Mensaje en una botella.
El
mensaje (lanzado al mar en una botella) está dirigido a José Luis Fernández,
gerente de TECNOPISA, y es un nuevo ejercicio de escritura dirigido a un
conocido que ha naufragado. Me llegó de improviso de mi propio hijo, Toni,
sabiendo que fue escrito por él, como trabajo literario:
“Querido
José Luis, espero que estés bien. En la oficina, todo el mundo se sorprendió al
conocer la noticia de que tu avioneta había desaparecido, sobrevolando el
triángulo de las Bermudas. Para ser honestos, nos pareció una locura que
pretendieras atravesar el Atlántico en solitario, para pasar unos días en tu
mansión de Miami, tan solo una semana después de haber obtenido la licencia de
piloto. Aun así, todos te apoyamos en tu proyecto, con la vaga esperanza de que
algo saliera mal. La verdad es que, hasta ahora, no he creído en el karma, ni
en la justicia divina, pero tengo que reconocer que esto lo cambia todo. No nos
malinterpretes, no te deseamos la muerte ni nada parecido, pero teniendo en
cuenta cómo nos has tratado estos últimos años, parece que, por fin, las cosas empiezan a enderezarse.
“Te
comento: me acaban de nombrar gerente, para que veas que no tenías razón cuando
decías que nunca llegaría a nada en esta empresa. Por cierto, espero que no te
molesten los cambios que he hecho en tu despacho, o, mejor dicho, mi nuevo
despacho. He vendido por Wallapop la estatua de bronce a tamaño real de
Cristiano Ronaldo, ya sabes que no me va mucho el fútbol, ni los megalómanos.
No nos han dado mucho por ella, pero con lo que hemos sacado hemos organizado
una fiesta increíble para celebrar tu partida, ha venido toda la plantilla, no
veas el ambientazo que había.
“Tras
algunas investigaciones en Google, hemos visto que hay bastantes probabilidades
de que hayas acabado en una de las muchas islas perdidas que hay en la zona. Y,
para que veas que no te guardamos rencor, hemos recopilado una serie de
consejos prácticos de supervivencia.
“Por
lo visto, en ese tipo de islas suele haber cabras (hemos leído en la Wikipedia
que las dejaban los colonizadores españoles, para sobrevivir en caso de
naufragio). No te las comas, es mucho más rentable ordeñarlas. Supongo que
estarán un poco asilvestradas, pero no te preocupes, con lo cabrón que eres,
seguro que congeniáis enseguida.
“Procura
hacer fuego, hay varias técnicas: frotando madera, chocando piedras… En todo
caso, no creo que tengas problemas, ya que eres todo un experto en quemar
empleados. También tienes que buscar fruta, ya sé que no es como el cochinillo
asado que solías comer en Casa Llopis, pero tampoco te vendrá mal bajar un poco
esa barriga.
“Por
cierto, tu mujer está esperando a que pase el plazo legal para heredar todos
tus bienes. No parece muy afectada por tu pérdida, y no me extraña, teniendo en
cuenta que tiene treinta años menos que tú, y que lo único que le atraía de ti
era justo lo que le has dejado. Para pasar el trance, se ha marchado de crucero
con su exnovio. Le hemos pedido que, por favor, tire la botella al mar camino
de Miami, a ver si con suerte te llega el mensaje. Somos conscientes de que, a
lo mejor, nunca lo recibirás. A decir verdad, tampoco importaría mucho, lo
fundamental es lo bien que nos hemos quedado todos al escribirlo.
“Bueno,
no te molestamos más, seguro que tienes mucho que hacer, esas cabras no se van
a ordeñar solas.
“Con
cariño, tus compañeros de TECNOPISA”.
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