martes, 25 de diciembre de 2018

Un guardia urbano mata a tiros a la perra “Sota”.



Unas 3.500 personas, según la Guardia Urbana, protestaron en la tarde del sábado en Barcelona por la muerte de Sota, un perro mestizo labrador de unos dos años y medio, por parte de un agente de la policía local quien le pegó un tiro. Convocados por el partido animalista Pacma, los asistentes se concentraron ante el Ayuntamiento de Barcelona para exigir al consistorio que “depure responsabilidades” en la Guardia Urbana. Los concentrados criticaron las “explicaciones corporativas y confusas” dadas hasta el momento por el Ayuntamiento y la Urbana y reclamaron la destitución del jefe de la Guardia Urbana de Barcelona, Evelio Vázquez, así como la puesta en marcha de protocolos específicos de actuación con animales.

Los hechos ocurrieron en la Gran Vía junto a la plaza de Espanya de Barcelona cuando, el pasado 18, una patrulla de la Guardia Urbana quiso identificar a un joven estonio llamado Tauri Ruusalu, que se ganaba la vida vendiendo pulseas en la calle, tras llamarle la atención por llevar el perro suelto. La Guardia Urbana aseguró que la perra, de nombre 'Sota', atacó a un guardia urbano, hiriéndole en un brazo y el agente, “que temió por su vida, disparó al animal”. Según la versión oficial, la perra le había mordido en el brazo y buscaba su cuello. Sin embargo, Ruusalu, quien, antes de vivir en las calles de Barcelona, recorrió otras en Francia, Suiza o Alemania para “entender nuevas culturas”, niega que su perro mordiera al agente y denunció ante el juez al agente que matara a Sota de un solo y letal disparo. Su abogada, Inés Guardiola -que le asiste de forma altruista- ha pedido al juez que impida la destrucción del cuerpo del animal y que obligue a un hotel cercano a entregar las imágenes de las cámaras de seguridad. El Ayuntamiento de Barcelona ya ha anunciado que investigará los hechos.

Segúm la versión de la Guardia Urbana, la cual la raza del animal era considerada como “potencialmente peligrosa”, por lo que los agentes procedieron a identificar a su propietario, ya que la mascota estaba sin atar y sin bozal. El animal se habría abalanzado sobre el agente mordiéndole en el brazo. Éste abrió fuego para evitar que el perro continuara mordiéndole. Sin, embargo, la versión de Ruusalu es distinta. Éste paseaba por la calle junto a Sota y, como siempre, iba “suelta, sin atar”, cuando un agente le tocó en el hombro y le pidió que se identificara. “Me ofrecí a escribirle mi nombre porque es complicado. El policía pensó que le tomaba el pelo”, cuenta. El agente le dio entonces, siempre según su versión, un manotazo en la cara. Sota se interpuso entre los dos. “Subió sus patas delanteras al brazo del policía, pero no le mordió. Movía la cola todo el rato. Pensaba que estábamos jugando”. Ruusalu ordenó al animal colocarse detrás de él. Pero el urbano le gritó para que entrara en el coche y Sota ladró y se dirigió hacia el policía. “Éste sacó su pistola y, sin dudarlo, apuntó directamente a la cabeza y disparó. No sé si el policía se asustó o quiso probar su poder contra mí. No estoy en contra de los policías, pero tienen que saber controlar una situación. Ese policía tiene un problema mental, no puede llevar un arma”.

La denuncia interpuesta por Inés Guardiola, del bufete Del Castillo, relata que Ruusalu fue agredido “brutalmente” por cinco policías. “Un agente con la bota policial me pisó expresamente y sin justificación la mano izquierda”. Lamenta que, en el coche, fuera agarrado por el cuello y golpeado en el diafragma. Por la noche, en el hospital, solo recuerda que le sedaron para calmarle y que se despertó varias veces llamando a Sota y buscándola, en vano, debajo del colchón. Pacma convocó, al día siguiente, una concentración de protesta en la plaza Sant Jaume, de Barcelona. El partido PACMA o a Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA) pidieron al Ayuntamiento que se abra una investigación de los hechos. Desde el partido político declaran que “no puede ser que la solución a problemas con animales sea pegarle dos tiros. Esto no es el Salvaje Oeste, hay medios y métodos alternativos, y esto es lo que exigimos, su adopción y aplicación”. Desde PACMA, reiteran que “son necesarias explicaciones urgentes que determinen los motivos de este procedimiento extremo que ha acabado con la vida de una perra que, según muchos testigos, nunca había actuado previamente de forma agresiva”. La CUP pide que se den las “consecuencias” necesarias para el agente que mató al animal sin que el caso sea archivado, “como acostumbra a pasar con las malas praxis policiales”. El partido animalista PACMA pide investigar la muerte de una perra tiroteada por un agente de la Guardia Urbana. PROTESTA e INDIGNACIÓN por la muerte de SOTA

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