Teresa Gómez Limón, la diputada díscola del PP, dice que se va.
Teresa Gómez Limón, la diputada del PP en la Asamblea de Madrid, que censuró la respuesta del Ejecutivo a la
tragedia de Ceuta o la contrarreforma del aborto, cree que “la política deja
mucho que desear”, por lo que, asqueada de la gestión del Gobierno, piensa
abandonar su escaño en cuanto termine su legislatura. Procedente del Centro
Democrático y Social (CDS) de Adolfo Suárez, que se integró en el PP en 2006,
Gómez Limón resultó herida en el accidente del Alvia que descarriló en Santiago
de Compostela el pasado mes de julio y ha venido defendiendo, en contra de su
partido, la creación de una comisión de investigación sobre el siniestro
y el cese de los responsables de Renfe y Adif. La todavía
diputada autonómica seguirá en su escaño hasta el final de esta legislatura
pero ha declarado que, después, abandonará la política porque “deja mucho que
desear. La política ha llegado a un nivel que, sinceramente, no me interesa”,
confiesa quien, hace un año, también
se desmarcó del PP, al pedir por carta a Mariano Rajoy que publicase los
nombres de todos los miembros del PP que habían cobrado en negro.
De profesión psicóloga clínica y psicóloga
forense, Gómez Limón se define republicana, de centro y defensora de los
Derechos Humanos, especialmente, de los de las mujeres. Los suyos le pidieron
silencio pero ella reconoce que tiene muy mal perfil para los partidos
políticos, que no es ni “dócil ni obediente”, que es “coqueta” y que no quiere revelar su edad. Doctorada en
Psicología Clínica por la Universidad Complutense de Madrid y autora de “Quien bien te quiere NO te hará
llorar” y de “Las
tradiciones que no aman a las mujeres”, dice que es feminista –“me
separé cuando todavía no había ley del divorcio y luché por ella y por los
derechos de la mujer”–, y ha sido crítica con todos los Gobiernos desde la
democracia.
No comulga con la elección mediante “el dedo divino” de los candidatos del PP y
aunque tampoco apuesta abiertamente por un sistema de elecciones internas,
considera que es mejor “primarias que no primarias, porque lo del dedo divino no puede ser”. Respecto
al sistema electoral, Gómez Limón defiende un método uninominal, similar al
británico, y rechaza las listas
“cerradas y bloqueadas” que deciden “los que mandan”, porque eso tiene
dos consecuencias negativas: “Que la gente es obediente al partido, porque si
eres desobediente no te vuelven a poner, y que no sabes ni a quién eliges,
porque ni los conoces. Me parece un sistema horrible”.
Gómez Limón dice representar
a los ciudadanos. Por eso no se irá hasta que no acabe la legislatura.
Y, pese a todas estas discrepancias, tiene decidido agotar la legislatura
porque no
tiene “ningún motivo” para irse antes. “Soy una persona honrada, honesta y represento a los ciudadanos
–afirma–. Y por eso no me voy hasta que no acabe la legislatura, pero la verdad
es que la política deja mucho que desear”. Ante este panorama, esta psicóloga
de formación, que nunca ha dejado su puesto de perito forense en un juzgado,
reconoce que hoy por hoy se siente “mucho más próxima a los movimientos ciudadanos que
a los partidos políticos” y no descarta seguir trabajando en
ese ámbito.
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