El 15M de ‘Spiriman’
Jesús Candel Fábregas, uno de los
nombres que más suenan por las calles granadinas, es médico de urgencias del
complejo hospitalario de la ciudad. Trabaja en el Hospital Virgen de las Nieves
y es también uno de los miles de profesionales que se han echado a la calle en
los últimos meses para reclamar a la Junta de Andalucía que no siga adelante
con una fusión hospitalaria que perjudica la asistencia de los pacientes. Más
conocido como Spiriman, Jesús Candel comenzó denunciando irregularidades en los
hospitales que corrieron como la pólvora por las redes sociales. Desde
entonces, tiene una legión de seguidores que, pancarta en mano, están presentes
en cada movilización. Su principal petición es mantener dos hospitales
completos en Granada y que se paralice la fusión hospitalaria. Ha presentado
una asociación para seguir luchando por la sanidad y consiguió sacar a casi
50.000 personas a la calle y hacer dimitir a parte de la cúpula de
Sanidad.
Jesús Candel (40 años, casado,
cuatro hijos) es un adversario extremadamente difícil de combatir: sus ruidosas
reivindicaciones de mejora de sanidad pública tienen, en última instancia,
contenido político y acarrean consecuencias políticas, pero su perfil de
activista es lo más alejado que pueda pensarse de un líder político al uso o de
alguien que albergue ambiciones políticas. Gracias a sus exigencias y apoyado
por miles de granadinos, ha logrado poner en serios apuros a la Junta,
consiguiendo lo que ningún partido, ni en solitario ni en compañía de otros,
había conseguido jamás en Granada. Y su acción se asemeja al 15M, aquel
movimiento que llenó de jóvenes airados las calles y plazas de las grandes ciudades
españolas en la primavera de 2011.
En la figura de este médico de
urgencias parece haber cristalizado un difuso malestar social cuyo rasgo más
paradójico es que, detrás del mismo, nunca ha habido ningún partido político.
Los partidos –esencialmente el PP y Unidos Podemos– llegarían después, cuando
la ola ya había cogido altura y velocidad de crucero y era interesante subirse
a ella. El Gobierno andaluz está preocupado, pero, sobre todo, está
desconcertado. Y, anunque lo haya hecho tarde, la Junta ha reaccionado
finalmente al 15M de Candel: el problema es que su rectificación no está
teniendo la respuesta habitual en los conflictos laborales o políticos. Del 15M
de Candel, además de decenas de miles de personas en la calle, nadie sabe cuánto
de la política andaluza convencional se llevará este movimiento por delante. Y,
lejos de amansar a Candel, la cadena de dimisiones en la Consejería de Salud más
bien parece haber recrudecido su tono verbal y sus exigencias.
¿La culpable de todo ello? Susana
Díaz. Si el nombre de la presidenta no aparecía inicialmente en los vídeos y
proclamas que Candel subía a las redes sociales, a medida que iban pasando las
semanas, este ha focalizado sus ataques a la presidenta y personalizado en ella
sus ataques a la gestión sanitaria. “Esta señora está engañando a toda España”,
decía en una entrevista en la cadena televisiva Cuatro. Pero ¿y la derogación
de la fusión hospitalaria o el compromiso de recuperación de dos hospitales
completos? Candel, sencillamente, no se lo cree. “Están mintiendo”, repite una
y otra vez. De hecho, la Junta tiene ahora serios problemas para mantener la
credibilidad en una materia como la sanidad pública, una bandera que hasta la
irrupción de ‘Spiriman’ nadie había logrado discutirle y mucho menos
arrebatarle.
Spiriman SE ACABÓ MI PACIENCIA UGT RICHAR TORRICO
Spiriman SE ACABÓ MI PACIENCIA UGT RICHAR TORRICO
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