1 de septiembre. No tomar el nombre de Dios en vano
Los dirigentes sevillistas cometieron el primer desliz propio de los que utilizan el nombre de dios en vano: tomaron en vano el nombre de Puerta –jugador de 22 años de su equipo que acababa de morir tras un desvanecimiento en un partido y varias paradas respiratorias– y prometieron a los suyos la victoria antes iniciarse el partido. Sé muy bien que para conseguirla bien valía una mentira, pero, en este caso estaba en juego un nombre con el que no estaba bien aferrarse para engañar a los suyos.
Pese a la euforia de la primera parte con un tanto a cero, los sevillistas atronaron el estadio, aplaudiendo a los suyos y creyeron que la victoria estaba en el bote. Pero los rápidos goles de los italianos en la segunda parte, hundieron a un rival sin fuerzas y sin ideas y demostraron que, al final, casi siempre vence el mejor y pierde el peor. Y muy pronto, el actual campeón de Europa demostró que las palabras del presidente del Sevilla no pasaban de ser un simple deseo.
José María del Nido había declarado antes de subirse al avión que trasladaría al equipo a Montecarlo: “El Sevilla, a partir de hoy, se convierte en invencible. Su espíritu jugará siempre con nosotros. Eso hace que digamos a los rivales que impugnen los partidos porque, a partir de ahora, jugamos con doce. Y no me cabe la menor duda de que vamos a ganar”. Si, en lugar de ganar, hubiera dicho, “jugar mejor”, tal vez se le podría haber perdonado más fácilmente la derrota. Porque los sevillistas, pese al deseo y fervor de su presidente, perdieron el partido por tres a cero. Y ocurrió lo que es lógico que ocurra en estos casos. Una semana acumulada de viajes, pocas horas de sueño y un escaso entrenamiento, no pueden convertirse en victoria, por muy aprovechado que sean las palabras de su presidente que, en este caso, tomó el nombre de Porta en vano.
Pese a la euforia de la primera parte con un tanto a cero, los sevillistas atronaron el estadio, aplaudiendo a los suyos y creyeron que la victoria estaba en el bote. Pero los rápidos goles de los italianos en la segunda parte, hundieron a un rival sin fuerzas y sin ideas y demostraron que, al final, casi siempre vence el mejor y pierde el peor. Y muy pronto, el actual campeón de Europa demostró que las palabras del presidente del Sevilla no pasaban de ser un simple deseo.
José María del Nido había declarado antes de subirse al avión que trasladaría al equipo a Montecarlo: “El Sevilla, a partir de hoy, se convierte en invencible. Su espíritu jugará siempre con nosotros. Eso hace que digamos a los rivales que impugnen los partidos porque, a partir de ahora, jugamos con doce. Y no me cabe la menor duda de que vamos a ganar”. Si, en lugar de ganar, hubiera dicho, “jugar mejor”, tal vez se le podría haber perdonado más fácilmente la derrota. Porque los sevillistas, pese al deseo y fervor de su presidente, perdieron el partido por tres a cero. Y ocurrió lo que es lógico que ocurra en estos casos. Una semana acumulada de viajes, pocas horas de sueño y un escaso entrenamiento, no pueden convertirse en victoria, por muy aprovechado que sean las palabras de su presidente que, en este caso, tomó el nombre de Porta en vano.
1 comentario:
Cierto es, que a menudo puede observarse como antes del comienzo de una competicion deportiva, algún participante reza, y pide ganar, o suerte y demás parabienes para si mismo, al dios de turno que le corresponda -según la zona geografica de reparto y adscripción por nacimiento.- Más absurda aún, y fascistoide, -si cabe- era la estrategia de Iñaki Saez,( el de la gorra y cara de obispo)seleccionador de España en futbol hasta hace no mucho, quien ordenaba un padrenuestro a los jugadores en el umbral de acceso a los vestuarios y poco antes de la salida al cesped de estos. Afortunadamente, dios lleva 2007 años -como poco- sin dar ni palo, y si por fin se decidiera a intervenir en algún asunto de carácter "mundano" no parece probable que sea para favorecer (prevaricando) a Del Nido o alguno de estos personajes. Si de pedir y verse favorecido se trata, son más cercanos los arbitros, -ahora bien- estariamos ante un delito. Por eso como dios no puede chivarse ni testificar es más facil acudir al altisimo. (recurso de todos los impuros) 01-09-07 chiflos.
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