Noelia Núñez: ni honestidad ni esfuerzo.
La fulgurante carrera
política de Noelia Núñez, que acababa de ser nombrada Vicesecretaria Nacional
de Movilización y Reto Digital del PP, terminó esta semana al dimitir de todos
sus cargos orgánicos e institucionales, tras haberse hecho público que había
falseado su currículum. “La decisión
-según Raquel Marcos Oliva, en ElDiario.es- es correcta e ineludible, y
también un reflejo de que Alberto Núñez Feijóo no puede permitirse un tropezón
más en unos días en los que Cristóbal Montoro se ha encargado de empañar la
alegría y el triunfalismo desbordantes del congreso del PP.
“No cabía otra salida.
Este asunto me ha traído a la memoria el esfuerzo de muchos españoles por tener
un futuro mejor que el de sus padres. He recordado que mi hermana y yo fuimos
la primera generación de mi familia en tener estudios universitarios. Para mi
madre, que nos crió sola, era casi una obsesión que fuéramos a la universidad,
y así lo hicimos, con becas y gran esfuerzo por su parte. Estudiamos en la
pública en Madrid antes de la avalancha de universidades privadas y la
proliferación de títulos que actúan como zona de confort para padres y madres
con recursos que desean que sus hijos se distingan sin hincar los codos. La
universidad sí actuaba como ascensor social para las familias cuyos abuelos
miraban con respeto al médico o al ingeniero: cada una de estas familias sabe a
cuánto se renunció para conseguir ese objetivo y sus hijos universitarios
sabemos cuánto esfuerzo y tiempo les costó.
“Por mi propia
experiencia, la mentira de Noelia Núñez sobre su formación universitaria no es
una anécdota. Si miente sobre ella misma y su trayectoria vital, por qué no iba
a hacerlo sobre cualquier otro asunto que afecte a la vida de otros ciudadanos.
Su dimisión cierra este aspecto del debate, aunque queda otro, tan importante
como la honestidad de los servidores públicos: la crisis (provocada) de la
universidad pública que afecta especialmente a la clase obrera, y sobre la
falta de calidad de muchas universidades privadas que son chiringuitos que
venden títulos altisonantes a quien pueda comprarlos y contratan como
profesores a perfiles sin formación como el de Noelia Núñez. El nombramiento de
Noelia Núñez como Vicesecretaria Nacional de Movilización y Reto Digital fue
también una muestra del ascenso dentro de algunos partidos del perfil
tertuliano/tuitero sin capacidad de gestión ni vocación de servicio público.
“No se trata de exigir
que todos los políticos tengan licenciaturas, doctorados, másteres o idiomas.
Sin formación universitaria se puede, no hay ni que decirlo, ser un político
excelente y merecer la confianza ciudadana. El problema es, como en otros casos
similares, el desprecio por la verdad y por el esfuerzo real. Noelia Núñez,
criada en el falso paraíso de la libertad y la igualdad que es la biosfera
política madrileña, ha puesto su granito de arena para destruir algo que ya
estaba quebrado: la confianza en la honestidad de la clase política, que no se
recompone con una dimisión. Y el hecho de que haya fingido unos estudios que no
tiene contribuye a acabar con la creencia de que la educación posee un valor, y
que el acceso de todos, pobres y ricos, a esa educación, nos sitúa, siquiera de
forma simbólica, en el mismo nivel de oportunidades. Noelia Núñez dijo
recientemente que en la política faltan políticos honrados. Con ella ya fuera
de ese espacio cada vez más contaminado de populismo, toca recuperar el debate
sobre la defensa de una universidad pública que en este momento agoniza en
Madrid y en toda España y que constituye uno de los pilares de ese contrato
social que garantiza que el futuro soñado puede ser posible para todos y no
solo para quien pueda comprárselo a sus hijos”.
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