Aurora Picornell, la Pasionaria de Mallorca, y el Rey Felipe VI.
El presidente del Parlament
balear, Balti Picornell, regaló al rey
un libro sobre Aurora Picornell, la Pasionaria de Mallorca, con el objetivo de
que reflexione sobre la situación de las víctimas de la dictadura. Para él, la
entrega del libro fue “una indirecta para decirle al Rey que en las Islas
tenemos una Ley de personas desparecidas, y que éste debe ser el modelo a
seguir. Quiero hacerle entender que en muchos lugares del Estado las víctimas
del franquismo no están protegidas”. Nacida en Palma, en 1912, Aurora Picornell
fue asesinada en el cementerio de Porreras, en 1937, junto con otras cuatro compañeras del
sindicato de costureras. Política, escritora y sindicalista, el régimen franquista
terminó con ella en el cementerio de Porreres, junto con otras cuatro
compañeras del sindicato de costureras. También fueron asesinados su padre, sus
hermanos y su marido, un agente de la Internacional Comunista.
Destacada militante de la Liga
Laica de Mallorca entre 1930 y 1931, año en que organizó el sindicato de
costureras, Aurora promovió la primera conmemoración del Día de la Mujer
Trabajadora en la isla. Tras el alzamiento militar, acudió al Gobernador Civil
del gobierno republicano, Antonio Espina, a reclamar armas para combatir el
fascismo –hecho que Espina no estimó necesario–. Durante aquel verano, Aurora
se refugió en la Casa del Pueblo de Palma, pero fue detenida poco después y
conducida a la prisión provincial. Trasladada a la cárcel de mujeres, en una
noche de Reyes de 1937, Aurora fue ejecutada en manos de las tropas
franquistas. Antes de irse, la joven se despidió de sus compañeras de celda,
llevando con ella una bobina de hilo que prometió hacerles llegar si
sobrevivía. Después de ser torturada en Montuïri, fue fusilada en Porreras. La
bobina nunca regresó.
En Mallorca, el nombre de Aurora,
una de las principales dirigentes del Partido Comunista, es conocido como una
víctima icónica de la dictadura. Suele recibir el calificativo de “la Pasionaria
de Mallorca”. La joven recobró interés tras el regalo que el presidente del
Parlament balear, Baltasar Picornell, ofreciera al rey en el encuentro que
mantuvo hace unos días en el Palacio de la Almudaina. Picornell –que no es
familia de Aurora, aunque comparte apellido con ella– escogió el libro “Aurora Picornell (1912-1937). De la història
al símbol”, escrito por el historiador, David Ginard Féron, porque la
sindicalista es “un referente en las luchas por las libertades y el empoderamiento
de la mujer”. También es “un ejemplo por la lucha republicana”, afirma el
diputado balear, quien recalca que Aurora “murió por defender unos ideales y la
gente que lucha por la democracia siempre es un referente”.
Por su parte, el rey preguntó a Picornell
si Aurora era familiar suya, hecho que el político negó. Y ambos decidieron
cambiar de tema. ¿Conseguirá el presidente que el Rey termine por leerse el
libro de la Pasionaria mallorquina, sindicalista e hija predilecta de la isla? Ese
es ya otro cantar. Si, en lugar de una luchadora republicana, el libro regalado
hubiera sido sobre el Peñón de
Gilbraltar o sobre los Borbones, a lo mejor, quien sabe, sí lo hubiera leído y
meditado, pero sobre Aurora Picornell… ¿Qué quiere que les diga? Puede que
traduzca hasta su título. Pero no le pidan más… Con los problemas que él tiene
y el poco tiempo que le queda para leer esa clase de libros…
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