miércoles, 12 de marzo de 2014

Teresa Gómez Limón, la diputada díscola del PP, dice que se va.


Teresa Gómez Limón, la diputada del PP en la Asamblea de Madrid,  que censuró la respuesta del Ejecutivo a la tragedia de Ceuta o la contrarreforma del aborto, cree que “la política deja mucho que desear”, por lo que, asqueada de la gestión del Gobierno, piensa abandonar su escaño en cuanto termine su legislatura. Procedente del Centro Democrático y Social (CDS) de Adolfo Suárez, que se integró en el PP en 2006, Gómez Limón resultó herida en el accidente del Alvia que descarriló en Santiago de Compostela el pasado mes de julio y ha venido defendiendo, en contra de su partido, la creación de una comisión de investigación sobre el siniestro y el cese de los responsables de Renfe y Adif. La todavía diputada autonómica seguirá en su escaño hasta el final de esta legislatura pero ha declarado que, después, abandonará la política porque “deja mucho que desear. La política ha llegado a un nivel que, sinceramente, no me interesa”, confiesa quien, hace un año, también se desmarcó del PP, al pedir por carta a Mariano Rajoy que publicase los nombres de todos los miembros del PP que habían cobrado en negro.

De profesión psicóloga clínica y psicóloga forense, Gómez Limón se define republicana, de centro y defensora de los Derechos Humanos, especialmente, de los de las mujeres. Los suyos le pidieron silencio pero ella reconoce que tiene muy mal perfil para los partidos políticos, que no es ni “dócil ni obediente”, que  es “coqueta” y  que no quiere revelar su edad. Doctorada en Psicología Clínica por la Universidad Complutense de Madrid y autora de “Quien bien te quiere NO te hará llorar” y de “Las tradiciones que no aman a las mujeres”, dice que es feminista –“me separé cuando todavía no había ley del divorcio y luché por ella y por los derechos de la mujer”–, y ha sido crítica con todos los Gobiernos desde la democracia.

No comulga con la elección mediante “el dedo divino” de los candidatos del PP y aunque tampoco apuesta abiertamente por un sistema de elecciones internas, considera que es mejor “primarias que no primarias, porque lo del dedo divino no puede ser”. Respecto al sistema electoral, Gómez Limón defiende un método uninominal, similar al británico, y rechaza las listas “cerradas y bloqueadas” que deciden “los que mandan”, porque eso tiene dos consecuencias negativas: “Que la gente es obediente al partido, porque si eres desobediente no te vuelven a poner, y que no sabes ni a quién eliges, porque ni los conoces. Me parece un sistema horrible”.

Gómez Limón dice representar a los ciudadanos. Por eso no se irá hasta que no acabe la legislatura. Y, pese a todas estas discrepancias, tiene decidido agotar la legislatura porque no tiene “ningún motivo” para irse antes. “Soy una persona honrada, honesta y represento a los ciudadanos –afirma–. Y por eso no me voy hasta que no acabe la legislatura, pero la verdad es que la política deja mucho que desear”. Ante este panorama, esta psicóloga de formación, que nunca ha dejado su puesto de perito forense en un juzgado, reconoce que hoy por hoy se siente “mucho más próxima a los movimientos ciudadanos que a los partidos políticos” y no descarta seguir trabajando en ese ámbito.

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