El Papa Francisco, contra la burocracia.
El Papa Francisco, durante la entrevista con La Croix.
El Papa ha pedido al
clero italiano con el que se ha reunido en el Vaticano que abandone las
propiedades materiales no dedicadas al culto y que mantenga solo aquellas que
puedan “servir para la experiencia de fe y de caridad del pueblo de Dios”.
Francisco pidió a los obispos que gestionen los bienes con “visión evangélica”.
El pontífice argentino exhortó a los miembros de la Conferencia Episcopal
Italiana a que tuvieran un estilo de vida “simple y esencial, siempre
disponible” que vuelva a los sacerdotes una figura “creíble a los ojos de la
gente”. Y añadió: “Así, nuestro sacerdote no es un burócrata o un anónimo
funcionario de la institución; no está consagrado a un rol de empleado, no está
movido por los criterios de la eficiencia… Tiene que ser un siervo que se ha
vuelto rico por frecuentar a los pobres, un hombre de paz y de reconciliación,
un signo y un instrumento de la ternura de Dios, atento a difundir el bien con
la misma pasión con la cual los otros se ocupan de sus intereses”…
"Un Estado debe
ser laico –subraya el Pontífice en una entrevista a la revista católica
francesa La Croix–. Los Estados confesionales terminan mal. Esto va contra la
Historia. Creo que una laicidad acompañada de una sólida ley que garantice la
libertad religiosa ofrece un marco para avanzar”. Si bien advierte de las
“exageraciones” de Francia en laicidad que provienen, a su juicio, de
considerar las religiones como una “subcultura”. El Papa Francisco defiende el
modelo de Estado laico, con una sólida ley de libertad religiosa que permita
expresar la fe en público y garantías para ejercer la objeción de conciencia. “Un
Estado debe ser laico. Los Estados confesionales terminan mal. Esto va contra
la Historia. Creo que una laicidad acompañada de una sólida ley que garantice
la libertad religiosa ofrece un marco para avanzar”.
Otros no miran tan bien
al actual Papa. David Torres, por ejemplo, en “El retraso del Papa Francisco”,
recuerda, en Público.es, que “El Papa Francisco ha dicho que el estado debe ser
laico, pero probablemente no se refiere al Vaticano, que es donde él vive y
suelta estas chorradas según le baja el balón a media altura. No sé si esta
última chorrada laica y estatal la ha expectorado en un palacio, en el
papamóvil o en el papavión. Es un hecho que las alturas suelen afectarle: en medio
de una travesía transatlántica, en cuanto desabrochan los cinturones, el Papa
agarra un micrófono y empieza a bailar la conga por todo el aparato. A veces da
la impresión de que en lugar de un pontífice han elegido a un cómico….Aparte de
cabeza visible de la iglesia católica, el Papa Francisco también es jefe de
estado y no parece que, de momento, a pesar de sus pomposas declaraciones, vaya
a establecer en el Vaticano la libertad de culto y empiecen a proliferar las
mezquitas, las sinagogas, las escuelas de yoga, los museos del jamón y las
saunas. Tras varios siglos a dieta de italianos y después de probar con
diversos modelos retrógrados centroeuropeos (un santo polaco y un pastor
alemán), la alta jerarquía católica ha decidido apostar por un producto de
ultramar, un religioso sospechoso de colaboración con la dictadura de Videla y
argentino profesional, de los que, cuando arranca a hablar, no se calla ni por
esguince de lengua”… En realidad, advierte Torres, el Papa Francisco es “un
político nato, un experto en brindis al sol que habla de los derechos de los
homosexuales poco antes de vetar a un embajador gay y critica los excesos del
capitalismo mientras la Banca Vaticana sigue forrada de oro hasta los dedos de
Dios padre en la Capilla Sixtina. Su penúltima operación de marketing fue
prometer que llegaría un día en que las mujeres pudieran realizar tareas en la
iglesia, pero será el día en que los sacristanes se harten de pasar la fregona”.
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