera de España mucha gente se sigue haciendo preguntas sobre por qué tenemos un jefe de Estado que no votamos”, dijo Íñigo Errejón, el portavoz parlamentario de Sumar en el Congreso. Fuera del Gobierno, Ione Belarra, la secretaria general y diputada de Podemos, manifestó la preocupación de su partido porque “el Gobierno ate sus relaciones internacionales a las de la monarquía. Que el Gobierno ate sus relaciones internacionales a una monarquía borbónica, acostumbrada a relaciones corruptas con narcodictaduras, no es el camino para un Gobierno que se dice progresista”, añadió la dirigente de la formación morada.

Felipe VI permaneció sentado ante la espada de Bolívar en la toma de posesión de Petro como presidente de Colombia.

La no invitación de Felipe VI a la toma de posesión de Sheinbaum como presidenta de México no es la primera polémica del monarca en América Latina. En agosto de 2022, el rey fue invitado y acudió a la toma de posesión de Gustavo Petro como presidente de Colombia. El presidente electo le había pedido al presidente saliente, Iván Duque, que la espada del libertador Simón Bolívar (héroe de la nación y uno de los principales exponentes del proceso de descolonización del territorio) estuviera presente durante el acto, pero Duque se había negado. Sin embargo, tras tomar posesión, Petro dio su primera orden como jefe de las fuerzas armadas colombianas y pidió que trajeran la espada. Cuatro soldados trasladaron el arma en una urna de cristal desde el Palacio de Nariño (la casa presidencial en Colombia) hasta la plaza de Simón Bolívar, donde se celebraba el acto. Y, a su paso, todos los representantes y autoridades invitadas saludaron el desfile levantándose, todos menos Felipe VI, que permaneció sentado frente a la espada de Bolívar, lo que le granjeó numerosas críticas. Desde Casa Real se optó por el silencio, mientras que fuentes diplomáticas justificaron que el monarca no se levantara en base a que la exhibición del arma no figuraba en la agenda oficial protocolaria, sino que había sido un gesto improvisado por parte de Petro.   La tensión diplomática entre México y la Casa del Rey tampoco es nueva. De hecho, la ausencia de una invitación para Felipe VI a la toma de posesión de Sheinbaum podría tener su origen en otra polémica protagonizada por el monarca en 2019. Ese año, recuerda en Público Romero Elixis moran, el entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador, remitió una carta al rey solicitando que el Reino de España reconociera “los agravios causados” por la conquista y que “ambos países acuerden y redacten un relato compartido”. “México desea que el Estado español admita su responsabilidad histórica por esas ofensas y ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan. Por ese motivo, Su Majestad, las actuales autoridades mexicanas elaboran un pliego de delitos que exhibirán ante el Reino de España”, rezaba la misiva.  Casa Real nunca respondió a la carta del mandatario mexicano, mientras Felipe VI destacaba en actos oficiales en territorios como Puerto Rico los avances y progreso que a su juicio había traído el proceso de colonización español. La no invitación a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum es una más de la lista de polémicas que el monarca ha protagonizado en los últimos años en América Latina.

El zasca de Sheinbaum al rey de España.

El Gobierno español se enfrenta a una nueva crisis diplomática, ahora con México. Isabel García nos lo recordaba el 25 de septiembre en Nuevatribuna.es. “La decisión de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, de no invitar al rey Felipe VI a su toma de posesión el 1 de octubre provocó malestar en la Moncloa que, vía comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, anunciaba que ni Pedro Sánchez ni ninguna otra representación oficial harían acto de presencia en la ceremonia debido a la “inaceptable exclusión” del monarca. La presidenta electa hizo público un escrito en sus redes sociales para explicar los motivos que le llevaron a censurar la presencia del rey de España y lamentar la decisión adoptada por el Ejecutivo español”. Sheinbaum explicó que la invitación se cursó el pasado mes de julio a través de una nota diplomática y que además conversó esta misma semana telefónicamente con Pedro Sánchez sobre esta cuestión. La dirigente alude a una misiva que López Obrador remitió a Felipe VI el 1 de marzo de 2019 con motivo de la celebración de los 200 años de la independencia de México. En la misma, le proponía lo siguiente: “...que se trabaje en forma bilateral, en una hoja de ruta para lograr el objetivo de realizar en 2021, una ceremonia conjunta al más alto nivel; que el Reino de España exprese de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios causados y que ambos países acuerden y redacten un relato compartido, público y socializado de su historia común, a fin de iniciar en nuestras relaciones, una nueva etapa, plenamente apegada a los principios que orientan en la actualidad a nuestros respectivos Estados y brindar a las próximas generaciones de ambas orillas del Atlántico, los cauces para una convivencia más estrecha, más fluida y más fraternal”. Pero “lamentablemente”, López Obrador no recibió respuesta alguna de forma directa “como hubiera correspondido a la mejor práctica diplomática de las relaciones bilaterales”, afirma Sheinbaum, que expresa además su malestar por el hecho de que la misiva se filtrara en medios y que derivó en un comunicado oficial del Ministerio de Exteriores español, “una circunstancia que no ha sido aclarada ni respondida de forma directa al Gobierno de México”. En su declaración, Sheinbaum resaltaba los vínculos económicos, turísticos y culturales que unen a ambos países, y su “sólida relación de amistad” y afeaba la actitud del monarca aún más si cabe, recordándole el papel jugado por México durante la guerra civil española, cuando “fue un aliado solidario y un destino generoso para muchos españoles republicanos”. Y así fue, en verdad, ya que México, bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas, fue uno de los países más leales con la República, acogiendo a miles de exiliados españoles que se vieron obligados a huir de la represión franquista en buques que ya forman parte de la memoria democrática como el Sinaia, el Ipanema y el Mexique.  La presidenta electa de México dejó muy claro que, bajo su presidencia, será fundamental el reconocimiento de los pueblos indígenas “pues es ahí donde se encuentra la raíz de la grandeza cultural de México”. Por ello, insiste en la necesidad de reconocer esos derechos plenos y, tal y como López Obrador solicitó al Rey, pedir perdón por los excesos cometidos en la conquista de América. Y manifestó Sheinbaum su confianza en que “pronto” se abran nuevas vías de entendimiento “basadas en nuestras soberanías y respeto mutuo”.

El presidente del Gobierno intervino hace unos días en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Una de las afrentas de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hacia España, recientemente conocida de mano del presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, fue cuando el mexicano señaló, ante Page y José Bono, su odio hacia España. García-Page recordó en Toledo, durante la inauguración de las XXIII Jornadas Nacionales de la Función Consultiva, una reunión que mantuvo con AMLO cuando éste era gobernador de México DF, en la que afirmó: “Odio a los españoles y odio a España. Nunca viajaré a España”. El presidente castellanomanchego desveló que él y el expresidente de la Junta de Comunidades José Bono, se reunieron con López Obrador cuando este era gobernador de México DF, en un encuentro con un comienzo “raro”. “Nos citó a las 6:30 horas y yo iba inquieto, pero luego nos dijeron que todos los días daba una rueda de prensa a las 7:00, incluso el día de Navidad”, desveló García-Page. “Nada más sentarnos, dijo: 'Odio a los españoles y odio a España.  Y nunca viajaré a España’”. Ante estas palabras, García-Page confesó que, en ese momento, dio por finalizada la reunión, aunque añadió: “Bono le echaba paciencia, y yo también. Ahora le hecho mucha más”. Y confiesa que ambos salieron “llevándose las manos a la cabeza”. Por otra parte, el presidente del Gobierno intervino hace unos días en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el principal órgano de la ONU. Y valoró diferentes puntos de la política nacional española y otros asuntos geopolíticos y de relaciones internacionales concernientes al Estado español, centrándose especialmente en las recientes tensiones con México después de que excluyeran a Felipe VI de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum. Sánchez lamentó que una decisión de tal calado viniese de un Ejecutivo progresista y que por “interés político” no pudiese mejorar las relaciones entre los dos países. “No podemos aceptar esa exclusión y por eso hemos manifestado la ausencia de cualquier representante diplomático en señal de protesta por una exclusión que consideramos inaceptable e inexplicable por el grado de relación que tienen España y México, que son dos países hermanos”, expresó, además de añadir que conversó con Sheinbaum, pero que no desvelará detalles de ese encuentro por “discreción”.

La primera presidenta mexicana electa basó la exclusión del jefe de Estado en que no respondiese a la carta que le envió el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, en marzo de 2019, exigiendo una disculpa pública por la Conquista, y que, en su lugar, invitase únicamente a Pedro Sánchez. El jefe del Ejecutivo español reconoció producirle “enorme frustración” que el gesto viniese de un gobierno progresista como el mexicano y lamentó que “parece que no podemos normalizar relaciones políticas por algo con lo que España ha fijado una posición de empatía con la sociedad mexicana”.  Preguntado sobre si consideraba que, como planteaba López Obrador y ahora también su sucesora, debiera haber una disculpa por los “agravios” de la época colonial, el jefe del Ejecutivo sostuvo que “España ya ha manifestado su posición al respecto” a través del jefe de Estado y del Gobierno. Y recordó que los socialistas expresaron anteriormente su “enorme gratitud” por la acogida que brindó el entonces presidente mexicano, Lázaro Cárdenas, “a cientos de miles de españoles que huían de la Guerra Civil y de la represión franquista” y que, en “un gesto absolutamente revolucionario” incluso puso a disposición barcos para su traslado. “Yo reivindico ese México y esa España y me siento mucho más cerca y más próximo a esos valores”, sostuvo. La ausencia del rey de España sorprende ya que, en 2018, sí estuvo presente en la toma de posesión del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, celebrada el 1 de diciembre de ese año. Entonces, Felipe VI asistió a la que fue su primera investidura de un líder latinoamericano desde que accediese al trono, en junio de 2014. El rey fue entonces recibido en el hangar presidencial del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por Olga Sánchez Cordero, la entonces futura secretaria de Gobernación en el Ejecutivo de López Obrador. Además, seis años atrás, como príncipe, Felipe VI ya había representado a España en la toma de posesión de Enrique Peña Nieto. Tras la investidura de Obrador, Felipe VI se sentó a la derecha del ya presidente mexicano durante una comida ofrecida a más mandatarios. Además, Felipe VI y Obrador mantuvieron un encuentro en privado en el Palacio Nacional. Sin embargo, el pasado miércoles, la presidenta electa explicó en un comunicado que no extendió la invitación al monarca español porque él no respondió la carta de López Obrador en la que, en 2019, pedía oficialmente a España ofrecer una disculpa a los pueblos originarios de México por la conquista española de este territorio. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, calificó de “inaceptable” e “inexplicable” la decisión del Gobierno mexicano de vetar al rey Felipe VI en la investidura de Claudia Sheinbaum, y atribuyó esta polémica a un “interés político”. Sheinbaum también causó controversia por invitar al presidente de Rusia, Vladímir Putin, pero al final Moscú aseguró que no asistiría y lo haría un representante de su Gobierno.

Claudia Sheinbaum jura como nueva presidenta de México, a 1 de octubre de 2024

Claudia Sheinbaum, como primera presidenta en la historia de México, se dirigió al Congreso con un emotivo mensaje ante legisladores, mandatarios estatales y delegados de 105 países: “Soy madre, abuela, científica y mujer de fe, y a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos”. Entre los mandatarios presentes en la ceremonia se encontraban los presidentes de Brasil, Colombia, Chile, Paraguay, Honduras, Guatemala y República Dominicana, así como la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden. La ausencia del Gobierno español, que se produjo como respuesta a la falta de invitación al rey Felipe VI, fue aludida de manera indirecta por Sheinbaum, quien agradeció “a los diputados españoles Gerardo Pisarello y muchos otros que están con nosotros”. Sheinbaum, que hizo hincapié en la importancia de ser llamada “presidenta, con ‘a’ al final, porque solo lo que se nombra existe”, ofreció un discurso ante la atenta mirada del expresidente Andrés Manuel López Obrador. En su mensaje, la mandataria detalló las principales líneas de trabajo de su Gobierno para los próximos seis años. El reconocimiento a López Obrador, con quien Sheinbaum comenzó a trabajar desde su gestión como jefa de gobierno de la Ciudad de México en el año 2000, fue uno de los puntos centrales de su discurso. Sheinbaum asume su mandato como una continuidad y profundización del modelo impulsado por López Obrador, que ha dejado, según ella, importantes logros económicos. Su partida deja un vacío que ahora deberá ser llenado por Sheinbaum, una mujer con amplia experiencia política, especialmente como jefa de gobierno de la Ciudad de México entre 2018 y 2023. “Este fue el mejor gobierno que conocí en mi vida, los otros eran puros pinches rateros, Peña Nieto, Salinas de Gortari, todos esos cuates se llevaban toda la lana, López Obrador ha sido honesto, pregúntale a cualquier persona… Cambió el modelo de desarrollo del país, del fracasado modelo neoliberal y el régimen de corrupción y privilegios”, afirmó Sheinbaum durante su discurso.

Gerardo Pisarello con Claudia Sheinbaum, en Barcelona en 2018.

La decisión de la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de no invitar a su toma de posesión al rey de España, Felipe VI, que en su día ni siquiera contestó la carta oficial del Gobierno de México, ha provocado enorme malestar en España. Así lo explica Pere Rusiñol en ElDiario.es, en “Los vínculos españoles de C. Sheinbaum”. El Gobierno de coalición de izquierdas también se ha sumado a la indignación monárquica y de las derechas hasta el punto de no enviar a ningún representante oficial a la toma de posesión del martes, en solidaridad con el rey, aunque sí estuvo presente, entre otros, Gerardo Pisarello, diputado de los comunes invitado a título particular. “Los aspavientos contra Sheinbaum se basan en parte en la acusación de que la nueva presidenta exhibe una supuesta actitud antiespañola, en la estela de su antecesor y mentor, Andrés Manuel López Obrador. Pero se trata de una enorme paradoja: Sheinbaum no sólo se convertirá en la primera mujer presidenta de México, sino que es difícil encontrar un perfil en la presidencia mexicana con más vínculos personales y políticos con España. Eso sí, forjados en una tradición muy alejada de los palacios de los Borbones… El imaginario de México como último bastión de los republicanos españoles impregnó siempre mucho a la izquierda mexicana, en la que militaban con entusiasmo los padres de Claudia Sheinbaum, sobre todo en los movimientos de docentes universitarios y las plataformas que surgieron inspiradas en el Mayo del 68 francés, las más alejadas de los oropeles del poder y del esclerotizado Partido Revolucionario Institucional… Los hijos de Sheinbaum  no limitaron sus raíces españolas a una cuestión puramente sentimental: ahora son también españoles de pleno derecho, puesto que ambos adquirieron la nacionalidad gracias a la Ley de Memoria Histórica promovida por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Además, la hija de Sheinbaum estudió un máster de Literatura comparada en la Universidad de Barcelona (UB), ciudad a la que también recurrió la propia política para prepararse mejor ante el gran reto de dirigir Ciudad de México, megalópolis de nueve millones de habitantes, en 2018. Tras ganar las elecciones municipales, y antes de tomar posesión como jefa de gobierno (alcaldesa, en el argot mexicano), voló a Barcelona, acogida por el Gobierno municipal de Ada Colau, para conocer desde dentro cómo funcionaba la maquinaria municipal y aprender de las experiencias más innovadoras que entonces se estaban poniendo en marcha, especialmente en temas de género y de participación ciudadana en los barrios. Su mentor en aquel stage, que duró una semana, fue Gerardo Pisarello, entonces teniente de alcalde, y ahí arrancó la amistad que luego prosiguió con varias visitas de este a México y que explican ahora la invitación personal para la toma de posesión, en la que Pisarello estuvo presente pese a las tensiones institucionales… La etiqueta de ‘antiespañola’ está, pues, en las antípodas de Sheinbaum, salvo si se recupera la lógica de la Anti-España que utilizaba Franco. La nueva presidenta de México se formó con maestros españoles, se casó con un hombre procedente de una familia de exiliados españoles, y luego, en segundas nupcias, con un hombre que hizo casi toda su carrera profesional en España. Sus hijos tienen la doble nacionalidad, mexicana y española. Y hasta ella misma podría tener también la nacionalidad española si se hubiera acogido al decreto ley aprobado por España en 2015 para otorgar la nacionalidad a los sefardíes, los descendientes de los judíos españoles expulsados en 1492 como resarcimiento cinco siglos después”.

Otros comentarios, imágenes, fotos y fotomontajes:

“Si vas encapuchado a un estadio, no vas a ver fútbol precisamente”: bochorno total por los ultras en el derbi entre Atlético y Real Madrid.

Imágenes de absoluta vergüenza las del pasado domingo en el estadio del Atlético de Madrid por las acciones desde la grada donde se sitúan los ultras neonazis del Frente Atlético, con lanzamiento de objetos al campo incluidos. El árbitro llegó a suspender durante varios minutos el partido. Fue cuando el portero del Real Madrid, Thibaut Courtois, recogió mecheros y otros objetos arrojados al césped y se los mostró al colegiado. Tras las advertencias por megafonía, este acabó parando el partido. La Delegación del Gobierno en Madrid trabaja con la Policía Nacional para analizar todas las imágenes del partido y se puedan identificar a los autores. Se pudo ver a los capitanes del Atlético de Madrid acercarse a la grada del Frente Atlético a mediar con los ultras, algunos encapuchados, lo que provocó muchas críticas. Unas horas antes, el presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, la lio con unas declaraciones. Aseguró que en el club “no hay nadie antirracista, ni racista ni de ningún tipo” y añadió que “es una afición ordenada”. Después el equipo emitió un comunicado hablando de “error” en sus palabras. Unos critican que algunos equipos no atajen este problema en sus estadios, otros censuran las reacciones desde el club madrileño y otros señalan a Courtois por gesticular a la grada. El Atlético de Madrid ha sido sancionado con el cierre parcial de tres partidos y de una zona concreta de la grada, por el lanzamiento de objetos durante el partido contra el Real Madrid del domingo. (Tremending)

La última idea de Ayuso, explicada en tuits: “Si eres inmigrante, te adaptas a nuestras costumbres. Si eres turista, nos adaptamos a las tuyas”.

¿Se acuerdan del mantra de la derecha que dice que los migrantes tienen que adaptarse a nuestras costumbres? Pues atención, porque si hay dinerito de por medio la cosa cambia. Ojo a la nueva doctrina de Isabel Díaz Ayuso. El martes, la presidenta madrileña avanzó “conversaciones con el sector de la hostelería para ampliar horarios”. Esta es la justificación de Ayuso: “Entendemos que nosotros nos tenemos que adaptar también a quienes nos honran con su visita”. La libertad de las terracitas y las cañas vuelve a ganar. En plena ebullición social contra la turistificación, Ayuso aseguró en rueda de prensa: “Nuestro grito de guerra es 'Welcome Tourist’”. (Tremending)

El señor de la muerte.

La historia suele repetirse de diferentes maneras (José Nieves)

Y tampoco es Arte.

Foto ganadora del Premio National Geographic.

Así pinta Paola Luther las sombras  de esta jugada ajedrecista.

El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Vergara, Manel F., Hierro, Asier y Javier, Atón. J. More…











Ataques selectivos.

 El método Garamendi.

Amigos para siempre.

Derogar la mordaza.







Pep Roig, desde Mallorca:

El retorno del Prínsipe Asul (Cap. 9)

Lo de la marmota.
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La soledad del genocida de fondo
Lo que se lleva el viento.

Los vídeos de esta semana:

Por qué Felipe VI no asistirá a la toma de posesión de Sheinbaum.

MÉXICO: SHEINBAUM dice que NO invitó al REY a su TOMA de POSESIÓN por NO pedir DISCULPAS | RTVE

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