sábado, 15 de diciembre de 2018

El Ayuntamiento de Barcelona impulsa quitar una avenida a los Borbones.



Dos concejalas de la CUP en un pleno del Ayuntamiento de Barcelona con el cartel de la calle.

El Ayuntamiento de Barcelona impulsa quitar una avenida a los Borbones.

El Ayuntamiento de Barcelona iniciaba en octubre pasado el procedimiento para cambiar el nombre a una avenida de la ciudad hasta ahora dedicada a los Borbones, dinastía considerada “infausta”, por el primer teniente de alcalde de la capital catalana, Gerardo Pisarello. El cambio supondrá que la actual avenida Borbó pase a llamarse avenida dels Quinze. El plenario del distrito barcelonés de Nou Barris aprobó la proposición con el apoyo del Gobierno municipal de Ada Colau, del PDeCAT y de ERC. La concejal de Nou Barris, Janet Sanz, explicó en rueda de prensa que, tras esta aprobación, se reuniría la comisión de Nomenclátor para abordar el asunto y continuar la tramitación, que podría alargarse entre cinco y ocho meses hasta poder realizar el cambio de placa: “Esperamos que en los próximos meses lo podamos hacer efectivo y celebrarlo con una fiesta”.

Más de 1.300 firmas pidieron el cambio de nombre. El presidente de la asociación de vecinos, Quim Forns, destacó que 'Els Quinze' era un nombre de barrio y celebró que el cambio empezara a hacerse efectivo. Pep Ortiz, portavoz de la Taula Unitària per la República de Nou Barris recordó que este punto se conocía así porque hasta ahí el tranvía valía 15 pesetas y, más allá, costaba 20, una diferencia que representaba mucho en aquella época para mucha gente de los barrios. Por lo que tenía más sentido este nombre que el de Borbó, porque “la historia reciente tiene mucho que decir en contra de esta monarquía”.

Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde, celebró el cambio del nombre “vinculado a la idea de privilegio por otro vinculado a la gente anónima que hace democracia día a día”, y apostó por reducir la huella borbónica de la ciudad, que calificó de desafortunada. El consistorio quiere contribuir a que Nou Barris “tenga cada vez más plazas, calles y espacios que recuerden los hechos y topónimos autóctonos y tradicionales”. Pisarello aseguró a los medios que el gobierno municipal también está dispuesto a estudiar que alguna calle de la ciudad lleve el nombre de “1 de Octubre”.

Las palabras de Pisarello contrastan con las de la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, quien, preguntada por la importancia de la fecha del 1-O, después de conocer que un Instituto de la localidad de Valls (Tarragona) hubiese bautizado el patio como '1 de octubre', valoró que el “1 de Octubre” no era el nombre más “adecuado” para un patio de un instituto. Pero, para el teniente de alcalde, “La huella de la dinastía borbónica fue infausta en el pasado y continúa siéndolo en el presente”. Y Pisarelo sostiene que, cuando Barcelona ha podido expresarse libremente, siempre ha sido como ciudad republicana que defiende la libertad, la igualdad y la fraternidad.

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