jueves, 17 de agosto de 2017

El “C-Star”, barco de la ultraderecha, es rescatado por una ONG.

 EL "C-Star", bautizado ya como 'el barco fascista' está fletado por el movimiento de ultraderecha Generación Identitaria.


La ONG humanitaria 'Sea eye', con sede en Alemania, informó en su perfil de Facebook que fue contactada por el centro de coordinación de rescate de Roma (MRCC, en inglés) para proporcionar ayuda a la “nave nazi”, que se encuentra frente a las costas de Libia. El movimiento “Generación Identitaria” confirmó en un comunicado que su embarcación, “C-Star”, “tuvo, durante la noche, un ligero problema técnico”. Y Michael Buschheuer, el presidente de la ONG 'Sea eye', defendió que “ayudar ante el peligro es el deber de cualquier persona que esté en el mar, sin distinción a su origen, color, religión o convicciones”.

Desde que zarpara, El “C-Star”, de 40 metros de eslora, fue retenido en Chipre, sin lograr atracar en el puerto siciliano de Catania, tal y como tenía previsto, y se topó con las protestas de decenas de personas cuando intentaba alcanzar puertos tunecinos para proveerse. De hecho, el pasado día 6, su tripulación decidió no acceder al puerto tunecino de Zarzis, donde sindicalistas, militantes, pescadores y trabajadores portuarios se manifestaban contra la iniciativa, que tildaban de “racista”. El “C-Star” sigue sembrando odio por el Mediterráneo. Y tuvo, en las últimas semanas, distintos enfrentamientos en su misión de impedir el paso a las embarcaciones cargadas de migrantes que tratan de llegar a las costas europeas. Uno de ellos, fue con la ONG Proactiva Open Arms, dedicada al rescate de refugiados. El barco de la organización catalana se encontró con la embarcación fascista.  “Se acercaron a nuestro barco y comunicaron por radio a través del canal 16 que es un canal de emergencias” cuenta Ricardo Gati, director operativo de esta organización. “Alegaban que teníamos que alejarnos porque éramos traficantes y un factor de atracción de emigrantes”, recuerda. “Nosotros nos limitamos a decirles que tenían que dejar libre un canal que no puede utilizarse para ese tipo de comunicaciones; pero ellos insistieron diciendo que nos tenían vigilados, que seguirían observándonos y que los días de las operaciones de tráfico de personas libres y sin control en el Mediterráneo se habían acabado porque estaban ellos”. El objetivo del “C-Star” es precisamente ese: patrullar el mar para ‘vigilar’ las actividades de las organizaciones no gubernamentales y devolver a la costa africana a los emigrantes que encuentren.

La ONG catalana se ha enfrentado en las últimas semanas a varios problemas. Navegando en aguas internacionales, a trece millas de la costa libia, “vimos acercarse muy rápido un barco de la guardia costera de Trípolí”, narra un integrante de la agrupación. “Es uno de los 12 barcos que se le habían quitado a Gadafi y que, después de arreglarlos, Italia devolvió a Libia”. Por radio les ordenaron que se alejasen, indicándoles que podían entrar en aguas libias. “No era nuestra intención”, aclara Gati, “y luego nos amenazaron diciéndonos que la próxima vez nos atacarían y nos dispararían sin avisar”. A partir de ahí “empezaron con el mismo discurso que el ‘C-Star’, acusándonos de traficantes e indicándonos que llevaban días controlándonos porque éramos sospechosos de tráfico de personas”.

El “C-Star” financió su operación ‘Defend Europe’ a través de una campaña de crowdfunding lanzada por activistas antiinmigración franceses, alemanes e italianos. La iniciativa acabó siendo suspendida por Paypal, pero hasta ese momento la organización ya había recaudado 76.000 euros. No obstante, el barco se ha encontrado con distintas dificultades en su recorrido por el Mediterráneo. Fue retenido en el Canal de Suez, las autoridades de Catania prohibieron que atracara en el puerto y en el norte de Chipre fue retenida y sus tripulantes tuvieron que comparecer ante el juez por no tener la documentación en regla y entrar ilegalmente. En Túnez, una cofradía de pescadores lo rechazó sacando incluso pancartas y Proactiva Open Arms tiene grabaciones de las conversaciones de la Guardia Costera tunecina en las que se le ordena dejar la zona.

Otra de las polémicas que se cierne sobre el “C-Star” tiene que ver con su tripulación. Cinco de los trece ceilaneses que viajaban en él solicitaron asilo en Chipre y acusaron al capitán de haberles engañado. Según su testimonio, pagaron 10.000 dólares cada uno por un viaje que arrancó en Yibuti y que tenía por destino final Italia. La organización neofascista reconoce que los tripulantes entregaron ese dinero, pero alegan que lo hicieron para participar en un curso de formación marinera. Distintas asociaciones europeas y partidos políticos han pedido que se impida al “C-Star” llevar a cabo su proyecto. La Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado ha interpuesto incluso una querella criminal en Madrid contra Generación Identitaria por pretender bloquear embarcaciones de migrantes y refugiados.

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