El Ayuntamiento de Barcelona impulsa quitar una avenida a los Borbones.
Dos concejalas de la CUP
en un pleno del Ayuntamiento de Barcelona con el cartel de la calle.
El Ayuntamiento de
Barcelona impulsa quitar una avenida a los Borbones.
El Ayuntamiento de
Barcelona iniciaba en octubre pasado el procedimiento para cambiar el nombre a
una avenida de la ciudad hasta ahora dedicada a los Borbones, dinastía considerada
“infausta”, por el primer teniente de alcalde de la capital catalana, Gerardo
Pisarello. El cambio supondrá que la actual avenida Borbó pase a llamarse
avenida dels Quinze. El plenario del distrito barcelonés de Nou Barris aprobó la
proposición con el apoyo del Gobierno municipal de Ada Colau, del PDeCAT y de
ERC. La concejal de Nou Barris, Janet Sanz, explicó en rueda de prensa que,
tras esta aprobación, se reuniría la comisión de Nomenclátor para abordar el
asunto y continuar la tramitación, que podría alargarse entre cinco y ocho
meses hasta poder realizar el cambio de placa: “Esperamos que en los próximos
meses lo podamos hacer efectivo y celebrarlo con una fiesta”.
Más de 1.300 firmas pidieron
el cambio de nombre. El presidente de la asociación de vecinos, Quim Forns,
destacó que 'Els Quinze' era un nombre de barrio y celebró que el cambio empezara
a hacerse efectivo. Pep Ortiz, portavoz de la Taula Unitària per la República de
Nou Barris recordó que este punto se conocía así porque hasta ahí el tranvía
valía 15 pesetas y, más allá, costaba 20, una diferencia que representaba mucho
en aquella época para mucha gente de los barrios. Por lo que tenía más sentido
este nombre que el de Borbó, porque “la historia reciente tiene mucho que decir
en contra de esta monarquía”.
Gerardo Pisarello, primer
teniente de alcalde, celebró el cambio del nombre “vinculado a la idea de
privilegio por otro vinculado a la gente anónima que hace democracia día a día”,
y apostó por reducir la huella borbónica de la ciudad, que calificó de
desafortunada. El consistorio quiere contribuir a que Nou Barris “tenga cada
vez más plazas, calles y espacios que recuerden los hechos y topónimos
autóctonos y tradicionales”. Pisarello aseguró a los medios que el gobierno
municipal también está dispuesto a estudiar que alguna calle de la ciudad lleve
el nombre de “1 de Octubre”.
Las palabras de Pisarello
contrastan con las de la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, quien,
preguntada por la importancia de la fecha del 1-O, después de conocer que un
Instituto de la localidad de Valls (Tarragona) hubiese bautizado el patio como
'1 de octubre', valoró que el “1 de Octubre” no era el nombre más “adecuado”
para un patio de un instituto. Pero, para el teniente de alcalde, “La huella de
la dinastía borbónica fue infausta en el pasado y continúa siéndolo en el
presente”. Y Pisarelo sostiene que, cuando Barcelona ha podido expresarse
libremente, siempre ha sido como ciudad republicana que defiende la libertad,
la igualdad y la fraternidad.
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