jueves, 9 de marzo de 2017

La drag queen que imitó a la Virgen María.


  La drag Sethlas se alza vencedor en la Gala Drag de Las Palmas de Gran Canaria.

Los carnavales de Las Palmas de Gran Canaria dieron el premio a la mejor “drag queen” por su espectáculo en el evento central de este festejo. Este año la ganadora quiso imitar a la Virgen y a Jesucristo en la cruz. Pero la Asociación de Abogados Cristianos se levantó de inmediato contra esta actuación, considerándola como  “un nuevo ataque de odio a los sentimientos religiosos” y denunciaron ante la Fiscalía la “actuación vejatoria” que la ganadora de la gala hizo, deseando que La Fiscalía “actuase contra los delitos de odio a la religión, al menos, con la misma celeridad con la que se está interviniendo contra el autobús que afirma que los niños tienen pene y las niñas vulva y que circula por las calles de Madrid”.

No es la primera vez que suceden espectáculos parecidos. Ocurrió en el caso de Abel Azcona y sus 242 hostias consagradas, contra la procesión del ‘Santísimo coño insumiso’, contra la poeta Dolors Miquel y Ada Colau por la lectura de una versión sexual del Padrenuestro… Pero esta vez, a las quejas se han unido las de TVE, un organismo público más papista que el mismo papal, que optó por eliminar la gala de su servicio A la Carta.  De esta forma, nuestra tele, la que, en principio, debiera ser de todos pero que es de unos pocos, apoyada por un Gobierno de derechas con tics de extrema derecha. Se ha arrodillado ante la Conferencia Episcopal”. Y no ofreció este espectáculo porque para este organismo el carnaval significa provocación y transgresión. Y sólo permitió ver alguna “señora” gritando “soy una puta y me gusta tocarle el paquete a los hombres” para demostrar la “gravedad” del suceso.

El año pasado, el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, escribió un libro, “Sexo con alma y cuerpo”, donde afirmaba que las prácticas homosexuales no pueden aprobarse de ningún modo y donde compara el sexo heterosexual y el homosexual con el jamón de jabugo y el jamón de paleta cocida respectivamente. Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares, dijo de los homosexuales en la liturgia de Viernes Santo del 2012, retransmitida por televisión: “Os aseguro que se encuentran en el infierno”. En una Hoja Parroquial de 2013, el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López, aseguró que los hijos que crecían en el entorno de parejas del mismo sexo solían padecer “graves perturbaciones de la personalidad” y advirtió que ese ambiente los lleva frecuentemente a la violencia. Reig Pla firmó, junto a otros dos obispos, una carta pastoral en la que cargan contra la libertad de género y proclamó que la transexualidad “retuerce la naturaleza humana”. Y, en enero de 2014, el cardenal Fernando Sebastián, definió la homosexualidad como una “deficiente sexualidad” y recomendó tratamiento médico o psicológico para acabar con el problema. ¿A dónde nos llevará la enseñanza ortodoxa de esta iglesia? “Directos al punto G de la polémica –contesta David Torres.  No creo que a los obispos les beneficie seguir insistiendo en que los homosexuales y transexuales deben abstenerse de practicar sexo. Podrían hacerles caso, convertirse en obispos y ya no habría manera de distinguir a una drag queen de un arzobispo. Es lo que ha pasado con el carnaval de Gran Canaria, que los obispos se han enfadado porque las drag queens les están haciendo la competencia”.

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