Madrid, en pie de guerra. "Espe, espe, especulación.
Ese fue el grito que más se oyó en el centro de Madrid el pasado jueves, cuando 15.000 personas protestaron en una manifestación de Cibeles a la Puerta del Sol, en defensa de la Sanidad Pública. A la misma hora, pero en Getafe, otras 8.000 exigieron al Gobierno de la Comunidad “el cese inmediato de su política de privatización de la Sanidad Pública”.
Hacía varios días que había recibido un E-Mail en el que se me pedía que firmara la solicitud de derogación de la Ley/15/97 que permite la privatización de la Sanidad Pública. “Tenemos que aportar lo que podamos para frenar este despropósito –decía mi remitente–. El gobierno de Esperanza Aguirre ha iniciado la privatización de la Atención Primaria, existiendo centros de salud con plantas y consultas privadas y médicos contratados de manera privada. En 2 ó 3 años, el sistema nacional de salud no será más que un conglomerado de empresas privadas, que dejarán de pautar ciertos tratamientos o no realizarán intervenciones quirúrgicas si el gasto no les conviene. Este hecho se está constatando ya en el Hospital del Sureste, donde a enfermos con un tratamiento caro se les está negando el mismo. Los nuevos hospitales ya están funcionando con el mínimo de personal. En algunos casos, esto repercute tanto en la calidad de los cuidados que se están dando situaciones en las que se pone en peligro la vida de los pacientes”.
Otros correos electrónico se manifestaban en parecidos términos coincidiendo con los eslóganes de las mentadas manifestaciones: “La salud no es un negocio”, “Espe, espe, especulación”, “El PP privatiza, el PSOE lo autoriza”, “Hasta los güemes, estamos hasta los güemes”, “No a la privatización del Hospital”, “Ni un euro a los banqueros, plan de emergencia a los trabajadores de la Sanidad Pública”… Convocadas por la Coordinadora de Trabajadores de la Sanidad Pública y por la Plataforma Matusalén (Madrileños tu Salud en Peligro), las concentraciones aglutinaron 40 colectivos sociales. Todas ellas reclamaban “la devolución a manos públicas de todo lo privatizado”. Los convocantes exigían la derogación de las leyes regionales que “amparan la privatización acordada por el PP y el PSOE hace diez años y que ha permitido a Esperanza Aguirre llevar a cabo sus planes privatizadores”.
Antonio Gómez, portavoz de la Coordinadora, explica que el objetivo de la protesta era concienciar a la población de la “agresión” que el PP está cometiendo en Madrid. Insiste en “la puesta en manos de empresas privadas con fines lucrativos de hospitales y centros de salud, de acuerdo con un plan para acabar en tres años con todo el sistema sanitario público”. Asegura que hay estudios internacionales que demuestran que la atención en hospitales con ánimo de lucro es peor. Y que hay datos de que éstos tienen mayores índices de mortalidad y de infecciones.
“Si alguien hace un hospital privado es para ganar dinero”, declara Pedro Castro, alcalde de Getafe, mientras que la sanidad pública es para la “rentabilidad social”. Cándido Méndez, un día después de estas manifestaciones, explicaba que “la gente ve y palpa a diario cómo esta presidenta atiende sólo a la dimensión económica de la sanidad, descuidando la dimensión sanitaria como derecho y prestación pública. Por ello, el clamor va a ir creciendo y se hará cada vez más evidente en la calle”. Para el líder sindical, Esperanza “pretende aplicar políticas trasnochadas, fracasadas e injustas en algo tan sensible como es el derecho a la sanidad para todos los ciudadanos de Madrid”. Para mí, que no soy trabajador sanitario, ni nací en el feudo de Aguirre, aunque vivo y pienso desde esta capital, las cosas están más que claras. Y me adhiero a los que gritan “Espe, espe, espe, especulación”.
1 comentario:
Cuando no les salen las cuentas privatizan. Intentan restarle atractivo a este país como receptor de emigrantes. Es probable que Espe actue siguiendo las recomendaciones de Almunia desde Bruselas, no muy diferentes de las consignas de la Faes. cosa que sorprenderia mucho a los manifestantes de Madrid, Getafe, y hoy, a los que estaban en San fernando de Henares. Las medidas son siempre las mismas y las aplican indistintamente los gobiernos de derecha e izquierda ante los periodos diversos de repetición ciclica que acontecen. Asistimos al fin de la praxis real de las ideologias. La gestión es sólo una (grande y libre, por tratarse de aqui)y aún nos queda la mascarada electoral y competitiva cada cuatro años, algo absolutamente comprensible, y es que en la oposición se debe prevaricar menos, obviamente.
chiflos.
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