Dos estudiantes premiados por la Universidad de Oviedo dan plantón a Felipe VI.
Felipe VI y Letizia Ortiz, a su llegada al Teatro Campoamor, con una bandera republicana al fondo.
Los estudiantes que plantan este año a los reyes.
Diego Fernández y Juan
Martínez son dos antiguos alumnos de la universidad de Oviedo con los mejores
expedientes de su promoción. Diego, en el grado de pedagogía y
Juan, en psicología. Ambos recibieron, como premios fin de grado, una
invitación por parte de la fundación Princesa de Asturias a una audiencia y
posterior recepción con los reyes de España, en el céntrico Hotel de la
Reconquista. Pero ninguno de ellos acudió a dichos actos. Tanto Juan como Diego
alegaron, en un comunicado, que enviaron a la directora de la fundación, Teresa
Sanjurjo, que estos premios se habían usado “todos los años para hacer un
lavado de cara a una institución como la monarquía que cada vez representa a
menos personas, sobre todo a las generaciones más jóvenes. Los evidentes casos
de corrupción, su relación con dictaduras y ventas de armas o el origen
franquista de su implantación en nuestro país no hace sino negar su
legitimidad. Nosotros no vamos a atender una invitación de unas personas con
estas características que sólo quieren hacerse una foto utilizando nuestro
esfuerzo y el de nuestras familias durante años, para tapar sus vergüenzas”,
escribieron.
Diego Fernández, de 25
años y natural de Oviedo, cree que, a su modo de ver, “la universidad pública
nada tiene que ver con la empresa borbónica y monárquica que representan los
reyes de España. Nada tiene que ver una fiesta privada celebrada por y para las
élites, la oligarquía asturiana y española, con lo que significa y representa
para las personas que hemos pasado por ella un lugar en el que tenga cabida
todo el mundo. Y sea realmente pública, accesible, horizontal y que garantice
las mismas oportunidades a todo el mundo”. Confiesa que los que realmente
merecen un reconocimiento son esos “compañeros y compañeras que se han tenido
que dejar la carrera por motivos económicos, que han tenido que estudiar y
trabajar a la vez, o cuidar de un familiar con algún grado de dependencia y que
no han tenido ni el mismo tiempo, ni los mismos recursos, ni las mismas
oportunidades para conseguir lo que yo he conseguido”.
Por su parte, Juan Martínez,
de 23 años y de Villaviciosa (Asturias), también critica esa
supuesta ‘neutralidad’ que tiene la figura del rey. “Tienen una forma de actuar
que no es objetiva ni neutral. Por el contrario, es totalmente una falacia, una
artimaña, no representa a todo el pueblo porque no es algo que se vote, y es
algo que se hereda”. Con su actitud, pretende mostrar, por un lado, su rechazo
al propio sistema monárquico y a la persona que lo encarna, y, por el otro,
utilizar su visibilidad para rescatar el caso del catedrático de la universidad
de Oviedo que acosó sexualmente (y durante 30 años) a alumnas, algunas de las
cuales fueron compañeras suyas de clase. Juan recuerda que pusieron una queja,
pero no les hicieron mucho caso y que este año han suspendido al profesor
durante 6 meses, “pero nos parece insuficiente. Hay mucha gente que lo ha
validado, no desde el apoyo, pero sí desde el silencio. Y echo en falta una
respuesta mucho más contundente por parte de la universidad”.
Ayer, las gaitas y
tamboriles lograron disimular solo en parte los abucheos, pitos y silbidos
procedentes de los aledaños del Teatro Campoamor de Oviedo, donde se registró
la ya tradicional protesta contra la monarquía en la gala. Pero en los
alrededores del teatro también se concentraron los defensores de la
monarquía, que vitorearon al Jefe del Estado y a la reina Letizia. La
plataforma convocante que protestó se quejó en un comunicado de que el “prestigio de los
Premios Princesa de Asturias no se puede utilizar para lavar la imagen de una
institución franquista”. Juan y Diego afirman que “aquellos que nos invitan a
sacarnos una foto con los Reyes de España, trabajan todos los días
incansablemente para impedir nuestros sueños y los de miles de jóvenes de
familias humildes”. Y citan a banqueros como “los Botín, a evasores fiscales
como los Masaveu y los Cosmen, a donantes ilegales del PP como Villar Mir, y a otros
destacados miembros de las élites económicas y empresariales de Asturias y del
Estado Español, miembros del Patronato de la Fundación Princesa de Asturias que,
en realidad, actúa de facto a modo de ‘corte
real empresarial’ de los Borbones, siendo muchos de ellos responsables del
aumento de las desigualdades sociales, de la progresiva elitización y
privatización de la Universidad pública y del sufrimiento de muchas personas”.
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