Estibadores de Barcelona recibieron a Rajoy con un escrache.
Estibadores de Barcelona recibierona Rajoy con un escrache.
Un momento de la reunión entre representantes de la patronal y de los sindicatos de los estibadores.
Centenares de estibadores
recibieron el pasado lunes a Mariano Rajoy, con un escrache. El presidente del
Gobierno había acudido a Barcelona, donde se inauguraba una jornada sobre
inversión en infraestructuras. Y en las inmediaciones del Palacio de Congresos fue
recibido puño en alto, en medio de bengalas y petardos encendidos y al grito de
“Ni un paso atrás” y “Dónde están, no se ven, los ladrones del PP!”. Albert
Gil, un representante del comité de empresa de los estibadores, en
declaraciones a los medios, dijo que esperaban superar las discrepancias que
tienen con el Gobierno sobre la reforma de la estiba “negociando, pactando y
dialogando”. Añadió que existe una
“realidad y unos derechos laborales” y que
el decreto ley se “extralimitaba”, por lo que consideraba que había que cambiar
esta norma.
Durante la protesta, obligó a
cortar durante unos minutos la circulación por la céntrica arteria de la
Diagonal. La patronal Anesco y los estibadores volverán este miércoles a las
mesas de negociación para tratar sobre los aspectos laborales de la reforma del
sector que promueve el Gobierno, después de que la pasada semana las
conversaciones quedaran en vía muerta y con las posturas enfrentadas. La
plantilla exige que se aseguren los puestos de trabajo actuales y que el
convenio colectivo del sector sea de obligado cumplimiento para las empresas,
con condiciones laborales pactadas y mecanismos de bajas voluntarias acordadas.
La reunión entre los sindicatos
de estibadores y la patronal Anesco del pasado jueves quedó varada en 'vía
muerta' apenas una hora y media después de su inicio, al presentar la representación
de las empresas una propuesta que “chocaba frontalmente” con el objetivo del
mantenimiento del empleo e “imposibilitaba el acuerdo”. Así lo indicó el
dirigente de Coordinadora de Trabajadores del Mar, Antolín Goya, quien indicó
que las empresas habían planteado “cambiar prácticamente todo el convenio
colectivo del sector”. La propuesta presentada por la patronal era la tercera
que se presentaba en una semana. Moncloa mostró su enfado con las empresas
estibadoras. El Ejecutivo estaba valorando la opción de aceptar parcialmente el
ofrecimiento de los sindicatos, una rebaja salarial media del 6%, aunque
insistía en señalar que la reivindicación de incluir la subrogación de
trabajadores por parte de las empresas era imposible. Y la patronal recuperó el
protagonismo perdido y puso encima de la mesa la propuesta que hizo saltar por
los aires la negociación. Las condiciones incluían una rebaja salarial del 30%
y se olvidaba de la subrogación obligatoria de los trabajadores. La línea entre
ambas partes parece más rota que nunca en un momento especialmente delicado.
Los sindicatos de los estibadores
y la patronal del sector Anesco alcanzaron ayer un principio de acuerdo sobre
los aspectos laborales de la reforma del sector, que no contó con el apoyo del
Gobierno. En concreto, el Ejecutivo rechaza el punto del acuerdo que recoge la
subrogación de los empleos mediante una disposición normativa con rango de ley.
Sindicatos y patronal expresaron su "sorpresa" ante el hecho de que
el Gobierno haya rechazado el acuerdo sectorial, en contra de lo que venía
manteniendo hasta ahora. Anesco lamentó que el Gobierno no se haya sumado al
pacto, aunque confía que la situación se pueda reconducir en breve. Goya dijo
que el acuerdo es fruto de “un gran esfuerzo”, y explicó que han aceptado una
mayor rebaja salarial, de hasta el 10% frente al 6% propuesto inicialmente, que
haya un ajuste por prejubilaciones e incluso dejar de pedir que el
mantenimiento del empleo se articule en el decreto de reforma del sector y se
haga en un “instrumento legal”.
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