David Trueba: “El PP recibe más subvenciones que todo el cine español”.
David Trueba e Isabel Coixet.
“El cine español es una
familia desestructurada, con el eterno cuñado cabrón, con cada vez menos
patrimonio y con pocos muebles ya para vender”, dijo riendo Isabel Coixet
durante un diálogo mantenido hace unos días con David Trueba en las tertulias
culturales del Círculo del Liceu. Josep Massot describe en La Vanguardia cómo un
asistente preguntó a Trueba por las subvenciones del cine español. Trueba
replicó rápidamente: “El PP, que es el partido más votado, recibe por parte del
Estado una subvención directa superior a la del conjunto del cine español.
Saquen sus conclusiones”. En el ambiente distendido del diálogo, Trueba citó
como los dos enemigos principales del cine español “en primer lugar, el poder.
No sólo el político, también el económico, que ve el cine poblado de gente muy
libre, poco previsible. Y, en segundo lugar, el intelectual español. El cine
español es un OVNI, un objeto volante no identificado que, sin embargo,
persiste y, cada veinte años, la gente empieza a estar orgullosa de una
película española. Una vez le pregunté a Azcona qué recepción habían tenido en
su momento películas como Plácido o El verdugo. Y me dijo. Horrible”.
Isabel Coixet departió
confidencias: “Hoy La Vanguardia mencionaba que no había ninguna película
española en la Berlinale. Bueno, el año pasado estaba la mía, y abrió el
festival. Leí las críticas y fue terrible. Me fui a llorar a una esquina y
pensé que estaba acabada, que hasta allí había llegado y que iba del cine por
la puerta de atrás. Bueno, el cine es mi vida. Mi abuela fue taquillera del
cine Texas, y lo llevo en la sangre. El cine es una enfermedad para la que no
hay vacuna, es ese crear sombras que se besan y se matan, como decía Dylan
Thomas. Podría haber montado una peluquería, o una cadena de peluquerías. Hago
aceite, y algún día espero venderlo, pero hacer aceite no llena mi vida”. Coixet
dice que ella es de formación francesa y que aprendió inglés ya de mayor. “Para
mí rodar en Estados Unidos, Italia o Japón es normal, la diáspora, ser una
outsider es mi estado natural. Puedo decir que uno de los momentos sublimes de
mi carrera fue cuando se rodó uno de los episodios de ‘Je t’aime, Paris’ y
estar junto a Assayas, los hermanos Coen”.
Otro asistente les
preguntó por qué en la gala de los Goya había tantas críticas al Gobierno.
“Porque es la única vez que nos puede escuchar el Gobierno”, respondió Trueba.
“A los artistas nos toca hacer un poco el papel de tocacojones. Ser malos,
aunque en los últimos años no ha habido tanta crítica”, añadió Isabel Coixet.
Trueba recordó entonces que en la gala de los Oscar hay también
reivindicaciones: “Este año son los afroamericanos y hace un tiempo Marlon
Brando envió a una indígena a recoger el premio”. Massot destaca a Trueba como
cineasta y también como escritor. Su última novela, Blitz, fue una de las más
vendidas en el último Sant Jordi. “Mi generación no fue a escuelas de cine y
creo -dijo- que cada vez veremos más a cantantes, escritores, rodando
películas, como otra forma de expresar sus historias”. Para Coixet, además de
“Truffaut, que es Dios. He recibido más influencias de la literatura que del
colectivo de cineastas. Ella empezó en una agencia de publicidad. “En el primer
anuncio que presencié trabajaba John Alcott, ni más ni menos que el director de
fotografía de Odisea del espacio: 2001. Era ya muy mayor, estaba casi ciego y
acercaba su rostro a los focos para medir la temperatura de la luz. Después
trabajé con Ed Lachman y otros. La publicidad me dio las herramientas del
cine”.
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