Banana Spain.
España tiene la fama, según Guibert, de una
república bananera.
José María Guibert, nuevo rector de la Universidad de Deusto
“Nuestro país tiene un problema
nacional de falta de ética y calidad democrática”, apunta el jesuita Guibert,
nuevo rector de la Universidad de Deusto, en una entrevista con la
agencia EFE. Ingeniero industrial de formación y rector de Deusto, José María
Guibert, comenta así el manifiesto “Por la regeneración democrática de la vida pública
en España”, difundido el pasado 11 de julio por las universidades
de los jesuitas y remitido al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a sus
ministros y a todos los grupos parlamentarios. Según explica el rector, dicho
manifiesto no responde a la situación puntual actual de escándalos de corrupción
sino que constituye un “pequeño llamamiento” a un “problema nacional que está
ahí, en los últimos decenios, ante la falta de ética y de calidad democrática
de la vida pública española. Hace años, nosotros describíamos algo poco
democrático o poco legal con la expresión despectiva de que es una república
bananera, y eso es lo que piensan en el extranjero de España ahora mismo”.
La causa de la necesidad de esa
“regeneración democrática” hay que buscarla –según relata el rector– en la
década de los años 80 cuando unos partidos y otros, las empresas y las
administraciones, entraron en una dinámica que es mala para la cultura, los
valores y también para la economía. Guibert destaca que, en la actualidad,
España “está a la cola” en indicadores de transparencia y calidad de
gobernanza, según consta en numerosos informes europeos que estudian estos
ámbitos. Lo que la convierte en eso, una república bananera más que en una
monarquía parlamentaria. Ya ocurrió hace un años, cuando el presidente Rajoy
acudió a Rio +20 de las Naciones Unidas y, teniendo turno de palabra par hablar
de desarrollo sostenible, fue anunciada su presencia en el estrado como “primer
ministro de las Islas Salomón” y, aunque éste corrigió al que dirigía la sesión
plenaria diciendo que él era Mariano Rajoy, presidente, nada más y nada menos
que del Reino de España, la gente no quedó muy convencida. Porque España no ha dejado
de ser vista ya en todo el mundo como una república o una monarquía –que para
esto da lo mismo– bananera, un paraíso fiscal dónde se han podido eludir los
impuestos bajo la atenta mirada del PP que ha amnistiado fiscalmente para dar
ejemplo a los inversores extranjeros e inviertan en España sin temor por
nuestros impuestos. Luego, cuando ya nos ponen a la altura de las Salomón, de
Cuba, de las Fiji o de las Islas Caiman, lo de menos es que no tengan en cuenta
que España tiene una monarquía, guste más o menos a algunos, aunque parezca
más una monarquía del Hola que de España.
Con la promoción de Marca España, el PP está queriendo
poner muy de moda aquello del “Reino de España”, porque supone que tenemos una
monarquía con un rey pero ya me dirán qué pinta él en un país en donde tanto le
critican, y no en balde, y en donde el presidente del Gobierno no quiere o no
sabe defenderse en el Parlamento cuando le exigen que se presente para
contestar a las graves acusaciones de Bárcenas con quien dirigiera
económicamente el PP durante tantos años en solidaridad con él… Así que las
palabras de Guibert no me parecen, en el fondo, tan descabelladas.
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