sábado, 30 de diciembre de 2023

Ya basta.

 

La adopté, pero ella se negó a irse conmigo. Fue extraño porque los perros no pueden esperar para salir de la perrera. Estaba llorando y agitando las patas. Debería haberla arrastrado. Pero cuando miré hacia abajo entendí la razón y tuve que hacer una elección.

 Cualquier otra perrita se hubiera topado con los abrazos de sus rescatadores. Pero ella no lo hizo. Se quedó quieta, agarrada a cuatro patas y se negaba a salir de la jaula. En un rincón, un chihuahua la miraba, con miedo. Ella sabía que, al irse, estaba a punto de perder a su mejor amigo.

Y en ese momento sucedió un pequeño milagro, la pareja vio toda la escena y decidieron adoptar a los dos. Hicieron los documentos también para el chihuahua y los 4 salieron de la puerta del refugio.

La foto fue tomada en el auto, antes de salir.


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