martes, 22 de agosto de 2017

Fernando Álvarez se guarda el minuto de silencio mientras el resto de competidores se echaban al agua.


Fernando Álvarez, en el Mundial Masters de Budapest, pidió honrar a las víctimas del atentado de Barcelona, pero la Federación Internacional de Natación se negó. “Me quedé quieto, como cuando te gritaban 'firmes' en la mili”, reconoce a EL ESPAÑOL. El nadador del Club de Natación de Cádiz reconoce estar “abrumado”. Él hizo el gesto de forma voluntaria, pero sin buscar repercusión. Durante el Mundial Masters de Budapest 2017 (campeonato de natación de veteranos), había pedido poco antes a la organización que rindiera homenaje a las víctimas del atentado de Barcelona con un minuto de silencio, pero la FINA (Federación Internacional de Natación) se negó. “No se puede perder ni un minuto”, le dijeron antes de la prueba de 200 metros braza. Y mientras el resto de nadadores se echaba al agua, él se quedó parado, quieto, y esperó un minuto mientras el resto de sus competidores nadaban. Al terminar su minuto de silencio, se echó, tras haber honrado con su gesto a los afectados por el ataque terrorista.

Fernando acudió al Mundial de Budapest para competir en tres pruebas: 50, 100 y 200 braza. “Ya había competido en los 100 y el viernes. Le mandé un correo a la presidenta de la competición, que lo tenía porque me habían mandado un mail invitándome a la fiesta del campeonato del domingo”, cuenta el nadador. Y, aunque no recibió ninguna respuesta, lo siguió intentando. “Esta mañana, a las 7, antes de la competición, fui a hablar con la dirección y no me supieron decir nada. Reenviaron mi correo, pero no me resolvieron nada”. Aun así, Fernando siguió con sus intentonas. “Es algo que nos ha afectado a todos, pero quizás por la lejanía y porque tengo familia allí pues… La verdad, creo que hubiera sido un buen detalle”. Pero no se dio por vencido fue ver al director de la competición “a través de una doctora que ha sido muy amable y que entendió desde el primer momento mi sentimiento. Fui  a pedirle el minuto de silencio, pero me dijeron que no era posible porque no se podía perder ni un minuto”.

Ante esa situación, él decidió hacerlo individualmente. “Y su gesto, voluntario pero sin repercusión, le “abrumó” por las muestras de gratitud de personas anónimas, de su club y del equipo 

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